martes, 21 de junio de 2011

XXI Congreso Europeo de Hipertensión y Prevención Cardiovascular :: El Médico Interactivo, Diario Electrónico de la Sanidad ::

Especialistas españoles apuestan por un mejor control multidisciplinar de la hipertensión como vía más eficaz para reducir el riesgo cardiovascular y renal

Nekane Lauzirika

En el XXI Congreso Europeo de Hipertensión y Prevención Cardiovascular, celebrado en Milán, se han reunido los más destacados expertos españoles en esta patología



Milán (22-6-11).- Teniendo en la hipertensión arterial (HTA) un enemigo tan silencioso e insidioso como dañino y padeciéndolo un tercio de la población adulta en España, todos los avances que se consigan para detenerlo o disminuir sus efectos nocivos son siempre de gran interés. Más aún en las personas mayores de 65 años donde el porcentaje de afectados supera con creces el 70 por ciento.

Para abordar los principales avances alcanzados en las últimas investigaciones y dar a conocer las perspectivas más significativas en el tratamiento de la HTA, expertos mundiales se han reunido en el XXI Congreso de la Sociedad Europea de Hipertensión (ESH, siglas en inglés) que ha tenido lugar este fin de semana en Milán.

Al tiempo que se celebraba el Congreso sobre hipertensión arterial que anualmente convoca la EHS, Novartis ha reunido a los más destacados expertos españoles en esta patología para entre ellos poner en común sus conocimientos, investigaciones y avances sobre esta patología que avanza al unísono sobre el envejecimiento de la población.

La manifestación más típica de la hipertensión son las cifras altas de presión sistólica, un dato que se asocia a riesgo cardio y cerebrovascular provocando en consecuencia daños tanto en la autonomía como en la capacidad cognitiva.

Sucede, sin embargo, que aunque se disponga de mucha información sobre sus efectos en personas de edad avanzada no se tienen datos muy precisos de cuáles son los niveles de presión arterial a partir de los cuales estos mayores debieran ser tratados, así como tampoco se conoce con exactitud hasta qué nivel es necesario reducir esta hipertensión arterial para que el deterioro sea el menos posible.

“Es precisamente a la búsqueda de estos datos tan específicos hacia el que se mueve el estudio APOLLO, dentro del programa ASPIRE HIGHER, de Novartis, que analiza las acciones que los inhibidores directos de la renina provocan en el metabolismo del paciente. Con este estudio lo que se trata es de determinar con precisión los valores hasta los que se debe de disminuir la presión arterial de la persona mayor para lograr retrasar su deterioro tanto físico como mental”, detalló el doctor Josep Redón, jefe del Servicio de Medicina Interna y Coordinador de la Unidad de Hipertensión del Hospital Clínico Universitario de Valencia, quien en el Congreso de Milán tomo posesión como nuevo presidente de la Sociedad Europea de Hipertensión.

La clave de todo el proceso del control de la hipertensión radica en el funcionamiento del sistema renina-angiotensina (SRA) que es el complejo enzimático que utilizan los riñones para estrechar los vasos sanguíneos y que en los pacientes hipertensos al funcionar de manera inadecuada produce dicha hipertensión y el daño orgánico asociado. Habitualmente se usan los inhibidores de esta renina para lograr que el sistema SRA funcione correctamente.

Por esta razón, tanto los nefrólogos como cardiólogos desean que se impulse una investigación continua a la búsqueda de nuevas estrategias para inhibir ese sistema renina, para lo cual las nuevas terapias son la gran esperanza.
Inhibidores en combinación con otros fármacos. “En ocasiones, es suficiente la monoterapia de inhibidores para lograr un control correcto de la hipertensión arterial, pero en otras es preciso la combinación de estos inhibidores con otros medicamentos, por ejemplo diuréticos, que en conjunto disminuyen el riesgo de hipertensión”, explicó el profesor Luis Ruilope, responsable de la Unidad de Hipertensión del Hospital 12 de Octubre de Madrid.

Además del riesgo edad como un factor asociado en la hipertensión, existen otros como la diabetes, otros síndromes metabólicos, insuficiencia renal crónica o enfermedad cardiovascular. Todos los incluidos en estos grupos son considerados pacientes de alto riesgo y en ellos deben controlarse no solo el factor hipertensión sino otros para lograr que las cifras de supresión de los vasos sanguíneos sea lo más cercana posible a lo normal para lo que se necesita casi siempre una terapia en combinación de medicamentos.

Los protocolos europeos de Manejo de la Hipertensión Arterial recomiendan utilizar combinaciones fijas de antihipertensivos en este tipo de pacientes ya que simplifican la pauta de tratamiento y favorecen un mejor cumplimiento.

Edad e hipertensión
Todas las estadísticas demográficas nos sitúan en un envejecimiento acelerado de la población por lo que la prevalencia de la hipertensión y la diabetes se incrementarán de manera sustancial. Dado que tanto la presión arterial elevada como la diabetes mellitus 2 afectan de manera silenciosa pero insidiosa a órganos vitales como corazón y riñón el acrecentamiento de ambas con la edad hará que se erijan en causas principales de patologías cardiacas, vasculares-cerebrales y renales en esas personas ancianas.

Todo esto no cabe duda que provocará un impacto clínico y sanitario de gran alcance en nuestra sociedad, por lo que para el doctor Javier Díez, catedrático de Medicina Cardiovascular de la Facultad de Navarra y director del Área de Ciencias Cardiovasculares en el CIMA la necesidad de tratar precozmente todos los factores que puedan provocar daño en el corazón, en el riñón y en el cerebro de hipertensos y diabéticos se convierte en materia de máxima prioridad; incluso y teniendo siempre presente ese horizonte de una población envejecida, los expertos reclaman un tratamiento agresivo contra esos factores incluso cuando el daño ya está iniciado, lo que evitaría que aparecieran daños “per se” irreversibles en los órganos.

Los expertos, como el doctor Díez, quieren resaltar que en esta lucha contra la hipertensión los médicos de familia deben disponer de un conocimiento multidisciplinar para tratar con éxito a sus pacientes hipertensos, porque el sistema cardiovascular funciona como un todo indivisible, de modo que cuando está expuesto a presión arterial elevada o diabetes sufre daños múltiples simultáneos en todo él. Es decir, un paciente hipertenso con disminución de filtrado en los riñones, con casi toda probabilidad presentará alteraciones en la distensión de los ventrículos cardíacos o un paciente diabético con infarto miocárdico por arterosclerosis coronaria es casi seguro que tendrá placas de ateroma en las arterias carótidas e incluso en arterias de los miembros inferiores.

Precisamente este impacto global sobre el sistema orgánico cardiocerebral es lo que hace que el control de la presión arterial se convierta en una diana fundamental en el tratamiento que los médicos han de dar a la persona de edad.

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