lunes, 20 de julio de 2015

Micromecenazgo, alternativa para crecer - DiarioMedico.com

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FINANCIACIÓN EN 'BIOTECH'

Micromecenazgo, alternativa para crecer

En los últimos años, varias plataformas de 'crowdfunding' se han especializado en el campo de la ciencia y la salud, dando al sector biotecnológico una nueva opción de financiarse, crecer y consolidarse.
Gema L. Albendea | dmredaccion@diariomedico.com   |  20/07/2015 00:00
 
El equipo de Capital Cell
Sergi Pallarés, director de operaciones; Daniel Oliver, CEO, y Roi Villar, director de comunicación. (DM)
El acceso a financiación es uno de los grandes escollos con el que siempre se topa la biotecnología sanitaria. Para poder crecer, las empresas necesitan de importantes inversiones que costeen largos periodos de investigación, una peculiaridad que gusta a muy pocos.
No es fácil caer en gracia a grandes farmacéuticas, que a menudo financian (y últimamente incluso compran) a las pequeñas empresas biotech que tienen entre manos productos innovadores y prometedores. Por otra parte, acudir a un banco o a una sociedad de capital riesgo en busca de fondos para salir adelante no suele ser muy fructífero.
Por eso, en los últimos años han nacido nuevas fórmulas, basadas en un clásico: las tres F (family, friends and fools), convirtiendo en inversores oficiales a todos esos familiares, amigos y locos que ceden parte de su patrimonio. Dentro de este bloque entra el llamado crowdfunding o micromecenazgo, un sistema que está funcionando bien a nivel general para financiar a pequeños emprendedores, pero que todavía está en pañales en la I+D+i científica y biotecnológica.
Nuevas vías 
Plataformas como Precipita, financiada con fondos públicos e impulsada por la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (Fecyt), Vorticex, I Love Science o Safari Crowdfunding se han hecho un hueco, buscando financiación para proyectos a pequeña escala: estudios, investigaciones, desarrollos de bajo coste... que no son exclusivos del sector biotech. Se pueden conseguir hasta 25.000 euros a través del crowdfunding de recompensa (ver cuadro) gestionado por estas web. Pero se trata de una cifra insuficiente para las empresas biotecnológicas.
  • El sector se apoya en nuevos agentes financiadores: Precipita (Fecyt), Vorticex, I Love Science, Capital Cell, Safari Crowdfunding...
Si una compañía del sector quiere buscar financiación a través del micromecenazgo, la mejor opción es la de plantear una campaña con una plataforma de crowdfunding de inversión, una fórmula que en Europa tiene un volumen de liquidez ocho veces más grande que las campañas de recompensa, según Roi Villar, fundador de I Love Science. Algunas como The Crowd Angel o Crowdcube destacan por dar cabida a proyectos innovadores de base tecnológica, aunque más centrados en el ámbito de la ingeniería.

Ante el déficit de lanzaderas de este tipo en el campo científico, en 2014 aparece Capital Cell, "una tienda online de acciones de empresas innovadoras en biotecnología y tecnología sanitaria", señala Villar, también director de comunicación de esta compañía.
Especialización
Es la única en Europa de estas características; en el mundo sólo existe una iniciativa similar a la suya, Healthfundr, que opera en Estados Unidos, "y no los podemos considerar competencia porque son nuestros aliados para lanzar campañas de crowfdunding transoceánicas, explica el dircom de Capital Cell, que añade: "Esa especialización tan definida permite que pongamos en contacto al emprendedor con inversores tractores que son muy relevantes para su negocio, y facilita la generación de smart money: un socio inversor que no sólo te va a dar liquidez, sino que te va a facilitar clientes, contactos, proveedores...".
Esta lanzadera ha cerrado ya dos campañas con éxito: puso en marcha la primera experiencia de crowdfunding en biotecnología, protagonizada por la empresa catalana Iproteos, que lograba hace casi un año 100.000 euros para el desarrollo de un fármaco para tratar la esquizofrenia. Poco más tarde, alcanzaba la misma cantidad para ZeClinics y su test oncológico desarrollado con embriones de peces cebra.
Además, cerró la venta de Immune Tolerance, que acudió a Capital Cell en busca de financiación desarrollar un kit de detección de sepsis, una de las cinco mayores causas de muerte en el mundo y que sólo en España genera más de 500 millones de euros anuales de gasto sanitario.
  • Capital Cell puso en marcha la primera experiencia de crowdfunding en biotecnología, protagonizada por Iproteos, y poco después sumó otro hito con ZeClinics
Captando inversores
Ahora está preparando tres nuevos lanzamientos: los de Sports Medicine Genomics (o SM Genomics), Mint Labs y Health Search, que estarán disponibles antes de que acabe el verano.
Uno de los fundadores de Capital Cell es Daniel Oliver, presidente ejecutivo de la compañía, con experiencia previa en otras plataformas de crowdfunding de inversión: "Decidimos centrarnos en biotecnología porque el sector lo necesitaba, porque sus empresas no conseguían apoyo en los foros de inversión tradicionales. Eran eclipsadas por proyectos industriales, algoritmos de marketing, aplicaciones informáticas... nadie les hacía ni caso, pero no porque fuesen malos proyectos, sino porque la mayoría de los inversores no querían emplear su dinero en algo que no entendían", comenta.
En opinión de Oliver, este micromecenazgo de inversión "es una herramienta perfecta" para las biotech que están arrancando: "Eso sí, no todos los proyectos que nos llegan pueden colgarse. Hacemos un preanálisis, similar al que hacen los fondos de inversión. Al final sólo publicamos aquellos que sabemos que tienen muchas posibilidades de funcionar".
Trabajo offline
Un candidato apto no sólo debe tener un buen proyecto biotecnológico o centrado en el sector salud, también un expediente impecable: "Revisamos listas de impagos, histórico financiero, que esté al día con la Seguridad Social, que las patentes que dice que tiene estén protegidas... tenemos un trabajo offline bastante duro antes de publicar un proyecto; somos muy selectivos". Según Oliver, en estos momentos tienen 25 proyectos en estudio, que se dedican al desarrollo de fármacos, de nuevas tecnologías aplicadas al sector salud, de servicios virtuales...
En cuanto al lado del inversor, no sólo se encuentran a familiares y amigos de sus clientes: "En volumen de dinero podemos decir que nuestro inversor número uno son pymes, casi todas ajenas al sector. Estamos muy satisfechos de estar atrayendo a gente que, con toda probabilidad, no habría invertido jamás en biotech", asegura el CEO de Capital Cell.
Por otra parte, la plataforma cuenta con acuerdos de inversión con fondos y empresas farmacéuticas. "Aunque se han firmado muy recientemente, alguno ya ha aportado importantes sumas en nuestros proyectos".

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