América Latina echa a los fumadores a la calle
Cada vez hay menos lugares públicos para fumar en una región donde mueren miles afectados por el cigarrillo y sus efectos
María José González Washington 10 DIC 2013 - 00:10 CET5
Hasta hace poco refugio de los fumadores, los bares y lugares públicos que permiten fumar a sus parroquianos, se están haciendo humo en América Latina.
En efecto, ya cada vez es menos probable entrar en un bar en cualquier ciudad de la región y que inmediatamente tus pulmones se llenen de ese olor acre que deja el humo del tabaco.
Ocho países de América Latina ya cuentan con ambientes públicos 100% libres de humo, mientras que el resto tiene al menos cinco categorías de lugares públicos donde está prohibido fumar, de acuerdo a la Organización Mundial de la Salud. Estos países son: Barbados, Colombia, Guatemala, Honduras, Panamá, Perú, Trinidad y Tobago, Uruguay.
Aunque las señales de No Fumar se hacen cada vez más omnipresentes, es una lucha que apenas comienza. ¿Por qué?
Los expertos afirman que la venta de tabaco está disminuyendo o estancándose en los países desarrollados, pero se incrementa en los países de ingreso bajo y medio (la mayoría de Latinoamérica) debido a una agresiva campaña de comercialización de la industria tabacalera en esas regiones. El público objetivo: las mujeres y la juventud. El escenario: eventos deportivos, musicales y otros. Método: distribución gratis de cigarrillos.
Casi el 80% de los más de mil millones de fumadores a nivel mundial viven en los países de ingreso medio y bajo. Y el cigarrillo sigue matando gente. En los minutos entre que un fumador enciende un tabaco hasta que la colilla aterriza en el cenicero habrán muerto unas 50 personas en el mundo como resultado de repetir esa misma operación incontables veces. El total de víctimas fatales: 6 millones de personas cada año, una cada seis segundos, aproximadamente. Unos 600,000 no fumadores perecen por inhalar el llamado “humo ajeno”, que expelen los fumadores, de acuerdo a cifras del Banco Mundial y la OMS.
En América Latina la contraofensiva se basa en una fuerte política de control del tabaquismo que incluye medidas impositivas, prohibición de fumar en lugares públicos y una mayor concientización en relación con los peligros del tabaquismo.
Argentina, Panamá y Uruguay son buenos ejemplos de un control estricto al consumo de tabaco, mientras que Brasil, Chile, México, Panamá, Perú, Uruguay y Venezuela son buenos ejemplos de países con duras etiquetas de advertencia respecto a los males del tabaquismo. Y Brasil y Uruguay destacan por el tratamiento a la adicción al tabaco.
La mala noticia es que a medida que la tasa masculina disminuye, el tabaquismo entre las mujeres, especialmente las más jóvenes, está aumentando. En América Latina y el Caribe hay un 25% de la población, o 145 millones de personas, que fuman. De este porcentaje un 16% con mujeres jóvenes, comparado con un 8% en Estados Unidos y el 11% a nivel mundial.
Uruguay a la cabeza
La política anti-tabaco de Uruguay es uno de los ejemplos más exitosos de América Latina y el Caribe en tanto se enfoca en múltiples sectores de la sociedad, especialmente los adolescentes.
El principal embajador de la lucha antitabaco en su país, estrategia que ha propagado por toda América Latina, es el expresidente uruguayo Tabaré Vazquez. “Concientizar a la población respecto al impacto negativo del tabaquismo sobre la salud es más eficiente y rentable que atenderlos luego de que enfermen”, asegura.
El exmandatario, médico de profesión, tiene una clara radiografía de los enormes daños humanos y materiales causados por el tabaco en la región.
Las cifras son asombrosas. La tasa de mortalidad para enfermedades no transmisibles, muchas de ellas causadas por el tabaquismo, duplican la tasa de mortalidad para enfermedades transmisibles: 93.8 por cada 100.000 habitantes frente a 55,4 por cada 100.000 habitantes.
Asimismo, América Latina gasta más de US$70.000 millones al año para tratar dos de las enfermedades no transmisibles más mortíferas: la diabetes y el cáncer.
Vázquez fue quien logró que su país fuera uno de los primeros en asegurar la creación de ambientes 100% libres de humo a partir de 2005. Como resultado de estas medidas, entre 2006 y 2009 el consumo de tabaco en las zonas urbanas de Uruguay (donde vive el 95% de la población) registró uno de los descensos más rápidos del mundo. La mayor caída se registró entre los fumadores de 15 a 24 años, cuyo número se redujo en 44% durante ese período.
