Más del 50 por ciento de los médicos considera que la prescripción por principio activo afecta al tratamiento de los pacientes
Madrid (18/10/2011) - Redacción
Según la encuesta "Percepción sobre la prestación farmacéutica y la prescripción de medicamentos en el SNS", promovida por la Fundación FACME y con la participación de 800 médicos de todas las comunidades autónomas
Ocho de cada diez médicos españoles consideran que la prescripción por principio activo (PPA) puede dar lugar a cambios reiterados en los medicamentos, lo que puede originar confusión, pérdidas de adherencia o duplicidades, en especial en los enfermos crónicos, polimedicados y personas de edad avanzada. Por este motivo, más de la mitad de los profesionales (53 por ciento) opina que la PPA puede afectar al resultado del tratamiento de sus pacientes. Así se desprende de la encuesta "Percepción sobre la prestación farmacéutica y la prescripción de medicamentos en el SNS", promovida por la Fundación de la Federación de Asociaciones Científico Médicas Españolas (FACME) y presentada en Madrid.
Un total de 800 médicos de toda España, tanto de Atención Primaria como de Especializada, ha participado en este sondeo, realizado por SigmaDos, y cuyo objetivo era conocer la opinión de los profesionales sobre las distintas medidas de regulación de la prestación farmacéutica y la prescripción de medicamentos adoptadas por las diferentes comunidades autónomas y a nivel estatal.
Según el presidente de FACME, el Dr. José Manuel Bajo-Arenas, "en el último año estamos siendo testigos de la introducción de cambios en el sistema sanitario con medidas como el catálogo de medicamentos, las políticas de prescripción por principio activo, la adjudicación por concurso público y la exclusión de ciertas denominaciones en la receta electrónica. Estas medidas se han adoptado, en general, sin contar con el consenso de los médicos y algunas plantean al colectivo profesional dudas acerca de su equidad y de si están afectando o pueden llegar a afectar a la asistencia sanitaria y a los resultados en la salud de la población". Estos son los motivos que han impulsado a FACME a promover un sondeo para conocer qué opinan realmente los médicos sobre el impacto de estas políticas.
De acuerdo con los resultados de la encuesta, el 78 por ciento de los profesionales no está de acuerdo con la adopción de programas de cambio masivo y automático de prescripción de marca a genérico o prescripción por principio activo. De este grupo, el 38,1 por ciento no considera aceptable que la administración sanitaria modifique la receta mientras que el 39,9 por ciento lo rechaza debido a sus posibles consecuencias negativas sobre el paciente. "No sólo son los médicos sino también los pacientes los que perciben diferencias en la efectividad de algunos medicamentos, aunque contengan el mismo principio activo, dosis y vía de administración. El 75,9 por ciento de los profesionales encuestados reconoce que sus pacientes notan el cambio", subraya el doctor Miguel Ángel Caracuel, vocal de la Junta Directiva de FACME.
El sondeo revela que los facultativos se guían por criterios clínicos a la hora de prescribir. El 86,8 por ciento subraya que prescribe marca, genérico o principio activo en función de las características clínicas de cada paciente y de su problema de salud. "Somos los principales responsables de proporcionar al enfermo la mejor opción de tratamiento en función de su cuadro clínico, de acuerdo a los protocolos de las sociedades científicas y de los organismos de referencia y respondiendo a los criterios de seguridad y eficacia. En estos momentos, es cierto que debemos ser parte activa en el control del gasto sanitario y favorecer un uso más eficiente de los recursos pero siempre debe prevalecer el bienestar del paciente", matiza el doctor Caracuel.
En este sentido, el presidente de FACME insiste en que el médico "es el último responsable en la prescripción del medicamento dispensado al paciente" y ante la aprobación, el pasado mes de agosto, del Real Decreto Ley 9/2011 para la mejora de la calidad y cohesión del sistema nacional de salud, demanda que "se garantice la libertad del profesional de recetar lo que considere más adecuado cuando existan causas de necesidad terapéutica que lo justifiquen". Asimismo, subraya que, "esta garantía debería aplicarse de forma homogénea en todas las comunidades autónomas, lo que evitaría la falta de equidad".
La existencia de diferencias en el acceso a los medicamentos es uno de los asuntos que preocupa al colectivo profesional. En este sentido, el 72,5 por ciento de los médicos encuestados está a favor de que se instaure un catálogo único de medicamentos en todo el territorio nacional. De esta forma, se evitarían situaciones cuya existencia revela la encuesta: el 47,2 por ciento de los participantes asegura que en su comunidad autónoma tiene dificultades para realizar algunas prescripciones y el 18,1 por ciento afirma que no puede prescribir todos los fármacos del catálogo nacional.
De hecho, tres de cada cuatro profesionales se manifiestan en contra de que en su comunidad autónoma se establezca un catálogo de prescripción propio restrictivo frente al nacional ya que, en su opinión, supondría una limitación a su libertad de prescripción. Los médicos sí están, por el contrario, de acuerdo en que se establezcan programas de ayuda diagnóstica que orienten sobre las diferentes opciones terapéuticas disponibles y alerten de interacciones o duplicidades.
