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ESPAÑA
DESDE HACE CUATRO AÑOS SE PROCESA TODA LA SANGRE DE LOS CENTROS MADRILEÑOS
Siguiendo el rastro de la sangre
por Rosalía Sierra | 14/06/2011 00:00
El paraíso de los vampiros, que ahora están tan de moda, está en Madrid, frente al parque temático de naturaleza Faunia, en un discreto edificio gris. Se trata del Centro de Transfusión de la región, un lugar donde cada día desde hace cuatro años se procesa toda la sangre que se recoge en los 25 hospitales madrileños y en el propio centro, además de la procedente de las campañas de donación organizadas en distintos puntos de la ciudad. En total, unas 185.000 donaciones anuales.
Con seis puestos de donación por aféresis y otros tantos para donaciones estándar (ampliables a 8), todo el volumen de sangre que se maneja no serviría de nada sin un adecuado sistema de trazabilidad: "Una donación que no esté correctamente registrada en el sistema informático no existe", explica Luz Barbolla, gerente del centro.
Así, cada una de las bolsas que se recoge debe estar identificada con un código de registro internacional que permite seguir su rastro desde el donante -incluyendo sus datos y el consentimiento informado- hasta el receptor final "e incluso después: esta información se guarda durante 30 años".
Además, el sistema informático permite registrar también datos sobre el procesado de la sangre: las fases de centrifugado y fraccionado se realizan en máquinas totalmente automáticas con lectores de código que "agregan información sobre el tiempo de fraccionamiento, quién lo ha hecho y cuándo", manteniendo en todo momento un absoluto control sobre la calidad de los hemoderivados obtenidos: plasma, hematíes y capa leucoplaquetar de la que se extraen las plaquetas.
Una vez hecho esto, se realizan los análisis pertinentes que garanticen el origen, la calidad y el procesado, se vuelcan los resultados en el ordenador central y se emite la etiqueta correspondiente para cada unidad; se desechan en torno al 2 por ciento de las unidades, y el resto se almacenan.
"Cada componente tiene un tiempo de conservación diferente: los glóbulos rojos, 42 días a 4 grados -gracias al anticoagulante utilizado, antes era menos-; las plaquetas, 5 días en constante movimiento y a 20 grados, y el plasma, hasta dos años congelado a menos 40 grados".
Además de esta división básica, el centro ofrece a los hospitales a los que provee algunas unidades especiales, como "el fenotipado de algunas unidades. Podemos definir hasta 400 antígenos, y los más frecuentes, como el Kell, se fenotipan a menudo; en casos más específicos fenotipamos a petición de los hospitales". Asimismo se ofrece sangre irradiada para los pacientes que la necesiten y unidades alicuotadas, especialmente para pacientes pediátricos, que de este modo reciben alicuotas de un solo donante, lo que aumenta la seguridad".
Cuidar al paciente
Según Barbolla, "podemos crear infinidad de combinaciones para dar a cada paciente lo que necesita, porque en ello le va la vida. Eso es posible gracias a los grandes números que manejamos: la calidad que obtenemos es inalcanzable en un centro pequeño". Afortunadamente, este centro existe y permite "hacer la vida más fácil a los hospitales".
Cada uno de los 25 que componen la red sanitaria pública de la Comunidad de Madrid tiene un stock acordado con el centro de transfusión que se actualiza diariamente de manera digital para organizar los envíos. Con 18 de los hospitales, además, el centro comparte el sistema informático, con lo que esta actualización se realiza de forma automática. Además, "el sistema cuenta con un módulo de alertas que se activan cuando no hay unidades suficientes por alguna situación especial, como una epidemia o una catástrofe".
Barbolla cuenta cómo cada mañana, a las 8 en punto, accede desde su ordenador a las reservas de sangre de todos los hospitales y del propio centro; del mismo modo, tres veces por semana se actualizan las necesidades de donaciones por tipo en la página web www.madrid.org/donarsangre, de modo que los donantes pueden saber si es necesario acudir con cierta urgencia. Además, "contamos con un registro sectorizado de donantes que permite enviarles un SMS si hay necesidad de sangre de su grupo indicándole el punto de recogida más cercano".
La actividad del centro es abrumadora; por si el manejo de la sangre fuera poco, cuenta también con un servicio de recogida altruista de médula ósea y alberga el banco de cordón regional, procesando y almacenando en bidones de nitrógeno líquido a -196 grados todas las muestras recogidas en los hospitales madrileños. Y a ello se suman investigación y docencia: "Colaboramos con la industria farmacéutica enviándoles plasma sobrante para la producción de hemoderivados, y todos los MIR de la comunidad rotan durante un mes por el centro". Y Barbolla, incansable, afirma tener muchos proyectos, pues "siempre se puede mejorar".
La donación por aféresis se realiza con cita previa y dura en torno a una hora.
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lunes, 13 de junio de 2011
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