HOSPITAL EMPRENDEDOR
"Gerencias y directivos deben liderar el cambio de cultura"
David Segarra, director general de Aptus, pide más empuje 'desde arriba' para que el modelo de transferencia cale en los clínicos y en posibles inversores.
José A. Plaza. Madrid | japlaza@unidadeditorial.es | 30/06/2014 00:00
En la imagen, parte del equipo que plantó la semilla de Aptus Biotech. Gerónimo Fernández, Elena Martín, Silvia Sacristán, Marta García, Valerio Frezza y Víctor González (de pie), y Ana García y Celia Pinto (sentadas), en el exterior del Hospital Ramón y Cajal de Madrid. (Lenda)
VISTA:
La historia de Aptus Biotech, como casi todas las de empresas biomédicas surgidas de un hospital, es reciente: empieza en 2010. Según ha explicado a DM David Segarra, director general, fue fundamental la labor de la Fundación de Investigación del Hospital Ramón y Cajal (Irycis), que pone en contacto a sus investigadores con el mundo inversor y empresarial.
Segarra recuerda los orígenes. Se presentó, buscando un proyecto de potencial, y entró en contacto con un equipo de científicos del centro, que le expusieron sus trabajos y le presentaron una tecnología en la que él vio aplicabilidad en el mercado de aptámeros (moléculas que mejoran las posibilidades clínicas de los anticuerpos monoclonales). Dieron forma al proyecto, buscaron un modelo de negocio y hablaron con el Irycis para formalizar la iniciativa.
Hubo acuerdo, y se decidió que hospital y empresa compartieran instalaciones. Segarra se alegra de que "la idea permaneciera donde había surgido". Este uso compartido de tiempo y espacio "generó alguna complicación, que se pulió gracias a la buena disposición del Irycis". En su opinión, es un ejemplo de cómo los hospitales van ganando en proactividad. La siguiente labor consistió en buscar inversores. Este paso se dio más al margen del hospital, y hubo suerte: "En 2011 ya surge la empresa como tal, y empieza un periodo de expansión: más trabajo, más personal... y más espacio dentro del hospital".
Extrapolando la experiencia de Aptus a la realidad española, Segarra aún ve "falta de cultura de emprendimiento en el ámbito hospitalario. Falta para llegar al nivel del CSIC o de algunas universidades, y se necesita más atención y apoyo de los organismos gestores en investigación sanitaria". Cree que los cambios deben empezar en gerentes y directivos, y luego llegar a los clínicos.
En cuanto al reparto de los beneficios que genere Aptus, se hace caso a caso. En colaboraciones con otras empresas interesadas en la tecnología de aptámeros, hospital y empresa suelen ir al 50 por ciento. En otros casos, cuando la compañía aporta más, el porcentaje puede ser de 80-20 a favor de Aptus: "La distribución se va viendo según el tipo de proyecto".
En cuanto al reparto de los beneficios que genere Aptus, se hace caso a caso. En colaboraciones con otras empresas interesadas en la tecnología de aptámeros, hospital y empresa suelen ir al 50 por ciento. En otros casos, cuando la compañía aporta más, el porcentaje puede ser de 80-20 a favor de Aptus: "La distribución se va viendo según el tipo de proyecto".
La empresa cuenta con una aptateca, una biblioteca de aptámeros que permite aplicaciones diagnósticas y terapéuticas. Por el momento, la mayor inversión corresponde a un proyecto con un candidato terapéutico para ictus, iniciativa conjunta con el Irycis y la Universidad Complutense de Madrid. Segarra explica que Aptus no se va a encargar del desarrollo clínico: tras hacer pruebas de validación in vitro e in vivo, "se abre una fase para licenciar la molécula a otra empresa biotecnológica, que se encargaría de acabar la preclínica y la fase clínica".
La compañía también cuenta con Aptadetect, una plataforma para detección de patologías partiendo de concentraciones mínimas. Segarra explica que se están buscando aplicaciones, con posibilidades en hepatitis C, enfermedades tropicales... "Hay mucho nicho de mercado: buscamos valores diferenciales".
Con la colaboración de Asebio
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