Pedro Parra: “Nos faltan recursos y medidas encaminadas a evaluar la calidad de lo que se hace a nivel asistencial”
Murcia (11/10/2011) - F. Romero
El presidente saliente de la Sociedad Española de Calidad Asistencial y co-autor del documento sobre "Indicadores de Calidad para hospitales del Sistema Nacional de Salud (SNS)", ha concedido una entrevista a EL MÉDICO INTERACTIVO
Tras cuatro años al frente de la SECA, el Dr. Pedro Parra deja el cargo con "buen sabor de boca, ya que se han cumplido los objetivos previstos". Sin embargo, en el horizonte aprecia algunas nubes que se ciernen sobre la Sanidad pública española. Dada su dilatada experiencia en este ámbito, así como co-autor del informe sobre "Indicadores de Calidad para hospitales del Sistema Nacional de Salud", este experto ofrece unas reflexiones de interés sobre el camino andado y los pasos a dar en pos de la imposición en nuestro país de una verdadera cultura de la calidad.
- ¿Qué se ha pretendido con la elaboración de este informe sobre indicadores de calidad en los hospitales del SNS?
- El objetivo prioritario es monitorizar e impulsar la mejora continua en los hospitales del Sistema Nacional de Salud. La principal aportación del empeño coordinado desde la SECA estriba en dotar al sistema de un conjunto de indicadores potencialmente utilizables por todos los implicados, disponiendo así de referencias comunes que faciliten converger agregadamente hacia las mejores prácticas. El proyecto es el resultado de un grupo de trabajo promovido por la SECA, y en el que han participado otras sociedades científicas, entre las que están la Asociación Española de Cirujanos (AEC) la Sociedad Española de Urgencias y Emergencias (SEMES), la Sociedad Española de Cardiología (SEC) y la Sociedad Española de Medicina Intensiva, Crítica y Unidades Coronarias (SEMICYUC).
- Realmente, ¿cómo afecta la identificación de marcadores de calidad a la asistencia real que se le ofrece en los hospitales del SNS a los pacientes?
- Conocer estos indicadores hará posible identificar prácticas asistenciales con potencial de mejora, y podrán ser utilizados como una herramienta que guíe los esfuerzos de mejora de la calidad. "Su empleo sistemático para el control de la calidad de la atención prestada por los hospitales contribuye también decisivamente a aumentar la transparencia para los profesionales, centros, servicios, pacientes y ciudadanos. Pero principalmente proporciona información para orientar adecuadamente las iniciativas de mejora de la calidad".
- ¿Qué valoración hace del XXIX Congreso Nacional de la SECA?
- Se ha mantenido la calidad y el interés de las conferencias, en comparación con citas anteriores, pero desgraciadamente hemos registrado un descenso superior al 25 por ciento en el número de inscritos, un hecho que viene motivado especialmente por los efectos de la crisis.
- Incluso en esto se nota la crisis económica...Pero, ¿también va a repercutir en la calidad asistencial?
- Esperemos que no sea así, pero el ruido que nos llega de recortes y ajustes no hace presagiar nada bueno en cuanto a la calidad de las prestaciones asistenciales.
- ¿Es compatible reducir el presupuesto sanitario con el mantenimiento o, incluso, el aumento de la calidad asistencial?
- Difícil. Es cierto que necesitamos que el sistema sanitario público sea sostenible, por lo que es indispensable lograr un equilibrio entre ingresos y gastos. Globalmente, nuestro SNS tiene un razonable nivel de eficiencia, que tenemos la obligación de mantener o, incluso, incrementar. Por eso, no podemos aceptar ajustes y recortes de presupuestos indiscriminados, ya que esto afectará negativamente a la calidad de los servicios sanitarios. Si los ajustes se hacen de esta manera, quizás estemos premiando a aquellos centros más ineficientes y castigando a los más competentes.
- En general, ¿cuál es el diagnóstico de la calidad asistencial de nuestro país?
- La situación actual no es mala, pero el futuro no es halagüeño. Este Congreso que hemos celebrado en Murcia nos ha servido para hacer un balance de lo que se ha hecho en la última década en nuestro país en este ámbito y la conclusión a la que hemos llegado es que se han llevado a cabo iniciativas de interés, pero casi siempre de forma aislada, no continuada, no reglada ni han servido para instaurar entre los decisores sanitarios una verdadera cultura de la calidad. A nivel macro, nuestro SNS tiene buenos indicadores de calidad; sin embargo, nos faltan recursos y medidas encaminadas a evaluar la calidad de lo que se hace a nivel asistencial.
- Uno de los principales pilares sobre los que se asienta cualquier estrategia de calidad asistencial pasa por los sistemas de información. ¿Cómo han evolucionado en esta década?
- Tristemente, hemos comprobado que el desarrollo de los sistemas de información está sensiblemente por debajo de las expectativas de las personas que trabajamos en la evolución de la calidad asistencial dentro del SNS. Disponemos de unos sistemas de información muy frágiles y que mantienen importantes déficits, que nos impiden, entre otras cosas, hacer comparaciones, identificar a los mejores profesionales, facilitar el aprendizaje,..Carecemos de un sistema de información básico y homogéneo que nos permita medir y evaluar lo que está sucediendo en cada centro.
- Sin embargo, hay áreas que sí parecen haber experimentado un auge significativo, como es el caso de la seguridad del paciente...
- Sin duda, es donde más mejoras hemos documentado. El impulso de la Organización Mundial de la Salud, canalizado en nuestro país a través de la Agencia de Calidad del Ministerio, está dando buenos resultados. De hecho, se han puesto en marcha distintas iniciativas que han servido para generar una incipiente cultura de la seguridad del paciente en los centros sanitarios de nuestro país. Pero, insisto, nos faltan instrumentos para evaluar adecuadamente lo que se está haciendo.
- Y en cuanto a la gestión de la calidad, ¿cómo está la situación?
- Hay luces y sombras. Se han registrado importantes avances, pero no han terminado de cuajar del todo, más que nada porque sigue sin entenderse muy bien que la gestión de la calidad debe ser el centro, el eje, de la estrategia de cualquier centro sanitario. También en la gestión de la calidad echamos de menos una evaluación reglada y una identificación correcta de las buenas prácticas, identificando puntos fuertes y débiles.
Sin duda, la gestión de la calidad se encuentra aún en un estado inmaduro en nuestro SNS, debido a que no hay confluencia de intereses entre los diferentes agentes implicados. Los ciudadanos no han alcanzado un nivel de información suficiente como para tener capacidad y nivel de exigencia ante el SNS para pedir la calidad necesaria; en cuanto a los políticos, creo que han adoptado un discurso vacío, que no se traduce en hechos; por su parte, los profesionales son los que más interés muestran por este tipo de iniciativas, pero no cuentan con el apoyo y respaldo de los gestores y dirigentes sanitarios. En los últimos años se ha producido una importante brecha entre el creciente interés de los profesionales por mejorar la calidad asistencial y el insuficiente respaldo a este tipo de iniciativas por parte de los responsables de la gestión.
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