Sólo un 48 por ciento de las provincias españolas dispone de Unidades de Ictus, según el último informe de la SEN
Madrid (11/10/2011) - Redacción
• Cantabria, Asturias y Navarra son las únicas comunidades autónomas que cumplen con el objetivo de tener una cama de Unidad de Ictus por cada 100.000 habitantes
• La Rioja es la única comunidad que no dispone de UI. Andalucía, Castilla-La Mancha y Galicia tienen que aumentar sus UI de forma urgente
Según revela el informe realizado por el Grupo de Estudio de Enfermedades Cerebrovasculares (GEECV) de la Sociedad Española de Neurología (SEN), "Recursos asistenciales en ictus en España", la implantación de las Unidades de Ictus en España es insuficiente y, sobre todo, desigual. A pesar de que en el Plan de Atención Sanitaria del Ictus (PASI) y su actualización posterior, elaborado por el GEECV, se establecían unos niveles asistenciales que quedaron reflejados en el documento "Estrategia en ictus del Sistema Nacional de Salud (EI)" elaborado por el Ministerio de Sanidad y suscrito por todos los gobiernos autonómicos, queda lejos el objetivo de que la atención al ictus en España sea la mejor posible, independientemente de dónde viva el paciente y de la hora del día en que se produzca.
La implantación de Unidades de Ictus (UI) es desigual en todo el territorio nacional. Aunque están presentes en casi todas las CC.AA. (94 por ciento), sólo se cuenta con ellas en el 48 por ciento de las provincias. Esta situación es especialmente llamativa en comunidades como Andalucía (que solo cuenta con UI en 2 de las 8 provincias), Castilla-La Mancha y Galicia (que solo disponen de una) o en La Rioja (que no posee ninguna).
Por otra parte, al analizar el ratio cama de UI/número de habitantes, observamos que sólo Cantabria y Navarra cumplen con el objetivo de tener una cama por cada 100.000 habitantes. Asturias se ha unido a esta lista al inaugurar, el año pasado, la Unidad de Ictus del Hospital Central de Asturias. A la cola en este indicador se sitúa de nuevo Andalucía con un ratio de 1 cama por cada 1.037.500 habitantes o La Rioja, que no dispone de ninguna.
"En los últimos años, ha quedado demostrado que la existencia de Unidades de Ictus (UI) especializadas en los hospitales mejora drásticamente la asistencia sanitaria del ictus y es una medida eficaz para reducir la mortalidad y las secuelas neurológicas. Sin embargo, a pesar de la evidencia del beneficio de las UI y del tratamiento de trombólisis intravenosa sobre el pronóstico del paciente, la falta de un sistema de atención al ictus bien organizado y a la carencia de recursos adecuados, hace que la mayoría de los casos de ictus en España no se favorezcan de estas ventajas", señala del Dr. Jaime Masjuán, Coordinador del GEECV de la SEN.
El tratamiento con trombólisis intravenosa ha resultado ser el más eficaz contra el infarto cerebral agudo, aunque las UI son más utilizadas, debido al escaso porcentaje de pacientes que, por diferentes factores de riesgo, pueden recibirla (entre el 10 y el 15 por ciento). En España hay 80 hospitales en los que la trombólisis intravenosa está disponible, pero en el 12,5 por ciento de ellos no se trata a más de 5 pacientes al año.
Los resultados del estudio también muestran que en el 65 por ciento de las comunidades autónomas existe algún hospital con experiencia en intervencionismo neurovascular, tratamiento aplicado cuando la trombolisis intravenosa falla o no se puede administrar. No obstante, son muy pocas las CCAA que disponen de este tratamiento las 24 horas del día y los 7 días de la semana. En el resto, sólo se administra en horario de 8 a 15. "Esto conlleva a la situación de que el paciente se podrá beneficiar o no según la hora del día en que se produzca el ictus", explica el Dr. Jaime Masjuán.
A la luz de este estudio "se hace necesario buscar soluciones que permitan adecuar los recursos existentes en cada zona geográfica, así como buscar nuevos recursos para garantizar una óptima y equitativa asistencia sanitaria del infarto cerebral agudo. Una alternativa, aún por implantar, podría ser la telemedicina, hasta ahora sólo presente en Barcelona, Madrid, Baleares y Sevilla, con buenos resultados en términos de seguridad, eficacia y acceso precoz al tratamiento", concluye el Dr. Jaime Masjuán.
