ZOOLÓGICO | Muskilda Mikele
'De este trabajo me atrajo su creatividad'
Muskilda frente al recinto de las jirafas. | Sergio EnriquezSilvia R. Taberné | Madrid
Actualizado lunes 27/08/2012 09:47 horas
A Muskilda Mikele siempre le han gustado los animales, pero poco se imaginaba que acabaría rodeada de jirafas, delfines, tigres y su favoritos, los gorilas, según confiesa. "Terminada la carrera de Medicina, estuve varios años trabajando en centros sanitarios de Navarra y Madrid, pero un buen día un conocido me habló de este trabajo... y llevo en el Zoo Aquarium de Madrid más de una década", recuerda.
Con orgullo relata cómo el Zoo, que acaba de celebrar su cuarenta aniversario, fue el primer recinto dentro de Parques Reunidos que contó con un servicio médico tanto para los trabajadores como para los visitantes y un Departamento de Prevención. "Tras el zoo, el resto de parques de Parques Reunidos, además de un Servicio Médico, formaron un servicio de prevención propio mancomunado".
Ahora, Muskilda no sólo se encarga de este parque, sino que es la responsable del departamento de prevención de todos estos parques, un trabajo que ya no le permite estar todo el tiempo que le gustaría con los animales, pues le exige moverse por el resto de parques. "Pero es al zoo al que le tengo más cariño, el trabajo con otros seres vivos es realmente bonito, tienes que saber un poco de todo: desde los animales que hay para saber qué prevención necesitan sus cuidadores, hasta cuáles pueden ser los puntos débiles a nivel de salud de un grupo de trabajadores de cerca de 160 personas y de lo más variopinto, pues va desde vigilantes, pasando por las taquilleras hasta los cuidadores y entrenadores de los animales. Y, por supuesto, también atendemos a los visitantes", explica.
Específicamente para el zoo, el grupo médico lo componen de tres a cuatro enfermeros y un médico, aunque si pasa algo importante rápidamente cuentan con la ayuda del Samur.
"Mi trabajo consiste preferentemente en crear las bases mínimas en materia de prevención, para que los trabajadores hagan sus funciones con seguridad. En el Zoo destacan los protocolos de trabajo con los que se pretende reducir al máximo los riesgos asociados al cuidado de animales salvajes. Para los que están día a día con los animales, hemos contado con la ayuda de biólogos, veterinarios, personal de seguridad y demás para hacer medidas dinámicas y seguras", confiesa. "Por ello, uno de nuestros centros de actuación es el de los cuidadores de animales, en especial, cuando trabajan con grandes mamíferos o animales potencialmente peligrosos, donde las pautas de actuación evitan el contacto directo con ellos. Otro tipo de protocolo es el manejo de delfines o las focas, donde existe un contacto directo con los entrenadores. Existen técnicas de manejo seguras, pautas concretas, que pueden evitar problemas", señala.
Precisamente, por la peculiaridad del recinto, es donde reside la creatividad y el "mucho trabajo" de Muskilda. "La Unión Europea marca unos mínimos en la prevención de riesgos laborales que hay que cumplir, pero no existe ninguna normativa concreta para zoológicos, por lo que buena parte del trabajo preventivo que se desarrolla aquí consiste en conocer las características de cada animal y sus posibles reacciones para evitar que ocurra", relata.
Actualmente, el Zoo de Madrid cuenta con especies de todos los continentes, más de 500 especies diferentes de animales en un recinto que alberga a 3.500 animales (sin contar con los peces). "Esto hace que te plantees nuevas medidas de actuación cada poco tiempo. El Zoo venía de un recinto mucho más pequeño y con menos animales como era la Casa de Fieras del Retiro, donde la seguridad era relativa.
Ahora somos mucho más cuidadosos y hay más esfuerzo. Somos conscientes de los riesgos que un descuido puede conllevar. Dentro de los protocolos es indispensable asegurar el cierre correcto de puertas y mantener la revisión periódica de las instalaciones de animales. Nunca ha pasado nada grave, pero tenemos que estar preparados para cualquier eventualidad", explica.
Pero si ya de por sí el trabajo es variado cuidando al propio personal del parque, también se socorre cualquier eventualidad con los visitantes. "De pasar algo, suelen ser cosas normales como un golpe de calor, picaduras de insectos o diarreas.., pero también hemos tenido casos de infartos o muertes por un rayo. Si ocurre algo grave tenemos el apoyo del Samur", recuerda.
Otro caso son el trato de estos visitantes con los animales, de los que Muskilda y el resto de personal tienen que estar atentos. "El trato con el público siempre es delicado, ya que a veces nos llega algún padre enfadado porque un pájaro o un tití han hecho algo a sus hijos. Hay carteles por todo el parque advirtiendo de que no se acerquen a los animales, pero algunos se saltan estas normas. Afortunadamente, aquí se enseña a los niños a tratar a los animales y vemos como cada vez se respetan más la indicaciones, lo que es bueno para ellos y para nosotros, porque se evitan situaciones peligrosas", afirma.
