martes, 15 de julio de 2014

Rebelión europea para abaratar el último fármaco contra la hepatitis C | Sociedad | EL PAÍS

Rebelión europea para abaratar el último fármaco contra la hepatitis C | Sociedad | EL PAÍS



Rebelión europea para abaratar el último fármaco contra la hepatitis C

España no se ha sumado aún a la iniciativa lanzada por Francia en el Consejo de Sanidad





Una central de distribución de medicamentos en Granada. / M. ZARZA


El poder curativo de un nuevo fármaco contra la hepatitis C, el sofosbuvir, y su elevado precio han movilizado a media Europa. Respondiendo al llamamiento hecho por Francia en la última reunión de ministros europeos de Sanidad, quince países se han unido para exigir una rebaja del coste de la innovadora medicina y, de paso, reforzar su posición negociadora frente al laboratorio que la produce, el americanoGilead. España asegura que no ha recibido ninguna invitación para sumarse a la rebelión pese a que la propuesta francesa se difundió por los servicios del Consejo Europeo entre los ministros reunidos en Luxemburgo los días 19 y 20 de junio.
“[La cuestión] se va a discutir mañana [por hoy], por lo que no hemos podido suscribir nada antes”, indica una portavoz de Sanidad, el departamento que dirige Ana Mato. El ministerio se refiere al encuentro de directores generales que se celebrará hoy en Bruselas, donde está previsto abordar, entre otros asuntos, el coste de las nuevas terapias para la hepatitis C. “Estamos dispuestos a colaborar con otros Estados en este ámbito”, añade la portavoz.


La propuesta francesa es un llamamiento conjunto a la industria farmacéutica para que reduzca el precio del sofosbuvir (que se vende bajo la marca Sovaldi). Desde entonces, los socios europeos se han ido sumando a la iniciativa. Según el Ministerio de Sanidad francés, son ya 14 los países que se han adherido a la iniciativa y entre ellos no está España, a pesar de que, como expresa la iniciativa, son los países del sur de Europa, junto a los del este, los que sufren una mayor prevalencia deesta infección contagiosa que solo en España afecta a 900.000 personas y que, tras un periodo de evolución que suele durar décadas, puede derivar en cirrosis o cáncer de hígado.
Han suscrito esta declaración hasta la fecha Alemania, Italia, Polonia, Holanda, Portugal, Bélgica, Rumania, Eslovaquia, Eslovenia, Chipre, Croacia, Irlanda, Lituania y Luxemburgo, aparte de Francia. El laboratorio farmacéutico interpelado no ha reaccionado todavía al llamamiento, según informó la portavoz francesa de Sanidad a este periódico.
“Los precios fijados para los nuevos medicamentos contra la hepatitis C son extremadamente altos e insostenibles para los presupuestos de salud”, dice la declaración conjunta, que alerta de que dichos importes pueden dejar excluidos de los beneficios del medicamento a miles de pacientes. El texto conjunto añade: “Los precios de los fármacos deberían tener en cuenta los Presupuestos nacionales y la sostenibilidad de los sistemas de salud para que los pacientes tengan acceso a las innovaciones farmacéuticas”. Una declaración que puede aplicarse también a los últimos antitumorales u otras innovaciones.
Quince países se unen frente
al laboratorio americano Gilead
La declaración no va tan lejos como para proponer una negociación conjunta de los precios, dados los obstáculos legales a este respecto, pero sí propone una red de intercambio de información permanente con la finalidad de que al menos se establezca un techo para los precios del fármaco en los países firmantes. “Cada país debe negociar con el laboratorio”, explica la portavoz de la ministra francesa Marisol Touraine, quien añade: “Consideramos que la declaración conjunta puede reforzar la posición negociadora de los sistemas de salud”.
Touraine está convencida de que la unión de estos países “da peso a las autoridades nacionales en la negociación sobre los precios con este laboratorio americano”. El texto conjunto señala a este respecto: “Las autoridades competentes y la industria farmacéutica deberían alcanzar un acuerdo entre el pago adecuado a la innovación y el acceso equitativo y asequible a las terapias innovadoras para los pacientes”.


