entrevista a Arturo Blázquez
"Ser biotecnólogo es una profesión diferenciada"
Arturo Blázquez, presidente de la Federación Española de Biotecnólogos, está orgulloso del progreso de la formación específica en los últimos años.
José A. Plaza | 26/11/2012 00:00
La Federación Española de Biotecnólogos (Febiotec) nació hace algo más de cinco años para ofrecer un nuevo marco común de actuación para las asociaciones locales de biotecnólogos en España. Entre sus objetivos están "representarlas ante administraciones, instituciones, empresas y la sociedad en general, y velar por el progreso, prestigio y prerrogativas de los biotecnólogos", sin olvidar la difusión de una profesión que, tras haberse hecho un hueco, quiere ganar importancia al mismo ritmo que lo hace el sector al que representa.
Arturo Blázquez Navarro, licenciado en Biotecnología por la Universidad Politécnica de Valencia, es presidente de Febiotec. Ejerce desde Berlín, donde busca su sitio como investigador predoctoral, pero la distancia no es un impedimento: la tecnología (e-mail, Skype) no entiende de kilómetros.
RESPUESTA. Para unificar los esfuerzos de la incipiente comunidad de titulados en Biotecnología. Cuando se iniciaron los estudios, en 2002, nuestro colectivo no era ni conocido ni reconocido. Tuvimos que crear un marco de actuación propio, y en torno a las universidades donde se impartía la licenciatura surgieron las primeras asociaciones regionales. La creación de una federación que las coordinase y potenciase era sólo un paso natural.
P. Habla de ser conocidos, pero también reconocidos. ¿Cómo?
R. Para ser conocidos es necesario llevar a cabo una labor de divulgación, explicar a la sociedad la biotecnología, qué labor realiza un biotecnólogo. Nuestro programa Febiotec Divulga responde a esa necesidad. En los últimos tres años hemos acercado la biotecnología a más de 3.000 personas, y está planificado para este año llegar a más de 2.500: es el proyecto más ambicioso de divulgación biotecnológica en España.
Ser reconocidos es quizá más complicado, especialmente ahora, con un proceso de renovación en la enseñanza universitaria. Hemos creado una red internacional de formación continuada, Biotech Lifelong Learning Network, junto a la Asociación de Biotecnólogos Italianos, para la organización y promoción de cursos técnicos y de habilidades transversales, promoviendo la interdisciplinariedad y las interacciones entre profesionales. También organizamos nuestro congreso anual, el BAC, que se ha convertido en el mayor evento anual en biotecnología, reuniendo a jóvenes profesionales, investigadores y estudiantes.
P. ¿Cómo definiría la titulación en Biotecnología?
R. No es simplemente una más; es una profesión diferenciada, una forma distinta de entender la biología.
P. ¿Cree que la salud y la sanidad son y seguirán siendo el principal ámbito de la biotecnología, y el que más réditos puede dar?
R. Absolutamente. La biotecnología está llamada a ser pieza clave en la creación de nuevas terapias. La mayor parte de empresas biotecnológicas y centros de investigación se dedican a la salud. Es natural; mejorar la vida de los seres humanos es el principal objetivo de la biotecnología.
R. Ha habido una gran mejora. Hasta hace nada no había oferta específica : si querías ser biotecnólogo, la única alternativa era estudiar una titulación relacionada, como Bioquímica. Hace catorce años llegó por fin el título propio en Biotecnología, impartido por la Universidad Autónoma de Barcelona, y desde entonces hemos asistido a un crecimiento exponencial. ¿El resultado? Biotecnología es ahora un grado impartido por unas veinte universidades, con una gran demanda, notas de corte altísimas y un gran número de másteres de posgrado... Una evolución espectacular.
P. ¿Cómo cree que la crisis está afectando al sector biosanitario?
R. El sector privado ha demostrado hasta ahora una gran fortaleza a pesar de la crisis. Resiste mucho mejor que otras industrias más maduras, gracias en gran parte a la internacionalización del negocio, que compensa la caída del consumo. Mucho menos optimista soy sobre el sector público... Llueve sobre mojado, los recortes se acumulan uno tras otro y muchos jóvenes biotecnólogos no encuentran más alternativa que salir del país. La situación es muy negativa.
P. ¿Cómo lo está notando FEBiotec, que nació casi cuando empezaba la crisis?
R. Lo notamos, y mucho, a la hora de conseguir financiación. Tuvimos grandes apoyos al inicio de nuestra andadura, por parte de la Fecyt, Genoma España, y sobre todo de la Sociedad Española de Biotecnología, a quienes estamos muy agradecidos. Nos permitieron desarrollarnos. Cuanto más crecemos, más se nos reconoce y más entidades se interesan en nosotros a nivel internacional, lo que permite organizar proyectos cada vez más ambiciosos, como nuestro programa de divulgación, completamente renovado gracias a la financiación de la Amgen Foundation.
P. ¿Está la biotecnología biomédica en la agenda política?
R. Hay interés, pero la ciencia parece haber pasado a un segundo plano. La inversión pública ha descendido notablemente, y aunque la estrategia de la Secretaría de Estado de primar calidad sobre cantidad permita minimizar los daños, en otros frentes observamos un preocupante desinterés por la ciencia. Me tranquiliza que la máxima responsable de la I+D+i, Carmen Vela, proceda del mundo de la biotecnología: es alguien que conoce las necesidades y carencias del sector. Creo que hay razones para esperar una mayor implicación política, particularmente en lo biomédico.