"Aunque es bastante trabajo mantener la prevención en los parques, me considero una privilegiada, estoy trabajando en lo que me gusta y en lugares muy poco comunes. Es muy bonito", confiesa.
Con orgullo relata cómo el Zoo, que acaba de celebrar su cuarenta aniversario, fue el primer recinto dentro de Parques Reunidos que contó con un servicio médico tanto para los trabajadores como para los visitantes y un Departamento de Prevención. "Tras el zoo, el resto de parques de Parques Reunidos, además de un Servicio Médico, formaron un servicio de prevención propio mancomunado".
Ahora, Muskilda no sólo se encarga de este parque, sino que es la responsable del departamento de prevención de todos estos parques, un trabajo que ya no le permite estar todo el tiempo que le gustaría con los animales, pues le exige moverse por el resto de parques. "Pero es al zoo al que le tengo más cariño, el trabajo con otros seres vivos es realmente bonito, tienes que saber un poco de todo: desde los animales que hay para saber qué prevención necesitan sus cuidadores, hasta cuáles pueden ser los puntos débiles a nivel de salud de un grupo de trabajadores de cerca de 160 personas y de lo más variopinto, pues va desde vigilantes, pasando por las taquilleras hasta los cuidadores y entrenadores de los animales. Y, por supuesto, también atendemos a los visitantes", explica.
Específicamente para el zoo, el grupo médico lo componen de tres a cuatro enfermeros y un médico, aunque si pasa algo importante rápidamente cuentan con la ayuda del Samur.
"Mi trabajo consiste preferentemente en crear las bases mínimas en materia de prevención, para que los trabajadores hagan sus funciones con seguridad. En el Zoo destacan los protocolos de trabajo con los que se pretende reducir al máximo los riesgos asociados al cuidado de animales salvajes. Para los que están día a día con los animales, hemos contado con la ayuda de biólogos, veterinarios, personal de seguridad y demás para hacer medidas dinámicas y seguras", confiesa. "Por ello, uno de nuestros centros de actuación es el de los cuidadores de animales, en especial, cuando trabajan con grandes mamíferos o animales potencialmente peligrosos, donde las pautas de actuación evitan el contacto directo con ellos. Otro tipo de protocolo es el manejo de delfines o las focas, donde existe un contacto directo con los entrenadores. Existen técnicas de manejo seguras, pautas concretas, que pueden evitar problemas", señala.
Precisamente, por la peculiaridad del recinto, es donde reside la creatividad y el "mucho trabajo" de Muskilda. "La Unión Europea marca unos mínimos en la prevención de riesgos laborales que hay que cumplir, pero no existe ninguna normativa concreta para zoológicos, por lo que buena parte del trabajo preventivo que se desarrolla aquí consiste en conocer las características de cada animal y sus posibles reacciones para evitar que ocurra", relata.
Actualmente, el Zoo de Madrid cuenta con especies de todos los continentes, más de 500 especies diferentes de animales en un recinto que alberga a 3.500 animales (sin contar con los peces). "Esto hace que te plantees nuevas medidas de actuación cada poco tiempo. El Zoo venía de un recinto mucho más pequeño y con menos animales como era la Casa de Fieras del Retiro, donde la seguridad era relativa.
Ahora somos mucho más cuidadosos y hay más esfuerzo. Somos conscientes de los riesgos que un descuido puede conllevar. Dentro de los protocolos es indispensable asegurar el cierre correcto de puertas y mantener la revisión periódica de las instalaciones de animales. Nunca ha pasado nada grave, pero tenemos que estar preparados para cualquier eventualidad", explica.
Pero si ya de por sí el trabajo es variado cuidando al propio personal del parque, también se socorre cualquier eventualidad con los visitantes. "De pasar algo, suelen ser cosas normales como un golpe de calor, picaduras de insectos o diarreas.., pero también hemos tenido casos de infartos o muertes por un rayo. Si ocurre algo grave tenemos el apoyo del Samur", recuerda.
Otro caso son el trato de estos visitantes con los animales, de los que Muskilda y el resto de personal tienen que estar atentos. "El trato con el público siempre es delicado, ya que a veces nos llega algún padre enfadado porque un pájaro o un tití han hecho algo a sus hijos. Hay carteles por todo el parque advirtiendo de que no se acerquen a los animales, pero algunos se saltan estas normas. Afortunadamente, aquí se enseña a los niños a tratar a los animales y vemos como cada vez se respetan más la indicaciones, lo que es bueno para ellos y para nosotros, porque se evitan situaciones peligrosas", afirma.
"Aunque es bastante trabajo mantener la prevención en los parques, me considero una privilegiada, estoy trabajando en lo que me gusta y en lugares muy poco comunes. Es muy bonito", confiesa.
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