"Todo lo ético no puede tener un reflejo legal"

El magistrado Antonio del Moral, diserta sobre las conflictivas relaciones entre ética, derecho y ciencia.

S.Valle | soledad.valle@unidadeditorial.es | 26/11/2012 00:00

Antonio del Moral, magistrado de la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo, pronunció el discurso inaugural del VII Seminario Internacional e Interuniversitario de Biomedicina y Derechos Humanos, organizado por la Fundación Tejerina y la Fundación Ortega-Marañón, que se clausuró el pasado viernes en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas.

Justicia, ley, ciencia y ética: relaciones y conflictos fue el título de la ponencia, con la que el magistrado explicó que aunque todos estos conceptos están relacionados tienen sus parcelas de actuación y hay que respetarlas. "El derecho no puede hacerse al margen de la ética y toda regulación jurídica tiene detrás una concepción ética", y advirtió: "Quien pretenda que todos sus planteamientos éticos tengan un refrendo legal, llegará al fundamentalismo".

"La pretensión de que el derecho se rinda a los caprichos de la ciencia nos conduciría a una bioética complaciente", apunta el magistrado del Tribunal Supremo

El magistrado afirma que "no existe ningún planteamiento neutral" y reclama abrir el debate axiológico sobre las normas, que, asegura, se ha hurtado "bajo la falsa excusa de la neutralidad".

Además de no ser neutrales, las leyes pueden ser injustas, pues "los procedimientos no son garantía de la justicia de las normas".

Con estas premisas, Del Moral afirma que "la ley del aborto española tiene muchas incoherencias". Por ejemplo: "No es coherente que el Código Penal española legitime el aborto en algunos casos, pero pene las lesiones que se pueden producir al feto en un parto [se puede entender en referencia a las negligencias de actuaciones médicas]".

En este sentido, se muestra partidario de no exagerar en la positivación de los actos, asegurando que "la ética no se agota en la ley".

En cuanto a los avances científicos, cree que "el cientificismo no deja de ser un tipo de ética y por lo tanto tiene que ser debatida". Se refiere a que es tan absurdo que "un médico redacte proposiciones de ley, como un jurista haga fecundaciones in vitro".

En la relación entre derecho y ciencia está en juego la bioética que queremos tener, sobre lo que reflexiona: "La pretensión de que el derecho se rinda a los caprichos de la ciencia nos conduciría a una bioética complaciente".