Expertos piden que los acuerdos del Consejo Interterritorial tengan carácter vinculante
Redacción
Se presenta en Valencia el Libro Blanco sobre “El Sistema Sanitario Español” (ver texto íntegro), en el que se pone de manifiesto también que las políticas de personal deben adecuarse a las necesidades de productividad social inherentes a los servicios sanitarios
Valencia (8-4-11).- Se ha presentado en Valencia, después de que hace unos días se hiciera en Madrid, el Libro Blanco sobre “El Sistema Sanitario Español”. Un trabajo elaborado por un grupo de dieciocho expertos en Medicina, sociología y economía y que aborda la situación del SNS en tres grandes áreas: “Planificación de los recursos sanitarios de cara a una demanda global”; “Financiación de gastos sanitarios en un estado de autonomías” y “Recursos humanos y cambio generacional”. Este estudio busca, según sus promotores, “hacer una aportación rigurosa y ampliamente documentada a un obligado y permanente debate sobre las cuestiones relacionadas con las condiciones en las que se desarrolla la asistencia sanitaria en España y su urgente y deseable perfeccionamiento”.
Si bien el estudio pone de manifiesto la importancia alcanzada por el Sistema Nacional de Salud, los autores del estudio han puesto de manifiesto algunos de los aspectos que pueden conducir a su destrucción, como la opacidad creciente sobre los datos y, sobre todo, por la ausencia de coordinación por parte del Ministerio de Sanidad e, incluso, por la carencia de sentido del Consejo Interterritorial del SNS. Así y con respecto a esto último, el estudio concluye la necesidad de reformas parciales que profundizaran en la coordinación, “frente a la actual ambigüedad de competencias”. Los expertos inciden en que un sistema tan descentralizado como el SNS requiere que el Consejo Interterritorial de Sanidad recupere las funciones para las que fue creado, y que sus acuerdos tengan carácter vinculante.
En cuanto a la financiación del sistema, se pone de manifiesto que “la necesaria coordinación sanitaria” debería estar dotada de un instrumento financiero, el Fondo de Cohesión Sanitaria, que permita implementar políticas de cohesión, equidad y corrección de desigualdades, tal como fue establecido en la Ley 16/2003. La financiación adicional de dicho Fondo debería recabarse, en buena medida, a partir de impuestos indirectos específicamente señalados en su finalidad sanitaria, destaca el informe.
Por otro lado, el libro blanco incide en la importancia de la coordinación asistencial entre niveles, señalando que “la coordinación efectiva de Atención Primaria con Atención Especializada se hace inaplazable para la preservación de la calidad, la eficiencia y la equidad del Sistema”. Mostrando los expertos su apoyo a la autonomía en la gestión de los centros hospitalarios, para dar respuesta al control de costes, “uno de los principales retos que actualmente tiene planteados el SNS”.
A la hora de abordar la situación de los profesionales, el libro concluye que las políticas de personal deben adecuarse a las necesidades de productividad social inherentes al Servicio de Salud. Por otro lado, y al no haber un censo de médicos en España que permita hacer afirmaciones categóricas sobre la situación de los mismos, apuesta por elaborar y mantener actualizado un registro de profesionales. “En relación con los problemas detectados en algunas áreas geográficas y/o especialidades, ha de aceptarse como normal que profesionales sanitarios de otros países ejerzan en España, de la misma manera que los médicos españoles lo hacen fuera de nuestras fronteras”. También se impone, según este documento, una profunda reflexión sobre la duración y objetivos de la formación del profesional sanitario, que hoy claramente parece desfasada, pero que no debe suponer la desnaturalización del sistema MIR.
A la hora de analizar la organización asistencial, el libro blanco señala, entre otras cosas, que “hasta hoy, la mayor parte de las propuestas de innovación de los modelos organizativos han respondido prioritariamente a criterios ideológicos, cuando la realidad demanda probar formas de organización evaluables y que permitan, si se demuestra su validez, procesos de innovación organizativa”.
En opinión de los expertos, se han producido, y son un precedente a tener muy en cuenta, innovaciones de gestión de servicios sanitarios sin personalidad jurídica específica, tales como los institutos clínicos o las unidades clínicas de gestión. “Las nuevas formas de gestión con personalidad jurídica han adoptado fórmulas de gestión indirecta o directa, en sus distintas posibilidades legales”, concluye.
Consultar resumen del documento.
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