jueves, 27 de abril de 2017

Cada euro invertido en un abordaje ideal de la insuficiencia cardíaca tendría un retorno social de 3,5 euros - Industria - Elmedicointeractivo.com

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Cada euro invertido en un abordaje ideal de la insuficiencia cardíaca tendría un retorno social de 3,5 euros

Instituto Max Weber, Cardioalianza y Novartis presentan el estudio ‘Valor social de un abordaje ideal de la insuficiencia cardíaca’: análisis, investigación y propuestas de mejora en el SNS


El Instituto Max Weber, la asociación de pacientes Cardioalianza y la compañía farmacéutica Novartis han presentado el estudio ‘Valor social de un abordaje ideal de la insuficiencia cardíaca’, un proyecto multidisciplinar llevado a cabo con la colaboración de expertos en IC:  cardiólogos, internistas y profesionales de Enfermería. El objetivo de este estudio es consensuar un abordaje ideal de los pacientes con IC en el Sistema Nacional de Salud y evidenciar su impacto en términos clínicos, asistenciales, económicos y sociales para favorecer una planificación estratégica óptima de los recursos sanitarios.
La sesión ha contado con la participación del Dr. Nicolás Manito, presidente de la Sección de Insuficiencia Cardíaca de la Sociedad Española de Cardiología (SEC) entre 2012 y 2014 y jefe clínico de la Unidad de IC y Trasplante Cardíaco del Hospital Universitario de Bellvitge; el Dr. Emilio Casariego, presidente de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI) entre 2014 y 2016 y jefe de servicio de Medicina Interna del Complejo Hospitalario de Lugo; María Merino, coordinadora de Proyectos de Resultados en Salud del Instituto Max Weber; Maite San Saturnino, presidenta de Cardioalianza; y  Josefina Lloret, responsable de Relaciones con Pacientes de Novartis.
El proyecto evalúa tanto el impacto en la calidad de vida de los pacientes como en los procesos asistenciales y en la gestión de los recursos sanitarios. Esta labor analítica permite detectar necesidades no cubiertas y plantear un modelo ideal de abordaje de la IC. Más de 140 ideas derivaron en 28 propuestas prioritarias de mejora en las áreas involucradas en el manejo de la patología que repercutirían en 19 cambios positivos para los pacientes, los cuidadores, el SNS, y los profesionales sanitarios. Con este modelo óptimo de gestión se obtendría un retorno social de 3,52 euros por euro invertido en el primer año de su implantación.
El Dr. Nicolás Manito ha puesto de manifiesto la importante carga que supone la IC en nuestra sociedad: “La IC es una enfermedad crónica debilitante y concomitante que constituye una epidemia universal, debido en gran parte al envejecimiento de la población y a los hábitos poco saludables. La patología produce un profundo deterioro en la vida de los pacientes, mermando sus capacidades físicas y limitando su autonomía e independencia para llevar a cabo las actividades cotidianas. Esta situación repercute directamente en el entorno de los pacientes, cuyos familiares y amigos se ven obligados a asumir el papel de cuidador”, ha dicho.
El Dr. Manito también ha abordado el impacto que supone la patología en el SNS señalando que “en España, la IC ocasiona más de 100.000 ingresos hospitalarios al año, con estancias hospitalarias prolongadas que duran una media de 8,4 días. También representa el dos por ciento de las visitas a Urgencias y el diez por ciento de la mortalidad anual. Todo ello se traduce en unos costes asociados que alcanzan los 2.500 millones de euros anuales, es decir, hasta el dos por ciento del gasto sanitario total. Además, hay que tener en cuenta que se trata de una enfermedad que afecta principalmente a personas de edad avanzada, por lo que lo más habitual es que se acompañe de otras muchas patologías, hasta 5,3 de promedio, lo cual implica una elevada tasa de reingresos y visitas a diferentes profesionales”.
La IC es la primera causa de hospitalización en personas mayores de 65 años. Los últimos datos publicados por el Ministerio de Sanidad estimaron que en 2014 el coste total de los ingresos hospitalarios por esta causa en el SNS fue de 434,84 millones de euros, con un coste medio por hospitalización por IC correspondiente a 4.139,53 euros. Este contexto justifica la imperante necesidad de tomar medidas dirigidas a la optimización de los recursos sanitarios e implantar un nuevo estándar en el abordaje de la IC en el SNS.