El sondeo de la Fundación FACME también ha puesto de relieve la demanda ya conocida de que la formación médica continuada y el desarrollo profesional debe corresponder en primer término al Ministerio de Sanidad y, en segundo lugar, a las sociedades científicas. "Nuestras entidades científicas", subraya el presidente de FACME, "deben asumir su papel al dictar protocolos de diagnóstico y tratamiento razonables acordes al protocolo, conocimientos y al buen hacer profesional".
Un total de 800 médicos de toda España, tanto de Atención Primaria como de Especializada, ha participado en este sondeo, realizado por SigmaDos, y cuyo objetivo era conocer la opinión de los profesionales sobre las distintas medidas de regulación de la prestación farmacéutica y la prescripción de medicamentos adoptadas por las diferentes comunidades autónomas y a nivel estatal.
Según el presidente de FACME, el Dr. José Manuel Bajo-Arenas, "en el último año estamos siendo testigos de la introducción de cambios en el sistema sanitario con medidas como el catálogo de medicamentos, las políticas de prescripción por principio activo, la adjudicación por concurso público y la exclusión de ciertas denominaciones en la receta electrónica. Estas medidas se han adoptado, en general, sin contar con el consenso de los médicos y algunas plantean al colectivo profesional dudas acerca de su equidad y de si están afectando o pueden llegar a afectar a la asistencia sanitaria y a los resultados en la salud de la población". Estos son los motivos que han impulsado a FACME a promover un sondeo para conocer qué opinan realmente los médicos sobre el impacto de estas políticas.
De acuerdo con los resultados de la encuesta, el 78 por ciento de los profesionales no está de acuerdo con la adopción de programas de cambio masivo y automático de prescripción de marca a genérico o prescripción por principio activo. De este grupo, el 38,1 por ciento no considera aceptable que la administración sanitaria modifique la receta mientras que el 39,9 por ciento lo rechaza debido a sus posibles consecuencias negativas sobre el paciente. "No sólo son los médicos sino también los pacientes los que perciben diferencias en la efectividad de algunos medicamentos, aunque contengan el mismo principio activo, dosis y vía de administración. El 75,9 por ciento de los profesionales encuestados reconoce que sus pacientes notan el cambio", subraya el doctor Miguel Ángel Caracuel, vocal de la Junta Directiva de FACME.
El sondeo revela que los facultativos se guían por criterios clínicos a la hora de prescribir. El 86,8 por ciento subraya que prescribe marca, genérico o principio activo en función de las características clínicas de cada paciente y de su problema de salud. "Somos los principales responsables de proporcionar al enfermo la mejor opción de tratamiento en función de su cuadro clínico, de acuerdo a los protocolos de las sociedades científicas y de los organismos de referencia y respondiendo a los criterios de seguridad y eficacia. En estos momentos, es cierto que debemos ser parte activa en el control del gasto sanitario y favorecer un uso más eficiente de los recursos pero siempre debe prevalecer el bienestar del paciente", matiza el doctor Caracuel.
En este sentido, el presidente de FACME insiste en que el médico "es el último responsable en la prescripción del medicamento dispensado al paciente" y ante la aprobación, el pasado mes de agosto, del Real Decreto Ley 9/2011 para la mejora de la calidad y cohesión del sistema nacional de salud, demanda que "se garantice la libertad del profesional de recetar lo que considere más adecuado cuando existan causas de necesidad terapéutica que lo justifiquen". Asimismo, subraya que, "esta garantía debería aplicarse de forma homogénea en todas las comunidades autónomas, lo que evitaría la falta de equidad".
La existencia de diferencias en el acceso a los medicamentos es uno de los asuntos que preocupa al colectivo profesional. En este sentido, el 72,5 por ciento de los médicos encuestados está a favor de que se instaure un catálogo único de medicamentos en todo el territorio nacional. De esta forma, se evitarían situaciones cuya existencia revela la encuesta: el 47,2 por ciento de los participantes asegura que en su comunidad autónoma tiene dificultades para realizar algunas prescripciones y el 18,1 por ciento afirma que no puede prescribir todos los fármacos del catálogo nacional.
De hecho, tres de cada cuatro profesionales se manifiestan en contra de que en su comunidad autónoma se establezca un catálogo de prescripción propio restrictivo frente al nacional ya que, en su opinión, supondría una limitación a su libertad de prescripción. Los médicos sí están, por el contrario, de acuerdo en que se establezcan programas de ayuda diagnóstica que orienten sobre las diferentes opciones terapéuticas disponibles y alerten de interacciones o duplicidades.
El sondeo de la Fundación FACME también ha puesto de relieve la demanda ya conocida de que la formación médica continuada y el desarrollo profesional debe corresponder en primer término al Ministerio de Sanidad y, en segundo lugar, a las sociedades científicas. "Nuestras entidades científicas", subraya el presidente de FACME, "deben asumir su papel al dictar protocolos de diagnóstico y tratamiento razonables acordes al protocolo, conocimientos y al buen hacer profesional".
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