VIDEOBLOG | Recortes en sanidad
La calidad de la sanidad ya no se mide en camas
Hubo un tiempo que parte de la excelencia sanitaria de un país se medía en número de camas hospitalarias por 100.000 habitantes. Cuanta más hubiera, mejor era el sistema. Hace tres décadas Suecia, por ejemplo, tenía un número elevadísimo de camas en hospitales. Daba la sensación que allí ingresaban hasta las gripes.
De lo contrario, era difícil entender qué se hacía con tanta abundancia de recursos. Eso fue hace algún tiempo. Ya hace muchos años que se viene diciendo que no hay que hacer hospitales con un número elevado de camas. Y eso no significa que no se pueda atender a los pacientes incluso mucho mejor que antes.
La noticia de que la Generalitat valenciana va a suprimir 262 camas en su comunidad de los hospitales públicos ya está creando revuelo. Mucha gente cree que ese es el mayor indicador de los recortes en el sector sanitario que se están presumiendo.
Y no necesariamente tiene que ser así. El concepto de mucha cama de hospital como marcador de excelencia es anticuado. De hecho, hace tiempo que se viene diciendo que las camas de los hospitales tienen que ser casi de Cuidados Intensivos. Para ingresar en ellas a los enfermos más graves, los que necesiten mucha asistencia.
Porque si no se está grave el mejor sitio para un paciente es su propio domicilio. Con los métodos diagnósticos que existen ahora mismo, la cirugía mayor ambulatoria, la asistencia ayudada con las tecnologías de la comunicación y las consultas ambulatorias de alta resolución se pueden resolver muchos problemas.
Por eso, debemos encontrar otros parámetros con los que calificar la calidad de un centro o de un sistema. Porque hacerlo por el número de camas ya se ha quedado obsoleto.
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