SALUD PÚBLICA | En países como Sudáfrica
Sanatorios para aislar a tuberculosos sin cura
Expertos demandan instalaciones específicas para la tuberculosis. | Lilly
- Piden reabrir estas instituciones olvidadas desde hace décadas
- La resistencia a los antibióticos ocasiona pacientes sin solución
- Pueden subsistir meses en estado terminal y contagiar a otros
Ya en la Antigüedad, el sabio Hipócrates observó que "de un tísico nace otro tísico", advertencia que anticipaba la capacidad contagiosa de la tuberculosis, tradicionalmente conocida como tisis. Asociada a la creatividad artística, quizás porque Chopin o Dostoievski la padecieron, tanto la enfermedad como los sanatorios en los que se cuidaba a los pacientes han sido objetos de numerosas referencias literarias.
Con la llegada de las terapias farmacológicas, a mediados del siglo XX, la incidencia de la tuberculosis en el mundo se redujo drásticamente y los sanatorios, como aquel en que Thomas Mann situó 'La montaña mágica', cayeron en el olvido. Pero, tras décadas usando la rifampimicina y otros antibióticos, han proliferado casos de tuborculosis resistente a estos tratamientos, lo que ha vuelto a plantear la cuestión: ¿Qué hacer con los pacientes que no responden a la cura?
La prestigiosa revista 'The Lancet' acaba de publicar una opinión, firmada por expertos de Sudáfrica y la Organización Mundial de la Salud (OMS), en la que se argumenta a favor de recuperar la institución de los sanatorios. El problema es que, en países con gran prevalencia de esta enfermedad, los casos resistentes a los antibióticos acaparan en torno al 50% de los recursos dedicados a la tuberculosis, a pesar de que los pacientes son sólo una pequeña fracción -entre el 1% y el 2%- del total.
Estas personas no responden a ningún tratamiento y pueden permanecer durante meses, aunque sin esperanza de cura, en la cama del hospital. Los médicos se ven entonces ante la disyuntiva de dejarlos ingresados, ocupando una plaza y pudiendo contagiar a otros pacientes o al personal sanitario, o devolverlos a sus casas, lo que podría ser aún peor si propagaran la infección en su comunidad.
Ingresos voluntarios
Por todo ello, los doctores Keertan Dheda -catedrático de Neumología de la Universidad de Ciudad del Cabo en Sudáfrica- y Giovanni B. Migliori -colaborador del Centro de Tuberculosis de la OMS en Tradate (Italia)- creen que la mejor opción sería crear centros especializados donde estos pacientes, siempre de manera voluntaria, pudieran retirarse a morir en un entorno "digno" y "seguro".Los nuevos sanatorios, heredores de aquellos a los que acudían pacientes "en busca de aire limpio, luz solar, alimentación adecuada y micronutrientes como el calcio", serían hoy "instalaciones provistas de cuidados paliativos y laboratorios de última generación", según los autores. Por el contrario, la situación que se vive en la actualidad en países como Sudáfrica es que los pacientes de tuberculosis resistente "no tienen o tienen muy pocas habitaciones de aislamiento individual", mientras que sus cuidadores cuentan con "un acceso limitado a tecnologías para controlar la infección".
Los autores recuerdan que otros países, incluidos todos los africanos en vías de desarrollo, China, India o antiguas repúblicas de la Unión Soviética, se están "enfrentando a las mismas dificultades: una gran carga de la enfermedad y, por tanto, cifras crecientes de tratamientos fallidos, así como una falta de instalaciones adecuadas para el control y aislamiento". Incluso en la Unión Europea, donde no se tienen problemas equivalentes, se ha demostrado en un reciente estudio que los controles estandarizados contra infecciones hospitalarias "están lejos del ideal", según los investigadores.
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