Dinero, personas, rediseño de procesos, tecnología y eficiencia, base del nuevo SNS

REDACCIÓN | 27/10/2011 00:00

El Foro de la Distribución Farmacéutica 2011, celebrado en el IESE de Madrid y organizado por Fedifar con la colaboración de Merck, ha reflexionado sobre el gasto sanitario y farmacéutico en España, un aspecto del que Leticia Rodríguez Vadillo, directora de Sanidad y Farmacia en PriceWaterhouseCoopers, ha ofrecido un mapa detallado.Según ha recordado, la desaceleración del crecimiento económico, junto con el aumento del gasto sanitario, han provocado que la proporción del PIB invertido en este gasto haya crecido, situando a España en la media de los países de la OCDE en cuanto a financiación sanitaria se refiere. En concreto, la proporción que el gasto farmacéutico público supone frente al gasto sanitario muestra desde 2004 una tendencia descendente. Una medida similar, el gasto farmacéutico total per capita, se sitúa según datos de 2008 por encima de la media de la UE y en una línea de crecimiento que se ha ralentizado con la implantación de medidas de contención de gasto a partir de 2004. Algo que finalmente ha derivado en un cambio de tendencia y se ha traducido en un decrecimiento del 2,9 por ciento en 2010.Cifras poco halagüeñas En esta situación, calidad y sostenibilidad quedan enfrentadas, dejando en medio un sistema sanitario que, como casi todos sus homólogos, "serán difícilmente sostenibles dentro de quince años" si no se produce un gran cambio de tendencia. Y es que algunas infunden respeto; se calcula que para 2020 el gasto sanitario de los países de la OCDE se habrá triplicado con respecto a los niveles de 2005. En España, los principales motivadores de este crecimiento del gasto son el aumento de la demanda, los costes, el envejecimiento de la población y la cronicidad.Rodríguez Vadillo se ha referido al reto de alcanzar la sostenibilidad del sistema sanitario. Según ha apuntado, hay siete aspectos clave: visión compartida, cambio digital, estándares de calidad y seguridad, despliegue estratégico de recursos, realineamiento de incentivos, roles profesionales y estructuras de provisión adaptables y un clima apto para innovar. Para hacer realidad este heptálogo ha propuesto cinco pilares: un sistema en que la sanidad se implique más en la estrategia de gestión, una mejor financiación, el liderazgo del capital humano, un rediseño de procesos para elevar la eficiencia y una optimización del uso de las nuevas tecnologías.

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