Claves del sistema sanitario frente al cáncer
Noviembre de 2013 - Silvia C. Carpallo
Diversas personalidades se han reunido en Valencia en la jornada "El sistema sanitario frente al cáncer", organizada por la Fundación Bamberg y que ha contado con la colaboración de la Revista EL MÉDICO, para hablar de algunos retos en Oncología como son los largos supervivientes, el equilibrio entre innovación y sostenibilidad, la implicación de Primaria para la prevención de la enfermedad, y la eficiencia de los programas de cribado
El debate no es si integramos la innovación, sino cómo equilibramos innovación y sostenibilidad", así era como José Luis Poveda, jefe del servicio de Farmacia Hospitalaria del Hospital Universitario de la Fe definía el principal conflicto que se planteaba en la jornada "El sistema sanitario frente al cáncer", organizada por la Fundación Bamberg y patrocinada por Novartis. En este encuentro se discutía, además, la necesidad de realizar un cambio de modelo en el abordaje de la enfermedad oncológica de una manera urgente. No hay que olvidar que si el aumento en la esperanza de vida supondrá un aumento de la incidencia, el camino hacia la cronicidad de la enfermedad, supondrá además un reto en cuanto al tratamiento de los largos supervivientes.
Es por ello, que iniciativas como los Planes Oncológicos realizados en la Comunidad Valenciana, que ya han obtenido resultados favorables, suponen un ejemplo a seguir por el resto de autonomías. Precisamente, el consejero valenciano, Manuel Llombart, era el encargado de clausurar esta jornada, recordando la importancia de los programas de screening. "La detección precoz es una de las herramientas fundamentales en la lucha contra la enfermedad, y una de las principales preocupaciones de esta comunidad". De hecho, gracias a los programas de cribado poblacional en Valencia se han llegado a cifras de un 91 por ciento de supervivencia de cáncer de mama a los 3 años. Igualmente, el consejero destacaba su apuesta por el cribado en cáncer colorrectal, recordando que "a día de hoy el 58 por ciento de la población está incorporada en los programas de diagnóstico precoz", que según estudios suponen un descenso de alrededor del 30 por ciento en la mortalidad de los pacientes.
En cuanto al copago en Farmacia Hospitalaria, que también afectará a los pacientes oncológicos, era José Luis Trillo, de la dirección general de Farmacia y Productos Sanitarios, quien recordaba que aún no se ha decidido una fecha para su implementación en Valencia.
Una mejor continuidad asistencial es el reto para conseguir afrontar el futuro de los largos supervivientes. Ese, y el entender que el cáncer no es sólo responsabilidad del oncólogo, sino del todo sistema, y por ello es necesario un abordaje multidisciplinar. Así, por ejemplo, Dolores Salas Trejo, de la dirección general de Salud Pública de la Oficina del Plan del Cáncer, recordaba la necesidad de centrarse no sólo en el tratamiento, sino también en la prevención, que debe realizarse desde la Atención Primaria. "Uno de cada tres cánceres es prevenible", citaba la experta, recordando que cuestiones como la alimentación o el ejercicio físico son condicionantes en algunos tipos de cáncer.
Aunque ya se ha demostrado que el diagnóstico precoz resulta fundamental, Vicente Guillem Porta, del Instituto Valenciano de Oncología, explicaba que también hay margen de mejora. Así, centrándose en el cáncer de mama, recordaba que si bien ha demostrado disminuir la mortalidad, todavía quedan por resolver temas como el sobrediagnóstico y el alto porcentaje de falsos positivos. Por otra parte, ponía de manifiesto que ya existen estudios sobre el screening en cáncer de próstata y de pulmón, aunque aún no se han obtenido resultados relevantes al respecto.
Por su parte, Salvador Peiró, jefe del área de investigación de salud del Centro Superior de Investigación en Salud Pública, subrayaba otra de las cuestiones principales, el alto coste de la innovación. A su entender, los precios de los fármacos deberían adecuarse en mayor medida al beneficio real que aportan al paciente, para "pagar según su valor real y no según el coste de su producción". Emili Esteve, director del departamento técnico de Farmaindustria, defendía, por su parte, que hay que dejar de ver el gasto farmacéutico "como un problema", ya que en vez de celebrar la entrada de 35 nuevos fármacos al año, "parece que autorizamos 35 nuevos problemas". Lo que quedaba claro es que el alto coste de los nuevos fármacos oncológicos, tanto para la industria, como para las administraciones, necesita una nueva perspectiva que permita afrontar la innovación dentro de un entorno más sostenible.
