FENIN opina que el RDL 9/2011 es “una nueva reforma que hace peligrar el sector de los productos sanitarios financiados”
Madrid (22-24/10/11) - Silvia C.Carpallo
El XVIII Congreso Nacional de Derecho Sanitario abre un espacio de debate a FENIN para hablar de los retos que supone para la industria de los productos sanitarios la aplicación del RDL 9/2011, sobre todo en cuando a la imposibilidad de homogeneizar los productos, que por otra parte, supone impedimento para la innovación de las empresas
El Real Decreto Ley 9/2011 afecta no sólo a los fármacos, sino también a los productos sanitarios, y por ello, durante el XVIII Congreso Nacional de Derecho Sanitario, se abordó las consecuencias que esta nueva normativa va a tener en el sector, durante el taller de trabajo presentado por la Federación Española de Empresas y de Tecnología Sanitaria (FENIN), al que finalmente no asistía ningún miembro de la Dirección
General de Farmacia y Productos Sanitarios del Ministerio de Sanidad.
Tras el Real Decreto Ley 8/2010, que ya significó para la industria de los productos sanitarios un esfuerzo, y una pérdida de 3 millones de euros - que es lo que supuso el coste del reetiquetado del productos, según datos expuestos en este foro- esta nueva normativa, que entra el vigor el próximo mes supone nuevos retos.
Más allá de la bajada del 7,5 por ciento en el Precio de Venta al Público (PVP) en los productos sanitarios, que llega a ser del 20 por ciento en el caso de los absorventes para incontinencia de orina, el problema deriva de la necesidad de homogeneizar los productos para poder realizar una prescripción de los mismos, similar a la de los genéricos en el ámbito farmacéutico. "En medicamentos hay un razonamiento, existen grupos homogéneos, pero el de los productos sanitarios es un mundo totalmente heterogéneo que no podemos homogeneizar", explicaba Jordi Bozal, vicepresidente de la Junta Directiva de FENIN. De hecho, homogeneizar, supondría, en caso de poder hacerse, que las empresas no invirtieran en I+D "porque no tendrían razón para hacerlo", matizaba Bozal.
Otro de los conflictos que crea esta homogeneización, según aportaba en este caso Juan Antonio Ferreiro, presidente del sector de efectos y accesorios de FENIN, es que en cualquier caso, al no existir ningún criterio técnico y científico para hacerlo, se haría siempre de forma totalmente arbitraria. Todo ello también incide en el papel del farmacéutico, en cuyas manos queda "la responsabilidad de elegir un producto, cuando no son homogéneos, sino por el que él cree que es conveniente". Las cifras que supondría este esfuerzo, las mostraba igualmente Ferreiro, un ahorro de un máximo de 45 millones de euros, lo que supone un 2 por ciento del total del ahorro deseado. En general, según los expertos de este foro, esto supondría a cambio una situación que agrava la ya existente. Desde FENIN siguen recordando la urgente necesidad de crear un Real Decreto de Márgenes para el sector, puesto que el no tener un precio marcado ha generado situaciones como la de llevar 6 años sin poder sacar productos nuevos, que se traduce en estar trabajando con productos descatalogados a nivel europeo, lo que hace casi imposible cualquier tipo de exportación internacional. Por todo ello, la conclusión de Jordi Bozal es que el RDL 9/2011, no es sino "una nueva reforma que hace peligrar el sector de los productos sanitarios financiados".
Propuestas de mejora
El pasado 20 de septiembre el antiguo secretario general de Sanidad, José Martínez Olmos, recibía a FENIN para abrir el diálogo mediante la creación de un grupo de trabajo, cuya primera reunión se producía el 7 de octubre, y en la que Alfonso Jiménez Palacios, nuevo secretario general de Sanidad, y director general de Farmacia y Productos Sanitarios, definía este grupo como un grupo técnico de trabajo. Por ello, de nuevo los representantes de FENIN asistentes a este foro, se quejaban de que pese al diálogo para la homogeneización de los productos, faltaba iniciativa para abordar el resto de cuestiones, como es la creación de un marco jurídico estable para el sector.