Con el objetivo de elaborar un sistema organizado en la atención al ictus que dé respuesta a las necesidades de cada enfermo y optimice la utilización de los recursos sanitarios, el Grupo de Estudio de Enfermedades Cerebrovasculares (GEECV) de la SEN publicó en 2006 el Plan de Atención Sanitaria del Ictus (PASI). Sin embargo, los nuevos avances en el tratamiento de la fase aguda del infarto cerebral han determinado la necesidad de realizar una revisión del mismo y, por lo tanto, una actualización de los modelos organizativos anteriores.
La implantación de Unidades de Ictus (UI) es desigual en todo el territorio nacional. Aunque están presentes en casi todas las CC.AA. (94 por ciento), sólo se cuenta con ellas en el 48 por ciento de las provincias. Esta situación es especialmente llamativa en comunidades como Andalucía (que solo cuenta con UI en 2 de las 8 provincias), Castilla-La Mancha y Galicia (que solo disponen de una) o en La Rioja (que no posee ninguna).
Por otra parte, al analizar el ratio cama de UI/número de habitantes, observamos que sólo Cantabria y Navarra cumplen con el objetivo de tener una cama por cada 100.000 habitantes. Asturias se ha unido a esta lista al inaugurar, el año pasado, la Unidad de Ictus del Hospital Central de Asturias. A la cola en este indicador se sitúa de nuevo Andalucía con un ratio de 1 cama por cada 1.037.500 habitantes o La Rioja, que no dispone de ninguna.
"En los últimos años, ha quedado demostrado que la existencia de Unidades de Ictus (UI) especializadas en los hospitales mejora drásticamente la asistencia sanitaria del ictus y es una medida eficaz para reducir la mortalidad y las secuelas neurológicas. Sin embargo, a pesar de la evidencia del beneficio de las UI y del tratamiento de trombólisis intravenosa sobre el pronóstico del paciente, la falta de un sistema de atención al ictus bien organizado y a la carencia de recursos adecuados, hace que la mayoría de los casos de ictus en España no se favorezcan de estas ventajas", señala del Dr. Jaime Masjuán, Coordinador del GEECV de la SEN.
El tratamiento con trombólisis intravenosa ha resultado ser el más eficaz contra el infarto cerebral agudo, aunque las UI son más utilizadas, debido al escaso porcentaje de pacientes que, por diferentes factores de riesgo, pueden recibirla (entre el 10 y el 15 por ciento). En España hay 80 hospitales en los que la trombólisis intravenosa está disponible, pero en el 12,5 por ciento de ellos no se trata a más de 5 pacientes al año.
Los resultados del estudio también muestran que en el 65 por ciento de las comunidades autónomas existe algún hospital con experiencia en intervencionismo neurovascular, tratamiento aplicado cuando la trombolisis intravenosa falla o no se puede administrar. No obstante, son muy pocas las CCAA que disponen de este tratamiento las 24 horas del día y los 7 días de la semana. En el resto, sólo se administra en horario de 8 a 15. "Esto conlleva a la situación de que el paciente se podrá beneficiar o no según la hora del día en que se produzca el ictus", explica el Dr. Jaime Masjuán.
A la luz de este estudio "se hace necesario buscar soluciones que permitan adecuar los recursos existentes en cada zona geográfica, así como buscar nuevos recursos para garantizar una óptima y equitativa asistencia sanitaria del infarto cerebral agudo. Una alternativa, aún por implantar, podría ser la telemedicina, hasta ahora sólo presente en Barcelona, Madrid, Baleares y Sevilla, con buenos resultados en términos de seguridad, eficacia y acceso precoz al tratamiento", concluye el Dr. Jaime Masjuán.
Con el objetivo de elaborar un sistema organizado en la atención al ictus que dé respuesta a las necesidades de cada enfermo y optimice la utilización de los recursos sanitarios, el Grupo de Estudio de Enfermedades Cerebrovasculares (GEECV) de la SEN publicó en 2006 el Plan de Atención Sanitaria del Ictus (PASI). Sin embargo, los nuevos avances en el tratamiento de la fase aguda del infarto cerebral han determinado la necesidad de realizar una revisión del mismo y, por lo tanto, una actualización de los modelos organizativos anteriores.
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