lunes, 6 de agosto de 2012

Tribuna: Ética y deontología sí. Democracia y legalidad también - DiarioMedico.com

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Rafael Tímermans. Médico del Trabajo

Tribuna: Ética y deontología sí. Democracia y legalidad también

Rafael Tímermans reflexiona sobre la validez del Colegio de Médicos y critica la colegiación obligatoria.
Rafael Tímermans del Olmo. Médico del Trabajo   |  06/08/2012 13:22



Obligado por la Ley pertenezco a una asociación llamada "Colegio de Médicos", lo mismo que otros grupos profesionales (que lo de colectivos me suena algo "soviético"). Nadie me pregunta si quiero pertenecer, creo que no sirve para nada (al menos el de Madrid) y además tengo que pagar unas cuotas que, en mi situación económica actual me resultan penosas. Incluso, se permiten criticarme si no colaboro en sus actividades o no voto en las elecciones que "democráticamente" los rigen.

Aunque no creo haber oído a nadie, nunca, en persona (amigos y conocidos, me refiero) defender la colegiación obligatoria, en cambio en la prensa especializada y en la general si que leo periódicamente profesionales defenderla, y en cambio muy pocas veces leo que nadie la critique. Mi impresión es que no se quiere decir en público lo que se piensa en privado, y ya eso me preocupa.

Los artículos que defienden la colegiación obligatoria suelen caracterizarse por contener palabras ciertamente rimbombantes, que creo intentan imponer respeto. Y probablemente lo hacen. Porque leer tantas veces argumentos como la ÉTICA, la DEONTOLOGÍA, la PROFESIONALIDAD, y otra parecidas, hacen que cuando uno lo lee piense que él ataca dichos valores.

Yo defiendo esos mismos valores, pero para defender obligar a pertenecer a un grupo con objetivos poco claros cuando no equivocados es poco ético, nada deontológico y poco profesional. Y le contrapongo otros valores a sumar a los anteriores, como DEMOCRACIA, LIBERTAD, RESPONSABILIDAD y LEGALIDAD.

Porque es la única asociación a la que me obligan a pertenecer, y a pagar, presuntamente para defender mis intereses. Porque creo que debo poder elegir a los que me representen y defiendan mis derechos, y ya lo hago con Asociaciones médicas o sindicatos. Porque creo que los médicos debemos ser responsables ante nuestros pacientes y ante la sociedad. Y porque creo que debemos estar sometidos al imperio de la Ley, como cualquier otro ciudadano, profesional o no, y que las regulaciones internas de la profesión son meros vestigios de la Edad Media. Y no encuentro diferencias con el resto de ciudadanos.

Porque si el Colegio defiende la deontología, yo lo desconozco. Si hace algo para defenderla, a mí, como colegiado no me informan, por lo que su trabajo es inútil. Porque la ética no puede existir sólo si perteneces a un grupo pero no si estás fuera. Y porque si un médico hace mal las cosas, un juez lo dirá, y pedirá asesoramiento de los peritos que considere adecuados.

Sobre el funcionamiento democrático de los colegios, al menos del de Madrid, se puede hablar mucho, por lo poco democrático. Pocos saben que aparte de una lista cerrada para la Junta de Gobierno, se eligen unos compromisarios que son los que en Asamblea aprueban las actuaciones de la Junta. Se divide a los colegiados en grupos de 100, y cada colegiado sólo puede votar a los de su fracción, aunque no conozca a ninguno. Si nadie vota, queda elegido el más antiguo. Nunca he sabido el número de votos emitidos. Además, con ese método tan extravagante solo se elige el 60  por ciento de los compromisarios, haciéndolo el resto las candidaturas que se presentan a las elecciones a la Junta, la Mesa de Hospitales y la Mesa de Atención Primaria.

Es un sistema de elección tan alejado a toda representatividad democrática que lo menos que se puede hacer es no votar en las elecciones. Y lo suyo, disolver los colegios.

Es cierto que hay al menos otros dos argumentos para defender la colegiación obligatoria, aunque creo que hace falta mucha fe, ciega además, para ello: el registro de profesionales y la formación. Lo del registro, estoy por no decir nada, cuando en cada trabajo me piden el título del Ministerio de Educación, que es quien lo registra. Y lo de la formación, creo que solo es una excusa que buscan muchos colegios para justificar su existencia. Eso si, con mi dinero.

¿Por qué se extrañan cuando los profesionales no acuden ni siquiera a votar? Incluso se enfadan con los profesionales, como hizo algún candidato derrotado en las últimas elecciones al Colegio de Madrid. Y no se dan cuenta que no votar es una forma de opinar. No acudir es decir que no importa la institución. Y por supuesto, es insistir, clamar, que las candidaturas que se presentan no ofrecen nada atractivo.

Yo hice una entrada en mi humilde blog ofreciendo mi voto al candidato que propusiera pelear por la colegiación voluntaria, pero sorprendentemente no obtuve resultado alguno.

Yo me precio de participar en las instituciones a las que pertenezco, incluso aunque sea a la fuerza, como es el caso. Y debí ser de los pocos que se leyó el borrador de los últimos estatutos del Colegio de Madrid, e incluso proponer cambios. Hay testigos que podrán contar cómo en el borrador de estatutos se decía que la Asamblea de Compromisarios podría "subir las cuotas" y yo propuse cambiarlo por "establecer las cuotas". El inconsciente colectivo a veces se muestra en todo su esplendor.

Se que hay colegios que funcionan bien, lo cuál no resta un ápice de razón, en mi opinión, a que no deba obligarse a pertenecer a ellos. Pero ese no es el caso del Colegio de Madrid. De nuevo en mi humilde opinión.

Dejaré mi opinión sobre crear una Fundación a efectos fiscales para otro momento.

A lo mejor me apuntaría voluntariamente si así fuera, pero exijo que me dejen elegir.
#colegiacionvoluntariaya

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