FERNÁNDEZ-JOVER, en tedxsol 2011
La ética será fundamental para dar forma al futuro de la I+D+i neurológica
Eduardo Fernández Jover, director del Grupo de Neuroingeniería Biomédica de la Universidad Miguel Hernández, ha alertado de los dilemas éticos que planteará la neurología en TEDxSol, un evento que ha reunido a expertos de varios ámbitos con el apoyo del Centro de Innovación BBVA como Premium Partner y con el patrocinio de Novartis y Telefónica.
DM | 11/10/2011 00:00
Eduardo Fernández Jover, director del Grupo de Neuroingeniería Biomédica de la Universidad Miguel Hernández, en TEDxSol 2011. (Luis Camacho)
Ya no es ciencia-ficción: las últimas investigaciones neurológicas sugieren que las capacidades sensoriales e incluso cognitivas del ser humano pueden incrementarse artificialmente, lo cual abre nuevas vías para el tratamiento de discapacidades sensoriales como la ceguera. Sin embargo, también se plantean nuevos dilemas éticos: hasta qué punto está justificado experimentar con sujetos humanos para contrastar estas hipótesis y hasta qué nivel de mejora o manipulación del cerebro se puede o se quiere llegar.
- La electroestimulación es una idea muy antigua y, aunque no cura ninguna patología, puede mejorar mucho la calidad de vida de los enfermos
Fernández Jover ha explicado cómo se puede intervenir el cerebro hoy en día, por ejemplo eliminando temblores con electroestimulación del cerebelo: "Tendemos a pensar que son ideas muy novedosas, pero no es así". En esta línea, ha señalado varios experimentos que han reducido las crisis de epilépticos, por ejemplo. "Este tipo de acciones no curan la patología pero pueden mejorar mucho la calidad de vida del afectado".
- El cerebro se puede intervenir cada vez más, pero siempre se aplican estas técnicas en un entorno que cambia y que debemos comprender mejor
En los años 60, experimentos similares ya lograron una mayor velocidad de lectura de Braille con la electroestimulación de zonas concretas del cerebro de personas invidentes. Pero es que un ciego que sufra una lesión similar en la zona dedicada a la visión puede perder su capacidad para leer en Braille, porque las neuronas teóricamente encargadas de la vista habían cambiado su especialización y eran las que estaban desempeñando esta función.
"Todas las técnicas para intervenir el cerebro se van a aplicar sobre un entorno cambiante, que por tanto debemos conocer mejor antes de modificar".
Por otra parte, se ha probado que el sujeto sometido a electroestimulación no distingue cuándo una percepción es real y cuándo es inducida.
La primera aplicación de todas estas posibilidades es restaurar la función motora o cognitiva dañada: eliminar los temblores de un paciente de Parkinson o permitir que un amputado controle un miembro artificial. En su caso, su grupo está desarrollando opciones tecnológicas para devolver la vista a los ciegos.
El problema es que científicamente no hay indicación de que las posibilidades se detengan ahí. Se abre la puerta a manipular al ser humano para dotarlo de una memoria sobrehumana o de una conducta modificada, siguiendo lo que logran ya algunos fármacos aplicados en trastorno por déficit de atención e hiperactividad.
De ahí el llamamiento de Fernández Jover a la ética como única posible guía en el futuro de la investigación.
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