La HC electrónica no es la panacea para las voluntades anticipadas

Mantener las voluntades anticipadas de los pacientes, en ocasiones, es difícil de garantizar debido a la digitalización de la historia clínica, ya sea por dificultades a la hora de localizarla o por la falta de comunicación entre los programas de gestión de las historias.

G. E. Madrid | dmredaccion@diariomedico.com | 28/03/2016 00:00

Uno de los problemas que dificulta la implantación de las voluntades anticipadas es la capacidad real del clínico para acceder a ellas cuando las necesita. En la historia clínica (HC) en papel, aún tan común, a veces desaparece entre pruebas antiguas, pero el panorama no está mejorando sustancialmente con la (HC) electrónica, según un análisis publicado en USA Today.

En primer lugar, los sistemas informáticos pueden ser incompatibles, lo que puede provocar que al médico de Urgencias le pase inadvertida una orden de no reanimación. Este riesgo aumenta en el caso de las personas mayores, la población que suscribe este documento con mayor frecuencia, pues es relativamente fácil que reciban atención, por ejemplo, en la residencia de ancianos por un médico de primaria privado o en un hospital público: a mayor número de agentes sanitarios implicados, más probabilidad de que los programas de gestión de las historias no se hablen entre sí.

Cuando el sistema no es operativo se produce una reacción negativa entre médicos, pacientes y familias adoptando una actitud pasiva y despreocupada

"Cuando el sistema no es operativo se produce una reacción negativa entre médicos, pacientes y familias que básicamente consiste en la actitud de ¿para qué preocuparse por las voluntades anticipadas si no van a ser utilizables llegado el momento de la verdad?", señala Lachlan Forrow, director de Ética y del Programa de Cuidados Paliativos del Boston's Beth Israel Deaconess Medical Center.

Fuente de conflictos
El diseño de la HC electrónica también puede ser una fuente de conflictos. Muchos programas no cuentan con una pestaña específica para las voluntades anticipadas, de modo que es común que médicos y enfermeras empleen un tiempo que no siempre tienen en buscar por distintas secciones y no encontrar nada. Y aún así quedarse con la duda de si han mirado en el sitio correcto.

El sistema sanitario Medicare ofrece a los médicos incentivos por comentar a los pacientes la posibilidad de suscribir voluntades anticipadas

"Si el personal sanitario no puede localizar el testamento vital rápida y fácilmente, lo más probable es que no lo use. Y en ese supuesto, en caso de duda, se inclinarán por aplicar tratamientos siempre que haya una mínima probabilidad de que tengan éxito", comenta Torrie Fields, gestor de programas de cuidados paliativos en Blue Shield de California.

Y no es que falte voluntad institucional por difundir las voluntades anticipadas. La aseguradora pública estadounidense Medicare ha empezado a pagar a los médicos, como un acto clínico más, por comentar con los pacientes la posibilidad de suscribir este tipo de documentos.

La situación actual se aleja de la aplicabilidad clínica real. Como señala Kim Callinan, portavoz de Compassion & Choices, "una persona puede redactar sus voluntades anticipadas, pero, hoy por hoy, a menos que entre en el hospital portando una copia impresa, lo más probable es que nadie sepa que existen o se moleste en buscarlas".