"Ciencia impulsa la I+D, pero otros ministerios la traban"

Tras probar fugazmente la presidencia en 2008, Regina Revilla tendrá ahora tiempo para poner su granito de arena en el progreso biotecnológico al mando de la Asociación Española de Bioempresas. Confía en los mimbres del sector, pero reclama apoyo político.

José A. Plaza | 17/10/2011 00:00

Regina Revilla, nueva presidenta de Asebio. (Mauricio Skrycky)

Regina Revilla lleva algo más de tres meses como presidenta de la Asociación Española de Bioempresas (Asebio), un cargo que debe causarle cierta sensación de deja vu porque ya pasó por él, aunque sólo durante unas semanas; fue el relevo provisional de Cristina Garmendia antes de dejar paso a José María Fernández Sousa, al que paradójicamente ahora ha sustituido.

¿A qué retos se enfrenta el sector biotecnológico?
-A muchos. Uno es dar utilidad a la generación de conciencia biotecnológica; falta convertirla en acciones. Invertir en I+D es muy difícil sin un entorno apropiado y el sector cuenta con una disminución del 10 por ciento del mercado. ¿Cómo crecer si las políticas no favorecen la innovación? Los dos grandes partidos deben tener las ideas claras, crear empleo, riqueza y atraer inversiones.

La innovación sigue escribiéndose en España en minúsculas...
-Sí, aunque la Ley de Ciencia puede ser su gran valedora. Se ha aprobado con un amplio consenso y parece que, al menos, hemos aprendido la teoría. Se ha acordado la partitura pero no sabemos cómo va a sonar la música: hay que esperar a su desarrollo.

Las biotecnológicas deben estar vinculadas con la compra pública innovadora o con alianzas con las 'big pharma', pero ambas son hoy difíciles

El futuro del Ministerio de Ciencia no está claro. ¿Cómo lo valora?
-Ha prestado, especialmente en el último año, especial interés en fomentar el desarrollo de la biotecnología, gracias a medidas incluidas en la Estrategia Estatal de Innovación, a disposiciones incluidas en la Ley de la Ciencia -como la creación del Estatuto Joven Empresa Innovadora-, a proyectos como Alinnsa y a programas de financiación como los créditos ICO.

¿Qué falla entonces?
-No hay una política consensuada. Mientras desde Ciencia se está impulsando de manera efectiva el desarrollo de la I+D+i y la creación de empresas de base tecnológica, desde otros ministerios se paralizan ciertas actuaciones y se ponen trabas a la innovación. Además, los recortes en los presupuestos públicos de I+D no son buenos para la imagen que quiere dar este país de cambio de proceso productivo, ni para la generación de conocimiento que derive en riqueza.

Crecimiento empresarial y crisis no se llevan bien. ¿Qué hacer?
-Las biotecnológicas, especialmente las ligadas a la salud humana, tienen que estar vinculadas con la compra pública de tecnología innovadora o con alianzas con las big pharma, pero es un momento difícil para ambas opciones. Hay que pensar en global y saber que de la crisis pueden surgir oportunidades; si aquí no hay recursos, hay que buscarlos en otro lado.La creatividad y el pensar de otra manera, adelantándose a los acontecimientos, son la llave para salir de estas situaciones. Los mercados cambian tan rápido que no se puede pensar en el pasado, sino siempre en el futuro. Son temas cíclicos; recuerdo la crisis de finales de los 70, y la creatividad de que se hablaba entonces también sirve ahora. Tengo esperanzas porque nos basanos en la innovación. Encontraremos el camino.

Más concretamente, ¿qué problema lastra a las biotecnológicas?
-El pago de deuda pública es uno de los que más les afecta. La solución no es otra que ver el dinero: no se puede no pagar a los proveedores. Sé que los partidos políticos van a incluir soluciones en sus programas y hacen bien, porque ya es duro colocar un producto en el mercado (local, porque salir fuera es muy difícil) como para también tener que financiarlo porque no te lo pagan. Así, al final se muere de éxito: cuanto más vendes, peor.La rebaja en el precio de los medicamentos es otro frente abierto. No beneficia a la estabilidad de la industria, ni crea un entorno favorable a la inversión privada en I+D+i. Al menos, supone una alegría que se haya suavizado la bajada para los medicamentos huérfanos y que se respeten las condiciones de propiedad intelectual para evitar recortes en fármacos con patente de producto en la UE.

¿Está la sanidad pagando el pato de la crisis?
-El ámbito sanitario no está especialmente afectado; a cada uno le duele donde le pisan. El sector farmacéutico está sufriendo mucho, pero no más que otros. Se necesitan reformas estructurales en sanidad; hay una bolsa de recursos difícil de manejar, pero también espacio para mejorar sin necesidad de recortes. Sólo siendo más eficientes.

BIEN POR LOS PREDECESORES

Revilla cree que, para valorar en qué situación está Asebio, hay que citar, para bien, a todos los presidentes anteriores. Tras años difíciles, en los que presidieron José Tomás García Maldonado y Joan Marca, "hubo un punto de inflexión, con Fernando Royo al mando, en que la sociedad empezó a hablar de tú a tú a otros agentes". Posteriormente, Garmendia "puso la biotecnología en la agenda política e hizo creer que podía cambiar el sistema productivo". Fernández Sousa recogió un listón muy alto en un momento difícil, con miedo a la inversión y aversión al riesgo, "pero logró afianzar reformas en el MAB e hizo mejoras económicas y fiscales que al final han quedado lastradas por la crisis".

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