"Las restricciones ya han llegado a la Sanidad, si España fuera un paciente, le faltaría pulso vital", apunta Beatriz González López-Valcárcel
Maspalomas (01-02/11/2011) - Héctor Fajardo
• La economista aboga por la creación de una agencia independiente con capacidad regulatoria para decidir sobre los recortes en el sector sanitario
• La deuda a los proveedores médicos ya alcanza los 10.000 millones de euros
La economista Beatriz González López-Valcárcel, de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, anunciaba el pasado viernes en su ponencia sobre sostenibilidad sanitaria celebrada en el Congreso de la SEMI que "el momento por el que pasa España es extremadamente delicado". Si bien reconoció que el déficit sanitario no es nada nuevo "pero ahora el país carece de holgura". Realizó una analogía con un paciente, al que "le faltaría pulso vital". La búsqueda de la sostenibilidad no puede basarse exclusivamente en los recortes, tal y como advirtió la economista, ya que "la Sanidad es una preocupación política porque tiene la capacidad de desestabilizar el gasto público".
López-Valcárcel explicó también que la deuda a los proveedores sanitarios "ya alcanza los 10.000 millones de euros", un problema que es necesario atajar cuanto antes. Incidió en recordar que durante los años de inicio de la crisis financiera se habló mucho de la burbuja inmobiliaria, "sin embargo, poco se ha dicho de la burbuja sanitaria". Durante el periodo de 2002 hasta 2009 "el gasto público en este sector se multiplicó por 2. El gasto sanitario per cápita creció un 63 por ciento, cuando el gasto real sólo lo había hecho un 33 por ciento y el número de empleados por cama ascendió un 25 por ciento". En España, según los datos de la ponente, aumentó el gasto en Sanidad en mayor proporción que el PIB y que en otros países.
Corte indiscriminado de prestaciones
Dada esta situación precaria, la investigadora analizó los problemas derivados de la misma, sus síntomas y las posibles soluciones. Con respecto a la insuficiencia financiera, "el principal signo es el corte indiscriminado de prestaciones. La solución a esto sería elaborar un manual del arte de cortar. Se trataría de hacer restricciones en el gasto haciendo el menor daño posible a los usuarios y a la población en general".
Abogó, por tanto, es establecer un protocolo adecuado, por ejemplo evitar los procedimientos de bajo valor clínico, como "las operaciones de cataratas inmaduras o las intervenciones quirúrgicas en caso de lesiones leves de cadera".
Surge ahora la duda de quién debe "meter la tijera". López-Valcárcel lo tuvo claro en su exposición, "deben ser los profesionales, no los políticos o instituciones". Para dotar de base su discurso, puso como un ejemplo práctico lo que ocurre en Dinamarca con la Agencia Danesa del Medicamento. "Esta institución independiente ha tomado una decisión para mejorar el gasto. Se trata de que a partir de marzo de 2012 para tratar la depresión y los cuadros de ansiedad en pacientes debutantes, siempre se comenzará aplicando el tratamiento más barato. En caso de que no respondiera al mismo, se pasaría a otro más caro".
En Cataluña han establecido algo parecido pero enfocado a las listas de espera en cirugía no vital. "Su proyecto se basa en la organización de estas listas, estableciendo unos criterios generales. En primer lugar estaría el impacto en la calidad de vida del paciente; en segundo, el riesgo de aumentar la espera antes de la intervención; y por último, el tipo de técnica que debe usarse para el tratamiento quirúrgico".
Un servicio público gestionado por empresas
Otro de los riesgos de la actual crisis financiera es el afán recaudatorio del Estado. "Aquí surge la idea del copago, aunque éste debe ser disuasorio y no recaudatorio", indicó la economista. Un peligro que se une a otro. La posibilidad de "la huida hacia adelante". Se trata de suministrar Sanidad pública a través de empresas. "Un 20 por ciento de la población valenciana recibe este servicio público a través de empresas privadas", esto tampoco sería deseable, a juicio de López-Valcárcel.
La Sanidad pública española, según la ponente, está mal organizada, desde el punto de vista económico. Los recortes no deben de efectuarse desde el gobierno de turno, sino por un órgano profesional que conozca los entresijos de este servicio. "Debemos crear una agencia independiente y con capacidad regulatoria, que sea la encargada de gestionar los recursos. Al mismo tiempo, debemos lograr que las Comunidades Autónomas colaboren mucho más de lo que lo han hecho hasta ahora".
López-Valcárcel quiso terminar elevando sus conclusiones ante la sala. "En este periodo que nos ha tocado vivir tenemos que ser conscientes de que las restricciones son algo real y que ocurren en un tiempo en el que el país carece de holgura. Por otra parte, el problema a corto plazo de España es la solvencia y que esta situación nos lleve a la gestión privada de la Sanidad pública".
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