El 86% de los europeos que padece depresión está en edad de trabajar
Expertos presentan el 'Informe para un Mejor Abordaje de la Depresión en el Ámbito del Trabajo', elaborado en colaboración con Lundbeck, incidiendo en que la depresión tiene un impacto devastador sobre la capacidad de trabajo
14 - Marzo - 2017 15:30 h.
| El 86 por ciento de los europeos que padecen depresión están en edad de trabajar. Esta es una de las conclusiones del 'Informe para un Mejor Abordaje de la Depresión en el Ámbito del Trabajo', elaborado en colaboración con Lundbeck.
"Con la crisis económica, el trabajador siente miedo a ser despedido y, por ello, el número de bajas ha disminuido, dándose el fenómeno del presentismo: el paciente está en su puesto de trabajo, pero no es capaz de realizar las tareas que tiene asignadas porque la enfermedad no se lo permite", incide Jerónimo Saiz, jefe de Servicio de Psiquiatría del Hospital Ramón y Cajal de Madrid, poniendo de relieve que la depresión ha pasado de ser la primera causa de baja en España a ser la segunda causa por la crisis económica.
Asimismo, Saiz señala que les preocupa que muchos enfermos, en concreto más de la mitad, no llegan a ser diagnosticados ni tratados correctamente. "Esto sucede porque la depresión se manifiesta con síntomas físicos a veces y también por el estigma que rodea a toda la enfermedad mental. Se piensa que la persona que tiene depresión en cierto modo tiene la culpa de padecerla", apunta el experto.
La depresión se caracteriza por una tristeza permanente, afecta a varios estratos de la vida y provoca discapacidad. Afecta a la vitalidad, la energía, el apetito y a las capacidades cognitivas (problemas de memoria, atención, concentración, de ejecutar tareas, tomar decisiones, poca flexibilidad cognitiva e incluso alteración de la capacidad de aprendizaje). "La depresión tiene un impacto devastador sobre la capacidad de trabajo", hace hincapié el especialista.
"Es muy difícil rendir en el trabajo con esta enfermedad. De ahí se derivan muchos de los gastos económicos de esta enfermedad, de la poca capacidad cognitiva de estos pacientes cuando van al trabajo", explica Margalida Gili, decana de la facultad de Medicina de la Universidad de las Islas Baleares.
Los especialistas han incidido en que el objetivo en la enfermedad tiene que ser la recuperación funcional. Por ello, es esencial prestar atención a la presencia de síntomas residuales cognitivos. "Cuanto antes la tratemos, menor la capacidad de síndromes residuales entre episodios depresivos", afirma Gili.
Qué pueden hacer las empresas
Tanto Gili como Saiz han señalado que las empresas pueden desarrollar planes para promover la salud mental y apoyar a las personas en situaciones de riesgo. "Es un problema social, del empleador y de la administración, no del trabajador. De cambio cultural y organizativo en España", explica Gili.
A lo que Saiz añade: "el tema está en un cambio de mentalidad. Que el enfermo hable de ello es un gran paso. A veces no lo cuenta porque no se entiende. Si en la empresa existen planes de prevención para poder hablar de ello es un gran avance". Y ha recordado que la peor consecuencia de la depresión son los intentos de suicidios. "Diez personas cada día en España mueren de suicidio y más de la mitad son por depresión. Una realidad que también pasa desapercibida".
También, Saiz especifica que la legislación española no está adaptada para una reincorporación parcial del paciente. "Es o todo o nada. Sin embargo, una reincorporación parcial sería algo deseable".
Por último, los expertos han querido destacar que no está claro que las condiciones actuales en el trabajo redunden en un aumento de la depresión. "No hablamos de que el trabajo produzca la depresión. Se trata de una enfermedad multifactorial. Por ejemplo, el hipertiroidismo o la quimioterapia pueden provocarla", apostilla Saiz.
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