Por el contrario, Antonio Llombar Cussac, jefe del servicio de Oncología Médica del Hospital Arnau de Vilanova de Valencia, reflexionaba sobre la necesidad de atender, a la hora de la financiación, a criterios de calidad de vida del paciente, "y no sólo de supervivencia", como se hace en otro tipo de patologías.
El cáncer es una de las principales causas de muerte en España y el coste de su tratamiento sigue siendo una de las preocupaciones para la sostenibilidad del sistema sanitario. Sin embargo, se estima que el coste total del cáncer supone entre el 4 y el 6 por ciento del gasto sanitario total de nuestro país, y alrededor del 6,6 por ciento del gasto en medicamentos. Ante los cambios sociales y poblacionales, se nos plantea un futuro de cambios y de retos por abordar en el manejo de esta patología, dentro de un entorno que ha de ser mucho más sostenible. Así, algunas de las propuestas para conseguir este objetivo son las siguientes:
• Se plantean dos grandes frentes a los que buscar soluciones. Por un lado, el hecho de que el aumento de la esperanza de vida va a suponer un aumento en la incidencia de esta enfermedad. Por otro, que el camino hacia la cronicidad tendrá como resultado un aumento de largos supervivientes, y por tanto, un aumento en el gasto sanitario.
• Los Planes Oncológicos suponen una herramienta real de mejora a este respecto, sobre todo, debido a la implicación de los profesionales. Ejemplo de ello son los últimos tres planes de la Comunidad Valenciana, elaborados desde 2002, que han conseguido buenos resultados.
• En el abordaje de los pacientes oncológicos no sólo hay que tener en cuenta el tratamiento, sino también la prevención. Se calcula que uno de cada tres cánceres es evitable, y a día de hoy se conoce que la mejora de los hábitos de vida, sobre todo en lo referente al tabaco, la alimentación y el ejercicio físico, son factores clave en algunos tipos de cáncer. Por ello, la implicación de la Atención Primaria resulta fundamental en la educación sanitaria del paciente para ayudar a disminuir el número de casos.
• El diagnóstico precoz es una de las claves en la lucha contra esta enfermedad. Si bien la educación sanitaria puede aportar mejoras a este respecto, son los programas de cribados poblacionales los que están aportando mayores beneficios. Aunque es cierto que no en todos los tipos de cáncer se consiguen resultados mediante el screening poblacional, en otros, como en cáncer de mama, colorrectal y cérvix, los cribados ayudan no sólo a disminuir la mortalidad de la enfermedad, sino que además suponen una mejor atención al paciente, gracias a los protocolos de actuación. En cuanto a posibles mejoras dentro de los mismos, destaca la necesidad de disminuir el porcentaje de diagnóstico excesivo y de falsos positivos, sobre todo en cáncer de mama.
• La formación, no sólo de los pacientes sino también de los profesionales, resulta fundamental en la mejora de la calidad asistencial. Hay que tener en cuenta que el conocimiento en materia oncológica aumenta cada día, y por ello es necesario que los profesionales tengan acceso a una formación continuada que les permita hacer frente a un paciente cada día mejor informado. Igualmente, la formación en habilidades, como la comunicación y la gestión clínica, ayudarán en este sentido.
• Sigue sin existir una buena coordinación entre los niveles asistenciales, aun siendo conscientes de la necesidad de tratar la enfermedad oncológica desde una perspectiva multidisciplinar. Por ello, se propone la creación de protocolos de actuación que permitan definir un circuito rápido y eficaz con Atención Primaria, tanto para el diagnóstico, como para el seguimiento de los largos supervivientes.
• Por otra parte, se estima necesario definir y determinar hospitales de referencia, ya que se considera que no todos los centros deben tratar todo tipo de patologías complejas, apostando, por tanto, por la especialización y por el trabajo en red como herramienta de eficiencia.
• La financiación de los tratamientos y la eficacia terapéutica de las innovaciones oncológicas es uno de los centros del debate, teniendo en cuenta que el conflicto no está en cómo integrar la innovación, sino en cómo equilibrar innovación y sostenibilidad.
• Existe la necesidad de que en la financiación de los nuevos fármacos oncológicos se tenga en cuenta no sólo el aumento de la supervivencia, sino también la mejora de la calidad de vida del paciente, como se hace en otro tipo de patologías. De esta manera, sería necesario la presencia de nuevos actores, que actuaran como moduladores en la decisión de las agencias reguladoras, para aportar un mayor conocimiento técnico en este sentido.