En efecto, ya cada vez es menos probable entrar en un bar en cualquier ciudad de la región y que inmediatamente tus pulmones se llenen de ese olor acre que deja el humo del tabaco.
Ocho países de América Latina ya cuentan con ambientes públicos 100% libres de humo, mientras que el resto tiene al menos cinco categorías de lugares públicos donde está prohibido fumar, de acuerdo a la Organización Mundial de la Salud. Estos países son: Barbados, Colombia, Guatemala, Honduras, Panamá, Perú, Trinidad y Tobago, Uruguay.
Aunque las señales de No Fumar se hacen cada vez más omnipresentes, es una lucha que apenas comienza. ¿Por qué?
Los expertos afirman que la venta de tabaco está disminuyendo o estancándose en los países desarrollados, pero se incrementa en los países de ingreso bajo y medio (la mayoría de Latinoamérica) debido a una agresiva campaña de comercialización de la industria tabacalera en esas regiones. El público objetivo: las mujeres y la juventud. El escenario: eventos deportivos, musicales y otros. Método: distribución gratis de cigarrillos.
Casi el 80% de los más de mil millones de fumadores a nivel mundial viven en los países de ingreso medio y bajo. Y el cigarrillo sigue matando gente. En los minutos entre que un fumador enciende un tabaco hasta que la colilla aterriza en el cenicero habrán muerto unas 50 personas en el mundo como resultado de repetir esa misma operación incontables veces. El total de víctimas fatales: 6 millones de personas cada año, una cada seis segundos, aproximadamente. Unos 600,000 no fumadores perecen por inhalar el llamado “humo ajeno”, que expelen los fumadores, de acuerdo a cifras del Banco Mundial y la OMS.
En América Latina la contraofensiva se basa en una fuerte política de control del tabaquismo que incluye medidas impositivas, prohibición de fumar en lugares públicos y una mayor concientización en relación con los peligros del tabaquismo.
Argentina, Panamá y Uruguay son buenos ejemplos de un control estricto al consumo de tabaco, mientras que Brasil, Chile, México, Panamá, Perú, Uruguay y Venezuela son buenos ejemplos de países con duras etiquetas de advertencia respecto a los males del tabaquismo. Y Brasil y Uruguay destacan por el tratamiento a la adicción al tabaco.
La mala noticia es que a medida que la tasa masculina disminuye, el tabaquismo entre las mujeres, especialmente las más jóvenes, está aumentando. En América Latina y el Caribe hay un 25% de la población, o 145 millones de personas, que fuman. De este porcentaje un 16% con mujeres jóvenes, comparado con un 8% en Estados Unidos y el 11% a nivel mundial.
Uruguay a la cabeza
La política anti-tabaco de Uruguay es uno de los ejemplos más exitosos de América Latina y el Caribe en tanto se enfoca en múltiples sectores de la sociedad, especialmente los adolescentes.
El principal embajador de la lucha antitabaco en su país, estrategia que ha propagado por toda América Latina, es el expresidente uruguayo Tabaré Vazquez. “Concientizar a la población respecto al impacto negativo del tabaquismo sobre la salud es más eficiente y rentable que atenderlos luego de que enfermen”, asegura.
El exmandatario, médico de profesión, tiene una clara radiografía de los enormes daños humanos y materiales causados por el tabaco en la región.
Las cifras son asombrosas. La tasa de mortalidad para enfermedades no transmisibles, muchas de ellas causadas por el tabaquismo, duplican la tasa de mortalidad para enfermedades transmisibles: 93.8 por cada 100.000 habitantes frente a 55,4 por cada 100.000 habitantes.
Asimismo, América Latina gasta más de US$70.000 millones al año para tratar dos de las enfermedades no transmisibles más mortíferas: la diabetes y el cáncer.
Vázquez fue quien logró que su país fuera uno de los primeros en asegurar la creación de ambientes 100% libres de humo a partir de 2005. Como resultado de estas medidas, entre 2006 y 2009 el consumo de tabaco en las zonas urbanas de Uruguay (donde vive el 95% de la población) registró uno de los descensos más rápidos del mundo. La mayor caída se registró entre los fumadores de 15 a 24 años, cuyo número se redujo en 44% durante ese período.
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