El retorno social de la inversión en un abordaje ideal de la IC

El estudio ‘Valor social de un abordaje ideal de la insuficiencia cardíaca’, ha sido confeccionado atendiendo a la metodología Social ROI. La coordinadora de Proyectos de Resultados en Salud del Instituto Max Weber, María Merino, aclara que “esta herramienta permite analizar, contextualizar y cuantificar el impacto del nuevo enfoque asistencial del síndrome, lo que podría facilitar la toma de decisiones que contribuyan a maximizar el valor social de la inversión de recursos sanitarios. Para ello, se ha realizado una encuesta a 558 pacientes para conocer la afectación de la IC en el plano físico, emocional, social y laboral, cuyo cuestionario incluía un subcuestionario dirigido al cuidador informal, en caso de existir. Otra fuente de información ha sido un comité de expertos conformado por las principales especialidades médicas implicadas en la atención de la IC (Cardiología, Medicina Interna, Geriatría, Medicina Familiar y Comunitaria), así como por especialistas en Enfermería, pacientes, cuidadores, asociaciones y gestores sanitarios”.
Merino ha explicado las principales conclusiones extraídas del estudio: “Los resultados del análisis SROI muestran que por cada euro invertido en este modelo ideal se obtendría un retorno social de 9,05 euros en el área de Urgencias y hospitalización, en el área de Atención Primaria el retorno sería de 3,13 euros; en el área de Cardiología, de 3,76 euros; y en el área de Medicina Interna, de 3,09 euros. Al considerar el abordaje ideal de la IC como un todo, el retorno social a obtener con la implantación de este abordaje ideal sería de 3,52 euros, y en todos los casos el paciente sería el principal beneficiado”.
Algunas de las actuaciones que se engloban dentro de este abordaje ideal son la optimización de la historia clínica digital y del uso de la receta electrónica, una mayor rapidez en el acceso al ecocardiograma en los Servicios de Urgencias hospitalarias y AP, el fomento de la precocidad en la visita a los diferentes especialistas e incremento de las visitas domiciliarias tras el alta hospitalaria, la implantación de unidades de rehabilitación cardíaca o el desarrollo de programas de apoyo psicológico y emocional, educación sanitaria y reorientación profesional dirigidos al paciente y sus cuidadores.

La importancia de un abordaje multidisciplinar

El consenso de un grupo multidisciplinar de expertos ha permitido detectar los puntos críticos de la cadena asistencial de los pacientes con IC y establecer las propuestas de mejora. El Dr. Emilio Casariego, que junto al Dr. Nicolás Manito ha formado parte de este comité, ha expresado la importancia de enfocar la IC como una patología en la que intervienen múltiples especialidades de forma simultánea: “La mayoría de los enfermos con IC son pluripatológicos y requieren la atención de diferentes profesionales; es muy necesario que todos los especialistas intervengan de forma alineada y pongan su trabajo en común para optimizar la gestión de los recursos destinados a estos pacientes y ofrecer una asistencia integral. Parece evidente que el planteamiento global centrado en el paciente, atendiendo a las diferentes facetas de la enfermedad de manera simultánea y juiciosa, ofrece mayores beneficios que el tratamiento centrado exclusivamente en la IC o en la simple suma de los distintos tratamientos”.
Según el Dr. Casariego, “la metodología SROI ha permitido establecer las claves para definir, desde una óptica multidisciplinar, una fórmula capaz de dar solución a las carencias del enfoque actual. Este nuevo abordaje debe implicar y coordinar a todos los actores relacionados con el manejo de la IC y maximizar el valor social de la inversión mejorando el estado de salud y la calidad de vida de pacientes y cuidadores, racionalizando el consumo de recursos y reduciendo las pérdidas de productividad laboral asociadas”.

El papel del paciente

Por su parte, la presidenta de la asociación de pacientes Cardioalianza, Maite San Saturnino, ha puesto de relieve el papel que tiene el paciente en todo este proceso: “El eje central de este modelo ideal es el paciente y por ello resulta fundamental conocer a fondo las implicaciones que tiene la IC en las diferentes esferas de su vida. La encuesta ha sido un instrumento muy revelador que ha ayudado a esclarecer, entre otros datos, que cerca del 90 por ciento de los pacientes presenta comorbilidades, con una media de 2,3 enfermedades concomitantes, siendo la hipertensión arterial, la hipercolesterolemia e hipertrigliceridemia y la diabetes las más prevalentes”.
En cuanto a las dimensiones más afectadas en el día a día, San Saturnino indica que “los encuestados señalaron las relativas al dolor o malestar, la pérdida de movilidad y el deterioro psicológico y emocional. Asimismo, el cuestionario dirigido a los cuidadores, quienes son los grandes coprotagonistas en este estudio, ha puesto de manifiesto el importante desgaste físico y mental que experimentan, así como una percepción de su salud más negativa y una mayor predisposición al desarrollo de depresión y ansiedad”.
San Saturnino afirma que “este trabajo nos ha permitido aproximarnos a la situación real de estas personas y plantear las intervenciones pertinentes para dar respuesta a las necesidades no cubiertas. Ahora nos enfrentamos al reto de poner en práctica este modelo de abordaje ideal de la IC y desde Cardioalianza tendemos puentes de diálogo con la Administración sanitaria competente para lograr juntos la mejora de la atención de la IC de forma sostenible para el sistema”.
La responsable de Relaciones con Pacientes de Novartis, Josefina Lloret, señala que “el compromiso de la compañía con los pacientes y con la sociedad va más allá del desarrollo de soluciones y tratamientos innovadores, y dirige todos sus esfuerzos a la transformación global de la salud de las personas desde todos los ámbitos que intervienen en ella. Una parte fundamental de nuestro trabajo es la puesta en marcha de iniciativas como el estudio ‘Valor social de un abordaje ideal de la IC’, que nos permite abordar de forma integral una patología de la envergadura de la IC y proponer mejoras capaces de reducir significativamente su carga tanto en la vida de los pacientes como en el SNS de forma sostenible”.

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