En casa, con lo bueno de la residencia

Ania Elorza Vitoria 9 JUL 2012 - 00:30 CET

El último ejemplo más visible de coordinación sociosanitaria es el servicio BetiOn, el que desde 2011 se encarga del sistema de teleasistencia —el colgante con un botón de alarma— de más de 25.000 vascos, una atención que hasta entonces gestionaba cada diputación —además del Ayuntamiento de Vitoria— a través de una encomienda de gestión, con servicios que no coincidían entre provincias y que generaban desigualdades entre los usuarios vascos. Con el servicio unificado en el Gobierno, este se ha trasladado a Osatek, la sociedad pública dependiente del Departamento de Sanidad donde comparten plataforma BetiOn y Osarean, el centro de salud a distancia de Osakidetza.

La conexión entre Sanidad y Asuntos Sociales va más allá, ya que a través del servicio de telealarma las personas que reciben el servicio pueden pedir cita con el médico o solicitar hablar con una enfermera que les aconseje por teléfono sobre cómo tratar enfermedades de carácter menos grave, en lo que se conoce como el consejo sanitario. BetiOn añadirá en breve nuevas prestaciones a los más de 25.000 vascos que utilizan el servicio, como el control a distancia de sus constantes vitales o el contacto con el centro de salud a través de medios audiovisuales.

Otro de los ejemplos de coordinación para garantizar los cuidados en el domicilio es el programa Etxean Ondo, que ya ha sido probado en Gipuzkoa y ahora se extenderá a Álava y a Bizkaia. Gracias a esta iniciativa, se provee de distintos servicios a las personas mayores en su propio hogar, una atención integral que requiere de un importante esfuerzo de coordinación entre las instituciones y con las entidades privadas que prestan algunos servicios.