lunes, 16 de junio de 2014

Falta visión a largo plazo para mantener el tipo en I+D biomédica - DiarioMedico.com

Falta visión a largo plazo para mantener el tipo en I+D biomédica - DiarioMedico.com



DEBATE FUNDACIÓN SALUD 2000

Falta visión a largo plazo para mantener el tipo en I+D biomédica

La investigación en salud española tiene un problema de recursos pero también de estrategia y de medidas de apoyo como, por ejemplo, una ley de mecenazgo que facilite la contribución privada, según se trató en el debate sobre la I+D biomédica organizado por DM y Fundación Salud 2000.
Javier Granda. Barcelona | dm@diariomedico.com   |  16/06/2014 00:00

Ramón Hernández,Josep Tabernero,Xavier Montalbán,Carmen González,Carlos Simón y y  Manel Esteller
Ramón Hernández, director médico de Merck; Josep Tabernero, jefe de Oncología Médica del Hospital Valle de Hebrón; Xavier Montalbán, jefe de Neurología-Neuroinmunología del Valle de Hebrón; Carmen González, presidenta de Fundación Salud 2000; Carlos Simón, director científico del IVI, y Manel Esteller, director de Epigenética y Biología del Cáncer del Idibell. (Jaume Cosialls)
El preocupante estado de la I+D biomédica en España y la necesidad de una estrategia a largo plazo y de una Ley de Mecenazgo que contribuya a impulsarla articulan el debate organizado por Diario Médico en colaboración con la Fundación Salud 2000 en el que han participado Xavier Montalbán, jefe del Servicio de Neurología-Neuroinmunología del Hospital Universitario del Valle de Hebrón y director del Centro de Esclerosis Múltiple de Cataluña ; Josep Tabernero, jefe del Servicio de Oncología Médica del mismo centro y director del Valle de Hebrón Instituto de Oncología (VHIO); Manel Esteller, director del programa de Epigenética y Biología del Cáncer del Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge (Idibell); Carlos Simón Vallés, director científico del Instituto Valenciano de Infertilidad (IVI), y Ramón Hernández, director médico de Merck España.
Esteller inicia la charla, que se celebra en la redacción barcelonesa del periódico, exponiendo que el estado de la I+D biomédica es buena pero preocupante: "Se sigue viviendo en una inercia de los réditos del periodo de bonanza económica entre 2000 y 2008, con porcentajes de inversión del PIB de apenas el 1,3 por ciento frente al 4-5 por ciento europeo. Algo que, para Simón "es terrible, porque se ha perdido mucha investigación previa y no hay una voluntad de mantener el nivel, que es el futuro: hace falta tener claros los objetivos de país".
Tabernero recuerda que los fondos de investigación estatales han caído aproximadamente un 40 por ciento desde 2008, aunque el caso no es único en España ya que, por ejemplo, en Reino Unido el descenso en el NIH ha sido del 26 por ciento. En su opinión, además de apostar por la investigación, "es imprescindible la autocrítica. Tenemos el edificio del I+D construido; ahora toca renovarlo, pero tampoco hay que renovarlo todo, porque hemos financiado mucha investigación de altísima calidad, pero no todos los grupos son iguales. Y nos falla la traslacionalidad".
  • Xavier Montalbán: "La publicación va a disminuir en los próximos años; tenemos buena ciencia, pero algunos grupos están más avanzados que otros"
Para Montalbán, otro paso pendiente es la apuesta por el licensing, "más que por las patentes, porque sufrimos de una cierta patentitis(...). Estoy convencido de que la publicación (de artículos) va a disminuir en los próximos años; tenemos buena ciencia, pero algunos grupos están más avanzados que otros. Tenemos buen factor de impacto, aunque todavía no sé cómo lo hemos hecho, porque combatimos con espadas de madera. Y, de forma muy preocupante, se nos están escapando los jóvenes talentos tanto por un tema económico como por una sensación de falta de respeto, lo que me parece tremendo", lamenta.
Sí hay 'clientelismo'
El clientelismo es otro aspecto negativo que, según Esteller, "ha mejorado mucho, aunque sigue existiendo".
Hernández aporta el punto de vista de la industria farmacéutica que, junto a la del automóvil, es la que más invierte en I+D: unos 1.000 millones de euros al año, la mitad de ellos dedicados a ensayos clínicos (150 a investigación básica). "Este es un hecho poco reconocido, porque pocas veces se tiene en cuenta esta aportación cuando se ponen en marcha medidas coyunturales como bajadas de precios. Y lo que está ocurriendo es que hay una desinversión que comenzó en 2008 con un gravísimo problema de definición de modelo, porque no se reconoce la innovación y, además, con retrasos en los pagos", recuerda.
Los largos procesos burocráticos son otro obstáculo a salvar por los proyectos de I+D que, como recalca Montalbán, "son absolutamente intimidatorios y, en muchas ocasiones, condenan al fracaso desde el inicio. En Alemania o Francia se aprueban estudios muy rápidamente y aquí se rechaza tras cuatro meses de espera". Para Tabernero, en el campo de la Oncología es cierto que estos procesos eran muy lentos pero la situación ha mejorado, lo que permite a los grupos españoles ser competitivos en Europa, "aunque podrían mejorar aún más".
Afirma Tabernero que se avanza hacia una medicina "mucho más personalizada, y el sistema de salud debe hacer compatible esta personalización con el proceso de terciarización, con consorcios de hospitales que puedan definir el mejor tratamiento para cada paciente. No todos los hospitales están preparados para dar el mejor tratamiento e investigar; cuáles sí y cuáles no (deben estarlo) es algo que debemos establecer entre todos".
Esteller, por su parte, recalca el afán recaudatorio, "que puede dañar la investigación y que está bloqueando tanto una Ley de Mecenazgo efectiva como el micromecenazgo". Y añade que debe haber gestores valientes y bien formados y una carrera profesional de transferencia tecnológica, "que (los gestores de I+D) no seanamateurs como ahora".
  • Carlos Simón: "Aportamos el 3 % de la producción científica mundial pero aquí no viene fellows a aprender, no hay premios Nobel desde el s XIX..."
Más masa crítica
Otro inconveniente, según Montalbán, es la tendencia "a territorializarlo todo, que es positivo en patologías de muy alta prevalencia. Pero a veces se produce una confusión, porque no tenemos gestores suficientemente preparados para entenderlo y porque hay un modelo de enfermedad crónica, que se generaliza: en una serie de enfermedades, especialmente en las que somos punteros, los enfermos no pueden ser tratados en cinco centros de Barcelona, cuando en todo Canadá hay sólo cinco; esta situación es una barbaridad porque necesitamos una masa crítica de pacientes para hacer investigación clínica y para contribuir al ahorro sanitario. El problema es que somos muy cortoplacistas".
Tabernero apunta que en este país se funciona "por partidas, que no son vasos comunicantes. Todo está muy estructurado. Y en este proceso de medicina de precisión invertir mucho más en diagnóstico hace que el tratamiento pueda ser más adecuado e, incluso, disminuya. Pero esto hay que entenderlo, y hay que ser valientes y hacer que los presupuestos estén equilibrados entre área terapéutica y área diagnóstica".
En opinión de Simón, la investigación española en el exterior "se percibe tal y como está: aportamos el 3 por ciento de la producción científica mundial pero aquí no vienen los fellows a aprender, no hay premios Nobel desde el siglo XIX... Sabemos cuál es nuestro nivel, pero queremos mantenerlo y mejorarlo. En el futuro, necesitamos apuestas a largo plazo, con políticas a veinte años que apuesten por el I+D, eliminando las trabas burocráticas, con una Ley del Mecenazgo -que es fundamental- y una fibra empresarial preparada para invertir". Esteller se adhiere diciendo que es imprescindible una continuidad y una apuesta por parte de los diferentes gobiernos, "sean del color que sean, porque la investigación es un bien social". Hernández, por su parte, subraya el papel fundamental que juega la colaboración público-privada, con ejemplos que, según confirman Montalbán y Tabernero, "no son siempre bien vistos".
El debate concluye analizando la labor de la Fundación Salud 2000, vinculada a Merck España, que cada año dona siete ayudas de 25.000 euros a científicos españoles, por las que recibe 400 solicitudes anuales. Montalbán, Tabernero, Esteller y Simón forman parte de la larga lista de investigadores cuyos proyectos se han beneficiado de esas ayudas en 23 años.