La nueva medicación cuesta unos 60.000 euros por paciente



El tratamiento completo con sofosbuvircuesta casi 60.000 euros. La Agencia Europa del Medicamento aprobó el fármaco el pasado mes de enero, pero en países como España, aún no se ofrece por parte de la red pública. Desde principios de año las autoridades sanitarias se encuentran negociando con el laboratorio un precio para incorporar el fármaco al sistema de salud sin que, hasta el momento, hayan llegado a un acuerdo por el elevado coste del compuesto. Según los cálculos de la Asociación Española para el Estudio del Hígado, unos 3.000 pacientes españoles para los que no es eficaz la terapia actual necesitarían con urgencia la administración del medicamento.
En Francia, el laboratorio cobra 56.000 euros por paciente tratado. En Estados Unidos, donde el mismo tratamiento se eleva a los 84.000 dólares (61.700 euros), ya se conoce a este medicamento nuevo como “el fármaco de los mil dólares”, un número redondo que en Europa serían unos 735 euros, dado que es lo que cuesta la pastilla diaria que hay que tomar durante 12 o 24 semanas.
Responsables sanitarios tratan hoy en Bruselas esta cuestión
Francia no solo ha presentado la iniciativa mencionada, sino que registra entre sus legisladores una cierta revuelta contra lo que Forbes ha calificado de “coste abusivo” de los medicamentos. Cinco diputados socialistas han escrito una dura carta al presidente de Gilead en Francia, Michel Joly, exigiéndole las cuentas de la empresa.
Gilead no es el descubridor del fármaco contra la hepatitis C, sino la compañía que compró la empresa que lo desarrolló, Pharmasset, por 8.000 millones de euros. “Durante el primer trimestre de este año, Gilead ya ha registrado una cifra de negocios de 1.100 millones de euros en todo el mundo con Sovaldi, es decir, va a amortizar rápidamente la compra de Pharmasset”, ha declarado a Le Parisien Gérard Bapt, otro de los diputados firmantes del escrito.


El movimiento puede abarcar otros productos como los antitumorales



La hepatitis C es un grave problema de salud pública en Europa. La prevalencia de la infección es de entre el 0,5% de la población (en los países nórdicos) hasta el 5% en el sur y el este de Europa. Entre 5 y 10 millones de europeos están afectados y el sofosbuvir es un hito médico que podría marcar el inicio de la erradicación de esta enfermedad. El precio, sin embargo, dada la precaria situación de las arcas públicas en Europa, es un obstáculo casi insalvable que obliga de momento, como han señalado los expertos franceses en un informe oficial, a tratar solo los casos más graves (algo que también aceptan los hepatólogos españoles).
Las multas que la semana pasada impuso la Comisión Europea a varios laboratorios aumentan las sospechas de que hay una política tendente a engordar artificialmente los precios. La sanción fue de 427,7 millones de euros y la firma más perjudicada, la francesa Servier. El Ejecutivo europeo le acusa a ella y otros cinco laboratorios de dificultar la comercialización de un genérico más barato de un medicamento cardiovascular.

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Compra centralizada de vacunas

El 20 de junio, España y otros 14 países de la Unión alcanzaron un acuerdo para la adquisición conjunta de vacunas. El objetivo de esta iniciativa no es tanto conseguir una posición de mayor fortaleza en la negociación con la industria y alcanzar rebajas de precio —que también—, sino, sobre todo, evitar problemas de desabastecimiento ante situaciones súbitas de aumento en la demanda, como las que se produjeron hace cinco años.
A raíz de la pandemia de la gripe A (H1N1) varios países europeos se encontraron en 2009 ante serias dificultades a la hora de adquirir dosis para sus ciudadanos. Entonces, la Comisión y el Parlamento Europeo pusieron en marcha una iniciativa que se plasmó en el acuerdo alcanzado hace algo más de tres semanas.
La iniciativa ya cuenta con la adhesión de España, Bélgica, Croacia, República Checa, Chipre, Estonia, Grecia, Letonia, Luxemburgo, Países Bajos, Portugal, Eslovaquia, Eslovenia y Reino Unido. Países como Alemania, Irlanda, Francia, Italia, Lituania, Rumanía, Finlandia y Suecia han mostrado la intención de incorporarse. El comisario de Salud, Tonio Borg, ha alentado a todos los países a sumarse “lo antes posible” para “proceder a la primera adquisición conjunta de vacunas pandémicas”.
Además de sueros frente a brotes de gripe, también se contempla usar esta fórmula para afrontar necesidades relacionadas con infecciones por carbunco, botulismo, polio o hepatitis C.
Fuentes del Ministerio de Sanidad apuntan que el pacto no obliga a la compra colegiada, sino a sumarse a ella si las condiciones son más ventajosas que las que los países pueden conseguir por su cuenta.

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