martes, 14 de junio de 2011

Los hospitales tardan de 2 a 24 meses en aceptar la solicitud de un nuevo fármaco, según los expertos :: El Médico Interactivo, Diario Electrónico de la Sanidad ::

Los hospitales tardan de 2 a 24 meses en aceptar la solicitud de un nuevo fármaco, según los expertos

Silvia C.Carpallo

Confiar en la figura del jefe de servicio como solicitador de nuevos fármacos, acelerar el proceso de aceptación en el hospital e innovar mediante nuevos tipos de contratos y buscando nuevos nichos de mercado en enfermedades raras son algunas de las ideas que han podido extraerse de la jornada “¿Cómo introducir un nuevo producto hospitalario hoy?”, organizada por SEDISA y SEPROMARK, en la que además se ha adelantado que las CC.AA. ya tienen proyectos sobre reformas en el catálogo de medicamentos, y que en algunos ámbitos se ha barajado la idea de sacar a la Atención Primaria del SNS



Madrid (15-6-11)-. La facturación del mercado farmacéutico en 2010 fue de 10.500 millones de euros por prescripción y de 5.780 millones de euros en compras hospitalarias, es decir, que bajó un 0,2 por ciento por prescripción, pero el mercado farmacéutico hospitalario subió un 8,4 por ciento. Un mercado en el que se consume un 94 por ciento de medicamentos de marcas, frente al 6 por ciento de genéricos. Si esa es la realidad de la Sanidad pública, la industria farmacéutica también tiene sus propias cifras, cifras como los de 2 a 24 meses que se tarda en aceptar la solicitud de un nuevo fármaco en un hospital, o la bajada de 25 nuevos principios activos en 2009 a 18 en 2010, que suponen de entre 8 a 12 años de investigación y una inversión de entre 800 y 1000 millones de euros. Este es el panorama que se ha presentado dentro de la jornada “¿Cómo introducir un nuevo producto hospitalario hoy?”, organizada por la Sociedad Española de Directivos de la Salud (SEDISA) y el Club de Marketing de la Salud SEPROMARK, en el que expertos del ámbito de la gestión, clínico, de la Farmacia hospitalaria y de la propia Industria Farmacéutica han profundizado sobre este asunto.

Algunas de las ideas que surgían eran algunas como la del complejo camino que ha de seguir una solicitud para ser aprobada, ya que debía pasar por la comisión de Farmacia, por la Dirección de gestión y por la Dirección médica. Más aún, cuando previamente estaban encargadas de la evaluación de estas tecnologías 15 agencia evaluadoras, que según José Soto, gerente del Hospital Universitario Clínico de San Carlos de Madrid, “están para decir lo mismo, o lo que es más grave, para decir cosas diferentes en algunos casos, además de que luego cada hospital hace su propia evaluación”, preguntando abiertamente cuál era el coste de todo esto. El futuro se prevé aún más complicado, con la creación de más comisiones por parte de cada comunidad autónoma, ya que incluso como informó César Pascual, gerente del Hospital Infanta Leonor de Madrid, “lo que ha estado pasando en algunas comunidades autónomas de recortes de catálogos o de métodos de contratación diferente dentro de 15 días va a ser una cuestión generalizada, porque proyectos ya tienen casi todas las CC.AA”.

Otra de las cuestiones que el propio Joaquín Estévez, presidente de SEDISA, planteaba a la mesa era a quién debía dirigirse la industria a la hora de introducir un nuevo fármaco, y era una respuesta en la que había un gran acuerdo: al propio médico. Así lo remarcaba Federico González, jefe del Servicio de Cirugía Torácica del Hospital Gregorio Marañón, “el que solicita la introducción de un nuevo fármaco es el médico, generalmente un jefe de servicio, y si yo no estoy convencido, soy el primero que no se mete en esta carrera de obstáculos”. Por su parte, proponía que para facilitar esta solicitud, había algunos parámetros como el de utilizar las nuevas tecnologías con los pacientes a los que les suponga mayor beneficio, mientras que para una cirugía estándar podía seguir usando la tecnología anterior.

Innovar para buscar soluciones

Para poder avanzar hay que cambiar de modelo y de hecho la propia Industria ya lo ha empezado a hacer, ya que tal como exponía Antonio Rojo, jefe de Gestión Hospitalaria de Pfizer, se había pasado “del Blockbuster, es decir fármacos para enfermedades de alta prevalencia, al Nichebuster de fármacos enfocados a un nicho”, ya que de hecho, según el ponente, “1 de cada 6 nuevos principios activos se destinan a enfermedades raras”. Por su parte, Federico Tutau, jefe del Servicio de Farmacia del Hospital del Henares de Coslada, proponía innovar también a la hora de dejar entrar nuevos productos, por ejemplo mediante los contratos de riesgo compartido.

Pero sin duda alguna, pese a algunas voces que especulaban desde el auditorio con que no pasaría nada si la industria no introdujera nuevos fármacos en este periodo de crisis, ya que tiene otros muchos en el mercado, y puesto que, tal y como verificaba José Soto, “no ha habido ningún fármaco que se haya aprobado que no se haya introducido tarde o temprano en el mercado”, los ponentes se mostraban en contra de bloquear la innovación. De hecho, César Pascual afirmaba que entre las muchas propuestas que había por mejorar el rendimiento del sistema, que pasaban incluso por sacar a la Atención Primaria del SNS, no se podía pasar por bloquear el motor que supone la innovación de la Industria Farmacéutica en España.

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