La investigación en España desde el punto de vista de los científicos

Manel Esteller
Su investigación está centrada en la búsqueda de marcadores genéticos y epigenéticos que permitan predecir el comportamiento de los tumores así como el desarrollo de fármacos preclínicos que tengan efectos positivos en el control de esos tumores.
Carlos Simón
Su equipo, entre otros muchos trabajos, se basa en la genética para diagnóstico personalizado, desde que la pareja busca el embarazo. Tienen un panel de más de 3.000 mutaciones (tecnología por secuenciación masiva) para detectar la mutación recesiva compartida.
Josep Tabernero
Los diferentes laboratorios del VHIO que dirige investigan cómo subtipificar mejor diferentes cánceres, como el colorrectal, permitiendo obtener tanto información pronóstica como sobre qué tipos de tratamientos son los mejores.
Xavier Montalbán
Está centrado en investigación de la esclerosis múltiple, con un equipo que trabaja desde el laboratorio al modelo animal, en ensayos en fases I y II y en la identificación de nuevas moléculas, además de investigar en neurorrehabilitación.
Ramón Hernández
Su laboratorio, Merck, rediseñó el año pasado su I+D para centrar los esfuerzos en cuatro plataformas de innovación traslacional en enfermedades neurodegenerativas, oncología, inmunooncología e inmunología.

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