miércoles, 15 de junio de 2011

Tribuna: El decreto de troncalidad puede acabar con Angiología y Cirugía Vascular - DiarioMedico.com

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ESPAÑA
EDUARDO RÍOS DIE, PRESIDENTE DEL CAPÍTULO DE CIRUGÍA ENDOVASCULAR
Tribuna: El decreto de troncalidad puede acabar con Angiología y Cirugía Vascular
El especialista español en Cirugía Vascular y Angiología es el especialista integral que buscan todos los países de nuestro entorno. Sin embargo, el autor cree que ese prestigio trabajado durante años puede terminar si se pone en marcha la troncalidad, que prevé suspender la parte médica de la especialidad limitando así la calidad de los galenos del futuro
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Eduardo Ros Die | 15/06/2011 00:00


El nuevo MIR perjudicará la formación de cirujanos vasculares angiólogos que no podrán alcanzar el nivel de excelencia que tienen ahoraNuestros especialistas son, en sentido europeo, angiólogos, flebólogos, cirujanos vasculares y radiólogos intervencionistasLa troncalidad en Angiología y Cirugía Vascular perjudicará gravemente la formación de cirujanos vasculares angiólogos, que de ninguna manera, podrán alcanzar el nivel de excelencia en las competencias que ahora mismo tienen. Hoy, un especialista español en Angiología y Cirugía Vascular asiste a la parte médica de las enfermedades de las arterias, las venas y los vasos linfáticos. Esto, en países como Francia o Alemania, lo hacen los angiólogos. Además, nuestros especialistas en Angiología y Cirugía Vascular atienden a los pacientes con problemas arteriales cuando requieren una intervención quirúrgica, ya sea abierta o endovascular. Estas situaciones, en la mayoría de los países europeos de nuestro entorno, las afrontan los cardiólogos, los radiólogos intervencionistas y los cirujanos vasculares. Por otro lado, cuando se trata de problemas venosos, también en toda España, su atención es competencia de los especialistas en Angiología y Cirugía Vascular, mientras que en la mayoría de los países europeos esos tratamientos los asumen los flebólogos, en primer lugar, pero también los cirujanos generales, dermatólogos e incluso esteticistas.

El nuevo MIR perjudicará la formación de cirujanos vasculares angiólogos que no podrán alcanzar el nivel de excelencia que tienen ahora

Para el tratamiento de los problemas linfáticos no existe en Europa una especialidad concreta y, por ello, estos pacientes están en manos de dermatólogos, cirujanos plásticos o simplemente médicos, fisioterapeutas y enfermeros que han obtenido una cierta experiencia, la mayoría de las veces no contrastada por ningún tipo de examen, control externo o aval oficial. Esta variabilidad europea, que lógicamente da lugar también a un elevado grado de variabilidad clínica, es posible porque en todos esos países el sistema de Seguridad Social no es como en España. Nosotros, al contar con el Sistema Nacional de Salud, tenemos la obligación de disminuir al mínimo la variabilidad clínica, ya que el Estado es garante de las competencias de los profesionales del sistema, responsable también en buena medida de los resultados del tratamiento y del gasto que se paga con los impuestos de los ciudadanos.

Por otra parte, en España desde hace muchos años se adoptó el sistema de formación MIR, que garantiza, además de la equidad en el acceso a las plazas, una formación homogénea y vigilada por las comisiones nacionales de cada especialidad. Este sistema asegura, en buena medida, la homogeneidad en los tratamientos, favorece el uso racional del medicamento y busca la eficiencia en la elección del procedimiento más adecuado para cada paciente. Además, hace imposible el intrusismo profesional y permite evaluar la forma en la que se está llevando a cabo la asistencia. En muchos países a los que ahora pretendemos copiar no ha existido la especialidad de Angiología y Cirugía Vascular y, por tanto, no ha habido una formación reglada equiparable al MIR.

Especialistas integrales

Nuestros especialistas en Angiología y Cirugía Vascular son, en sentido europeo, angiólogos, flebólogos, cirujanos vasculares y radiólogos intervencionistas. Este compendio de conocimientos, habilidades y aptitudes tiene una sustancial ventaja para el paciente: cuando necesita una solución al problema que en cada momento le aqueje, el cirujano vascular-angiólogo le va a realizar el tratamiento que mayor beneficio le proporcione, pues es capaz de aplicarlos todos. En nuestro entorno europeo, el paciente recibe únicamente el tratamiento que el especialista que le atiende sabe hacer, y este saber hacer está en función de que sea angiólogo, radiólogo intervencionista, dermatólogo, cardiólogo o linfólogo.

Nuestros especialistas son, en sentido europeo, angiólogos, flebólogos, cirujanos vasculares y radiólogos intervencionistas

Pero para estar capacitado en la aplicación de todas esas terapias y, además, manejar expertamente el diagnóstico con ecografía-Doppler-color y otras pruebas diagnósticas no invasivas, el residente en Angiología y Cirugía Vascular necesita, como mínimo, cinco años para formarse. Todo lo que sea disminuir ese tiempo va a redundar en un déficit formativo que afectará a la excelencia del especialista en Angiología y Cirugía Vascular, y lo que es peor, al paciente vascular.

El sistema de troncalidad que se pretende aplicar en nuestro país haría imposible mantener a estos especialistas con la formación actual. En primer lugar, al incluir la especialidad en el tronco quirúrgico perderán la parte médica de su preparación, con lo que habría que crear otra nueva especialidad: la de Angiología.

Además, al reducirse en dos años la estancia en los servicios propios, tampoco habría tiempo para formarles en técnicas abiertas y cerradas y, por ello, habrían de optar unos por la cirugía convencional y otros por la endovascular, con lo que habría que incrementar sensiblemente el número de especialistas para cubrir los dos campos. Tal vez por todo lo anterior, en Estados Unidos, en donde había un sistema parecido a la troncalidad que ahora se estudia para España, están cambiando su anterior modelo formativo por uno nuevo que es una copia del nuestro.

La situación en España muestra un sorprendente bandazo, ya que, por parecernos más al caos europeo, estamos pensando en abandonar un sistema que han adoptado ahora los estadounidenses, lo que es más llamativo si se considera que hacemos caso a la recomendación europea de las troncalidades y abandonamos la de que las especialidades sean amplias y reduzcan el número de las existentes.

En mi modesta opinión, si el sistema de troncalidades se desarrolla, la especialidad de Angiología y Cirugía Vascular debería quedar al margen de la troncalización para mantener su nivel actual, y tendría que complementarse con un año más de residencia dedicado a la investigación, en donde, sin duda, hay que buscar las soluciones futuras para las complejas patologías que tratamos sobre enfermos muy pluripatológicos de edades avanzadas.
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