lunes, 24 de septiembre de 2012

Lilly afronta una etapa de transición con doce compuestos en fase III de I+D - DiarioMedico.com

Lilly afronta una etapa de transición con doce compuestos en fase III de I+D - DiarioMedico.com

La compañía estadounidense hace frente al vencimiento de la patente de 'zyprexa' y a la economía global

Lilly afronta una etapa de transición con doce compuestos en fase III de I+D

Javier Ellena ha vuelto a la presidencia de Lilly en España tras una estancia de dos años dirigiendo 28 países europeos de pequeño y mediano tamaño. Casi nada es igual que cuando se fue, y el deterioro en la economía y las patentes que caducan colocan a la empresa en un compás de espera hasta que hacia 2015 llegue al mercado su I+D más avanzada.
Cristina G. Real   |  24/09/2012 00:00


Javier Ellena
Javier Ellena vuelve al frente de Lilly en España (José Luis Pindado)

La estadounidense Eli Lilly afronta una etapa de transición. Ha perdido la patente de Zyprexa -olanzapina-, su producto de mayor facturación, y sus compuestos más avanzados en I+D no llegarán al mercado hasta 2015. Se enfrenta también, como todas las farmacéuticas, al reto de una economía global mermada que hace que los principales compradores de estas empresas -las administraciones- revisen a la baja cada cierto tiempo lo que están en disposición de pagar por los medicamentos.
  • Se han dejado pasar muchos años de 'vacas gordas' en los que se debería haber pensado en reformar el sistema sanitario, que ya daba signos de fatiga
Las circunstancias despiertan "un sentido de responsabilidad importante, porque las cosas no son fáciles para España. La tarea demanda energía y trabajar mucho y muy bien con los equipos para tener una labor cohesionada. No es fácil lo que viene". Para responder a este reto, Lilly cuenta con Javier Ellena, uno de los principales directivos de la compañía en España en los últimos años, que desde julio preside nuevamente la filial de la multinacional (ver DM del 16-VII-2012) tras un paréntesis abierto en diciembre de 2009, en que dejó la responsabilidad que ahora retoma para ser vicepresidente del grupo en el área EMS, que agrupaba a los 28 países europeos de pequeño y mediano tamaño (ver DM del 18-XII-2009).

El cambio de Lilly se enmarca en una reestructuración por la que se reagrupan los 28 países en cinco bloques liderados por los principales mercados europeos, de manera que con España, Ellena se hará cargo también de Portugal y Grecia.

"El país que me encuentro no tiene nada que ver con el que dejé en 2009, momento en el que se produjo un acelerón de la crisis, con la consiguiente cadena de medidas que han ido adoptando los dos gobiernos. El mercado ahora es muy diferente; en 30 meses se ha producido un cambio radical en las perspectivas de presente y futuro del sector farmacéutico", explica.
  • La compañía invierte 50 millones de euros al año en I+D en España, y tiene el centro de química médica más grande de Lilly fuera de Estados Unidos
Mapa desolador
Basta con mirar al "actual mapa de la actividad industrial e investigadora del sector en España y compararlo con el de hace cinco años". Para Ellena el panorama es desolador, y ante la "visión cortoplacista" de los políticos en España, incluso respecto a un sector de ciclo largo, reclama una reflexión sobre el modelo económico que se quiere implantar en el país. "Falta una enorme tarea de concienciación sobre la creación de riqueza derivada del medicamento, como herramienta que ayuda a la economía del sistema sanitario" y como generador de I+D: el 20 por ciento de la investigación que se hace en España procede de la industria farmacéutica".

El presidente en España afirma que "se han dejado pasar muchos años de vacas gordas en los que se debería haber pensado en reformar el sistema sanitario, cuya sostenibilidad hace años que está dando signos de fatiga".

Pese a todo, Lilly logra mantenerse como una de las pocas multinacionales que en España aún hacen I+D    -para lo que invierte 50 millones de euros al año, entre otras cosas en el centro de química médica más grande de Lilly fuera de Estados Unidos- y producción: desde su planta de Alcobendas (Madrid) suministra a 140 países, entre los que está Japón, un país al que es especialmente difícil exportar medicamentos.

En desarrollo

La compañía tiene, además, grandes esperanzas de futuro puestas en su cartera con cerca de 70 fármacos en desarrollo, entre los que hay doce en fase 3. Agrupados en las nuevas áreas de SNC y patologías musculoesqueléticas, enfermedades autoinmunes, salud del hombre, y cardiovascular y productos hospitalarios. Destaca entre todos el compuesto solanezumab, para el tratamiento del Alzheimer, cuyos estudios revelan que se trata de una molécula que por su actividad frente a la placa amiloide ralentiza el deterioro cognitivo de la enfermedad en fases precoces. "No sólo se confirma por primera vez actividad frente a esta placa sino que, además y precisamente por ello, respalda la teoría según la cual la placa está involucrada en la evolución de la enfermedad".

Dos cosas no cambian en el discurso de Ellena a lo largo de su trayectoria en la compañía, donde lleva más de 30 años. En consonancia con la política de Lilly sigue diciendo no a la entrada en genéricos -"los recursos los reservamos para financiar esfuerzos en investigación"- y a la posibilidad de protagonizar grandes fusiones y adquisiciones, al contrario que otras grandes compañías del sector. Sí se mantiene abierto el grupo a cerrar acuerdos o pequeñas compras cuando el tamaño, la cartera o la tecnología "encajen en Lilly".


Innovaciones incrementales y esperanza de vida

Javier Ellena denuncia lo que considera que es una opinión extendida de un tiempo a esta parte, según la cual no existe innovación en el desarrollo de medicamentos desde la llegada de la penicilina. Considera que en cierto modo es una forma de explicar reticencias a la financiación de nuevos fármacos. Hay una corriente que "ignora, no sé si consciente o inconscientemente, que la historia del medicamento es una historia de innovaciones incrementales", como demuestra la evolución en el tratamiento de enfermedades como el sida, que ha pasado de tener una esperanza de vida de once meses desde el diagnóstico a ser una patología crónica". Comenta que se han llegado a cuestionar innovaciones incrementales desde la FDA y la EMA, y hasta las propias comunidades autónomas lo hacen en algunos casos a la hora de decidir la financiación de productos; "sólo falta que se cuestionen también desde las juntas municipales". En realidad, sostiene que en la mayor parte de estos casos, "el problema no está en los medicamentos sino en las dificultades de financiación, algo entendible pero que no se debe resolver argumentando que un nuevo producto no aporta una mejora. Es un mensaje funesto, que además deja de lado el hecho de que en los últimos 50 años el 42 por ciento del incremento en la esperanza de vida se debe a los medicamentos".

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