Arturo Blázquez Navarro, licenciado en Biotecnología por la Universidad Politécnica de Valencia, es presidente de Febiotec. Ejerce desde Berlín, donde busca su sitio como investigador predoctoral, pero la distancia no es un impedimento: la tecnología (e-mail, Skype) no entiende de kilómetros.
- El sector se mantiene a flote, incluso mejorando, gracias a la iniciativa privada, porque en la pública llueve sobre mojado con los recortes en la apuesta por l I+D
RESPUESTA. Para unificar los esfuerzos de la incipiente comunidad de titulados en Biotecnología. Cuando se iniciaron los estudios, en 2002, nuestro colectivo no era ni conocido ni reconocido. Tuvimos que crear un marco de actuación propio, y en torno a las universidades donde se impartía la licenciatura surgieron las primeras asociaciones regionales. La creación de una federación que las coordinase y potenciase era sólo un paso natural.
P. Habla de ser conocidos, pero también reconocidos. ¿Cómo?
R. Para ser conocidos es necesario llevar a cabo una labor de divulgación, explicar a la sociedad la biotecnología, qué labor realiza un biotecnólogo. Nuestro programa Febiotec Divulga responde a esa necesidad. En los últimos tres años hemos acercado la biotecnología a más de 3.000 personas, y está planificado para este año llegar a más de 2.500: es el proyecto más ambicioso de divulgación biotecnológica en España.
Ser reconocidos es quizá más complicado, especialmente ahora, con un proceso de renovación en la enseñanza universitaria. Hemos creado una red internacional de formación continuada, Biotech Lifelong Learning Network, junto a la Asociación de Biotecnólogos Italianos, para la organización y promoción de cursos técnicos y de habilidades transversales, promoviendo la interdisciplinariedad y las interacciones entre profesionales. También organizamos nuestro congreso anual, el BAC, que se ha convertido en el mayor evento anual en biotecnología, reuniendo a jóvenes profesionales, investigadores y estudiantes.
P. ¿Cómo definiría la titulación en Biotecnología?
R. No es simplemente una más; es una profesión diferenciada, una forma distinta de entender la biología.
P. ¿Cree que la salud y la sanidad son y seguirán siendo el principal ámbito de la biotecnología, y el que más réditos puede dar?
R. Absolutamente. La biotecnología está llamada a ser pieza clave en la creación de nuevas terapias. La mayor parte de empresas biotecnológicas y centros de investigación se dedican a la salud. Es natural; mejorar la vida de los seres humanos es el principal objetivo de la biotecnología.
- Febiotec lleva cinco años luchando por defender, desarrollar y dar prestigio a la profesión
R. Ha habido una gran mejora. Hasta hace nada no había oferta específica : si querías ser biotecnólogo, la única alternativa era estudiar una titulación relacionada, como Bioquímica. Hace catorce años llegó por fin el título propio en Biotecnología, impartido por la Universidad Autónoma de Barcelona, y desde entonces hemos asistido a un crecimiento exponencial. ¿El resultado? Biotecnología es ahora un grado impartido por unas veinte universidades, con una gran demanda, notas de corte altísimas y un gran número de másteres de posgrado... Una evolución espectacular.
P. ¿Cómo cree que la crisis está afectando al sector biosanitario?
R. El sector privado ha demostrado hasta ahora una gran fortaleza a pesar de la crisis. Resiste mucho mejor que otras industrias más maduras, gracias en gran parte a la internacionalización del negocio, que compensa la caída del consumo. Mucho menos optimista soy sobre el sector público... Llueve sobre mojado, los recortes se acumulan uno tras otro y muchos jóvenes biotecnólogos no encuentran más alternativa que salir del país. La situación es muy negativa.
P. ¿Cómo lo está notando FEBiotec, que nació casi cuando empezaba la crisis?
R. Lo notamos, y mucho, a la hora de conseguir financiación. Tuvimos grandes apoyos al inicio de nuestra andadura, por parte de la Fecyt, Genoma España, y sobre todo de la Sociedad Española de Biotecnología, a quienes estamos muy agradecidos. Nos permitieron desarrollarnos. Cuanto más crecemos, más se nos reconoce y más entidades se interesan en nosotros a nivel internacional, lo que permite organizar proyectos cada vez más ambiciosos, como nuestro programa de divulgación, completamente renovado gracias a la financiación de la Amgen Foundation.
P. ¿Está la biotecnología biomédica en la agenda política?
R. Hay interés, pero la ciencia parece haber pasado a un segundo plano. La inversión pública ha descendido notablemente, y aunque la estrategia de la Secretaría de Estado de primar calidad sobre cantidad permita minimizar los daños, en otros frentes observamos un preocupante desinterés por la ciencia. Me tranquiliza que la máxima responsable de la I+D+i, Carmen Vela, proceda del mundo de la biotecnología: es alguien que conoce las necesidades y carencias del sector. Creo que hay razones para esperar una mayor implicación política, particularmente en lo biomédico.
Educación y formación antes de la universidad
La imagen está tomada en una de las sesiones de Biotechnofarm, uno de los proyectos de divulgación de la iniciativa FEBiotec Divulga. Su objetivo es fomentar las vocaciones científicas y el conocimiento de la biotecnología en jóvenes de entre 16 y17 años. La idea es que lleguen a la universidad con una idea bien formada.Más sobre Sanidad
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