Las familias españolas asumen el cuidado de sus mayores dependientes pero esperan ayuda de la Administración

El 55 por ciento de los españoles querrían trasladar a sus casas a sus padres en situación de dependencia para atenderles, aunque las opciones del modelo de cuidado se reparten a partes iguales entre quienes optan por recurrir a cuidadores externos y quienes prefieren que el cuidado sea asumido por la familia.

Redacción | 11/07/2012 00:00

Estas son algunas de los conclusiones obtenidas en la investigación desarrollada durante cinco años para la Fundación BBVA por un equipo coordinado por María Ángeles Durán, profesora de Investigación del CSIC en el Centro de Ciencias Sociales y Humanas, y que se publica como El trabajo no remunerado en la economía global.

El sentido de obligación de asumir personalmente el cuidado de los progenitores está vinculado al sexo, la situación laboral, la edad y el estatus socioeconómico. Así, el sentido de obligación es mayor entre las mujeres, con un porcentaje del 38 por ciento frente al 25 de los hombres, y en el 41 por ciento de los encuestados mayores de 65 años frente al 29 por ciento de los menores de 30, y también ocurre en el 43 por ciento de las amas de casa en comparación con el 25 por ciento de los que tienen un empleo.

A pesar de ese sentimiento de obligación moral que comparte el 91 por ciento de los cuidadores no remunerados, la mitad de ellos añade que "no tienen más remedio que hacerlo", el 22 opina que "se encuentra en un callejón sin salida" y el 21 por ciento cree que "es una carga excesiva". El 85 por ciento de los cuidadores atienden a diario y el 40 por ciento dedican a esta actividad entre 8 y 24 horas diarias. Como consecuencia de la sobrecarga, un 45 por ciento padece enfermedades crónicas.

Además, la mayoría de los españoles otorga un papel esencial a las administraciones públicas en la atención a las necesidades de las personas mayores que viven solas, ya sea de forma prioritaria o en colaboración con las familia, y aunque el 80 por ciento considera que cuidar de un dependiente impacta en la economía familiar, pocos confían en ser compensados por la Administración.