La reconstrucción mamaria post-mastectomía es posible, prácticamente, en el cien por cien de los casos, según los expertos
Redacción
El primer paso, en su opinión, debe ser que todas las unidades de mama de los hospitales españoles integren un equipo de Cirugía Plástica
Se está celebrando la XLVI Congreso de la Sociedad Española de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética, que se celebra en Murcia, para analizar los últimos avances de su especialidad
Murcia (3-6-11).- Durante el XLVI Congreso de la Sociedad Española de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética (SECPRE), se están abordando áreas muy novedosas donde se avanza de manera espectacular, como es el caso de la reconstrucción mamaria y la cirugía del linfedema. El cáncer de mama es una patología de gran incidencia y repercusión social, y por ello, la cita anual de la Cirugía Plástica en España no pasa por alto sus consecuencias y tratamientos.
Los datos señalan que, en España, menos del 20 por ciento de las mujeres que han pasado por una mastectomía se someten a una cirugía para la reconstrucción de la mama. En este sentido, los expertos insisten en que este porcentaje se incrementaría, significativamente, si las pacientes recibieran la información adecuada. Asimismo, aunque la paciente es quien toma la decisión, la cirugía reconstructiva debería formar parte de las opciones de tratamiento siempre.
Según el Dr. Jaume Masià, presidente de la SECPRE, “el primer gran paso que se debe dar pasa porque todas las unidades de mama de los hospitales españoles tengan integrado un equipo de Cirugía Plástica. Tampoco debemos olvidar que, otro punto importante de desinformación parte de los propios médicos debido a que la especialidad de Cirugía Plástica sigue estando ausente en la mayoría de las facultades de Medicina del estado español. Por lo tanto, si los propios profesionales no cuentan con toda la información, estos no podrán transmitirla de forma correcta y completa a las pacientes”.
“Hoy en día, si la paciente acude a un cirujano plástico con experiencia y formación, podemos afirmar, casi de manera rotunda que, se puede realizar una reconstrucción mamaria en, prácticamente, el cien por cien de los casos”, explica el Dr. Jaume Masià.
Las técnicas son múltiples y se dividen en dos grandes grupos: las que utilizan implantes y las que utilizan el tejido propio de la paciente. Las primeras, por un lado, deben estar desaconsejadas cuando la mujer ha estado sometida a radioterapia, además, tienen unas limitaciones propias de los implantes, como la durabilidad limitada y que no evolucionen de manera coordinada con los cambios físicos de la mujer a lo largo de los años. En cambio, las técnicas son más sencillas.
En cuanto a la segunda opción, esta se basa en aprovechar únicamente la piel y la grasa del abdomen de la paciente. La ventaja que ofrece es que, en este caso, sí se desarrolla una evolución armónica con el cuerpo de la mujer. Por lo tanto, son técnicas que ofrecen una reconstrucción definitiva. El inconveniente que entraña es que los procedimientos quirúrgicos son más largos y requieren formación más específica.
En este ámbito, la técnica DIEP ha supuesto un gran avance en la reconstrucción mamaria post-mastectomía porque permite reconstruir de una forma natural y definitiva el pecho amputado, utilizando para ello, únicamente, el exceso de piel y grasa que la paciente pueda tener en la zona del abdomen.
“Las principales ventajas que presenta esta técnica es que la paciente va a recuperar un pecho que tendrá las mismas características del que había perdido, e incluso, la mujer puede obtener un beneficio estético en el abdomen”, afirma el presidente de la SECPRE.
“Asimismo –comenta el experto- si se utilizan las técnicas adecuadas, es decir, aquellas que no sacrifican musculatura, las complicaciones o efectos secundarios son mínimos, únicamente, una cicatriz en el zona donante, que por otra parte, suelen disimularse muy bien con los pliegues naturales de la piel”.
Tratamiento del linfedema
La incidencia del linfedema se sitúa entre el 15 y el 30 por ciento de las pacientes operadas por cáncer de mama. “Se trata de una enfermedad que provoca una importante limitación y pérdida de calidad de vida, y cuya causa más frecuente en nuestro entorno es la cirugía del cáncer de mama, debido al vaciamiento ganglionar axilar o al ganglio centinela, sumado a la radioterapia”, explica el Dr. Jaume Masià.
El tratamiento actual del linfedema se basa en dos técnicas. Por un lado, la derivación linfático venosa, es decir, conectar los canales linfáticos a las vénulas subdérmicas para que la linfa pase al sistema venoso superficial. La otra técnica utilizada es la transferencia ganglionar microvascularizada, que consiste en restituir los ganglios linfáticos axilares perdidos, transportándolos del sistema epigástrico superficial (desde el abdomen bajo a la axila).
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