Los españoles aprueban al SNS pero temen su insostenibilidad

Los españoles tememos el copago, la subida de impuestos para financiar la sanidad y la posibilidad de contraer una nosocomial; en cambio, estamos satisfechos con el SNS y con la atención a la dependencia. Son algunos de los resultados del Barómetro de Salud de Europ Assistance.

Rosalía Sierra. Chamonix | 06/10/2011 00:00

"La crisis económica pesa sobre el consumo de cuidados sanitarios". Ésta es una de las principales conclusiones extraídas del Barómetro de Salud que ha presentado Europ Assistance en la III Convención sobre Análisis y Gestión de la Salud (CHAM 2011, en sus siglas en francés), celebrada en Chamonix (Francia).

Según Martin Vial, director general del Grupo Europ Assistance, además de la ya enunciada, dos resultados del estudio resultan "muy llamativos: los europeos son muy críticos con la atención y los recursos destinados a la asistencia a las personas dependientes, y la e-salud y la sociedad de los cuidados progresan y se refuerzan".

El citado barómetro, elaborado por el Instituto CSA, recoge mediante encuestas la opinión que los ciudadanos de nueve países europeos y Estados Unidos tienen sobre sus sistemas sanitarios, su sostenibilidad, carencias y futuro. El ahora presentado es el cuarto que la aseguradora realiza y en él se incluyen por primera vez República Checa y España.

Nuestro país ha entrado en el listado pisando fuerte: es el tercero de Europa que mejor valora su sistema sanitario -con una nota media de 5,4-, por detrás de Reino Unido -5,6- y Austria -6,2-, y es uno de los tres únicos países (junto a Austria y Estados Unidos) que valora positivamente la atención prestada a las personas dependientes.

Asimismo, sobresale en lo que a confianza en la equidad de acceso a los servicios sanitarios se refiere (ver cuadro 2) y, con un 79 por ciento de votos a favor, encabeza el ranking de ciudadanos que apoyan el uso de las nuevas tecnologías para favorecer el seguimiento domiciliario de los pacientes. Del mismo modo, un 39 por ciento de los españoles (porcentaje más alto entre los países estudiados) consideraría la posibilidad de mantener una consulta con su médico de familia mediante internet. Según Hélène Chevalier, directora del Departamento de Salud de CSA, "se aprecia una tendencia creciente a considerar que la relación médico-paciente es fundamental, pero cada vez importa menos si es presencial".

Temor al copago

Por contra, se nota que la crisis económica ha calado hondo en la perspectivas de futuro de los españoles, ya que factores como la falta de fondos públicos, el incremento del copago y el aumento de precio en los procedimientos médicos se perciben como amenazas muy graves (ver cuadro 1), junto con el temor a sufrir un error médico o una infección nosocomial.

Ante aumentar o no las primas e impuestos para asegurar un sistema de salud más equitativo, existe una clara división entre los suecos y los británicos, donde la mayoría está a favor de que se adopten dichas medidas (73 y 56 por ciento, respectivamente) e Italia (-84 por ciento), República Checa (-60 por ciento) y Polonia (-59). Además, los cambios observados son especialmente significativos. El 80 por ciento de los alemanes apoyaron en 2009 el incremento de los impuestos y contribuciones, cifra que se ha reducido hasta el 38 por ciento en 2011. Lo mismo ha sucedido con los italianos, cuyos por centajes han pasado del 57 por ciento en 2009 a apenas el 12 en tan solo dos años.

Otra preocupación relevante en España tiene relación con las enfermedades profesionales. Nuestro país arroja las cifras más altas en la importancia que se da a la necesidad de implantar programas de salud específicos para trabajadores, sobre todo en el tratamiento del estrés (un 81 por ciento de los encuestados lo considera muy importante), el dolor de espalda (83 por ciento) y detección de dolencias graves (90 por ciento).

Algo en lo que parece haber consenso en todos los países, con rangos de acuerdo entre el 51 por ciento checo y el 66 por ciento sueco -65 por ciento en el caso de España- es en la contribución que el sector sanitario hace al crecimiento económico de los países.

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