Así, María Aláez, directora técnica de FENIN citaba los principales temas pendientes de resolución, para poder llegar a acuerdos, como el PVP en el material de acondicionamiento de los productos, el RD de márgenes de comercialización de productos sanitarios, la revisión de las clasificaciones y especificaciones técnicas de los productos sanitarios, la regulación de los descuentos, la aceptación de formatos europeos, la aplicación del IVA de los medicamentos, y un plan de I+D específico para el sector de Tecnología de la Salud.
General de Farmacia y Productos Sanitarios del Ministerio de Sanidad.
Tras el Real Decreto Ley 8/2010, que ya significó para la industria de los productos sanitarios un esfuerzo, y una pérdida de 3 millones de euros - que es lo que supuso el coste del reetiquetado del productos, según datos expuestos en este foro- esta nueva normativa, que entra el vigor el próximo mes supone nuevos retos.
Más allá de la bajada del 7,5 por ciento en el Precio de Venta al Público (PVP) en los productos sanitarios, que llega a ser del 20 por ciento en el caso de los absorventes para incontinencia de orina, el problema deriva de la necesidad de homogeneizar los productos para poder realizar una prescripción de los mismos, similar a la de los genéricos en el ámbito farmacéutico. "En medicamentos hay un razonamiento, existen grupos homogéneos, pero el de los productos sanitarios es un mundo totalmente heterogéneo que no podemos homogeneizar", explicaba Jordi Bozal, vicepresidente de la Junta Directiva de FENIN. De hecho, homogeneizar, supondría, en caso de poder hacerse, que las empresas no invirtieran en I+D "porque no tendrían razón para hacerlo", matizaba Bozal.
Otro de los conflictos que crea esta homogeneización, según aportaba en este caso Juan Antonio Ferreiro, presidente del sector de efectos y accesorios de FENIN, es que en cualquier caso, al no existir ningún criterio técnico y científico para hacerlo, se haría siempre de forma totalmente arbitraria. Todo ello también incide en el papel del farmacéutico, en cuyas manos queda "la responsabilidad de elegir un producto, cuando no son homogéneos, sino por el que él cree que es conveniente". Las cifras que supondría este esfuerzo, las mostraba igualmente Ferreiro, un ahorro de un máximo de 45 millones de euros, lo que supone un 2 por ciento del total del ahorro deseado. En general, según los expertos de este foro, esto supondría a cambio una situación que agrava la ya existente. Desde FENIN siguen recordando la urgente necesidad de crear un Real Decreto de Márgenes para el sector, puesto que el no tener un precio marcado ha generado situaciones como la de llevar 6 años sin poder sacar productos nuevos, que se traduce en estar trabajando con productos descatalogados a nivel europeo, lo que hace casi imposible cualquier tipo de exportación internacional. Por todo ello, la conclusión de Jordi Bozal es que el RDL 9/2011, no es sino "una nueva reforma que hace peligrar el sector de los productos sanitarios financiados".
Propuestas de mejora
El pasado 20 de septiembre el antiguo secretario general de Sanidad, José Martínez Olmos, recibía a FENIN para abrir el diálogo mediante la creación de un grupo de trabajo, cuya primera reunión se producía el 7 de octubre, y en la que Alfonso Jiménez Palacios, nuevo secretario general de Sanidad, y director general de Farmacia y Productos Sanitarios, definía este grupo como un grupo técnico de trabajo. Por ello, de nuevo los representantes de FENIN asistentes a este foro, se quejaban de que pese al diálogo para la homogeneización de los productos, faltaba iniciativa para abordar el resto de cuestiones, como es la creación de un marco jurídico estable para el sector.
Así, María Aláez, directora técnica de FENIN citaba los principales temas pendientes de resolución, para poder llegar a acuerdos, como el PVP en el material de acondicionamiento de los productos, el RD de márgenes de comercialización de productos sanitarios, la revisión de las clasificaciones y especificaciones técnicas de los productos sanitarios, la regulación de los descuentos, la aceptación de formatos europeos, la aplicación del IVA de los medicamentos, y un plan de I+D específico para el sector de Tecnología de la Salud.
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