• Algunos expertos señalan, igualmente, la necesidad de que los fármacos innovadores adecúen sus precios en relación con los beneficios clínicos reales para el paciente.
• Por su parte, la industria farmacéutica apunta a la importancia del sector como motor de innovación, al igual que plantea la necesidad de dejar de ver el gasto farmacéutico como un problema, apostando por ser más eficientes en todos los ámbitos, y no sólo centrándose en los recortes en este sector, que al final afectan también al propio paciente.
• En cuanto a la equidad en el acceso a los fármacos se debate la conveniencia o no de las comisiones autonómicas de evaluación de fármacos, teniendo en cuenta que las CC.AA. ya participan activamente en la realización de los Informes de Posicionamiento Terapéutico y en la Comisión de Precios. Evaluando pros y contras, se valora que si bien estas comisiones generan equidad dentro de cada comunidad, podrían producir inequidad en el conjunto del territorio español. Así, se plantea la necesidad de un trabajo en conjunto con las comisiones de los propios hospitales, y una redefinición de sus funciones, quizás más centrada en el seguimiento.
Es por ello, que iniciativas como los Planes Oncológicos realizados en la Comunidad Valenciana, que ya han obtenido resultados favorables, suponen un ejemplo a seguir por el resto de autonomías. Precisamente, el consejero valenciano, Manuel Llombart, era el encargado de clausurar esta jornada, recordando la importancia de los programas de screening. "La detección precoz es una de las herramientas fundamentales en la lucha contra la enfermedad, y una de las principales preocupaciones de esta comunidad". De hecho, gracias a los programas de cribado poblacional en Valencia se han llegado a cifras de un 91 por ciento de supervivencia de cáncer de mama a los 3 años. Igualmente, el consejero destacaba su apuesta por el cribado en cáncer colorrectal, recordando que "a día de hoy el 58 por ciento de la población está incorporada en los programas de diagnóstico precoz", que según estudios suponen un descenso de alrededor del 30 por ciento en la mortalidad de los pacientes.
En cuanto al copago en Farmacia Hospitalaria, que también afectará a los pacientes oncológicos, era José Luis Trillo, de la dirección general de Farmacia y Productos Sanitarios, quien recordaba que aún no se ha decidido una fecha para su implementación en Valencia.
Una mejor continuidad asistencial es el reto para conseguir afrontar el futuro de los largos supervivientes. Ese, y el entender que el cáncer no es sólo responsabilidad del oncólogo, sino del todo sistema, y por ello es necesario un abordaje multidisciplinar. Así, por ejemplo, Dolores Salas Trejo, de la dirección general de Salud Pública de la Oficina del Plan del Cáncer, recordaba la necesidad de centrarse no sólo en el tratamiento, sino también en la prevención, que debe realizarse desde la Atención Primaria. "Uno de cada tres cánceres es prevenible", citaba la experta, recordando que cuestiones como la alimentación o el ejercicio físico son condicionantes en algunos tipos de cáncer.
Aunque ya se ha demostrado que el diagnóstico precoz resulta fundamental, Vicente Guillem Porta, del Instituto Valenciano de Oncología, explicaba que también hay margen de mejora. Así, centrándose en el cáncer de mama, recordaba que si bien ha demostrado disminuir la mortalidad, todavía quedan por resolver temas como el sobrediagnóstico y el alto porcentaje de falsos positivos. Por otra parte, ponía de manifiesto que ya existen estudios sobre el screening en cáncer de próstata y de pulmón, aunque aún no se han obtenido resultados relevantes al respecto.
Por su parte, Salvador Peiró, jefe del área de investigación de salud del Centro Superior de Investigación en Salud Pública, subrayaba otra de las cuestiones principales, el alto coste de la innovación. A su entender, los precios de los fármacos deberían adecuarse en mayor medida al beneficio real que aportan al paciente, para "pagar según su valor real y no según el coste de su producción". Emili Esteve, director del departamento técnico de Farmaindustria, defendía, por su parte, que hay que dejar de ver el gasto farmacéutico "como un problema", ya que en vez de celebrar la entrada de 35 nuevos fármacos al año, "parece que autorizamos 35 nuevos problemas". Lo que quedaba claro es que el alto coste de los nuevos fármacos oncológicos, tanto para la industria, como para las administraciones, necesita una nueva perspectiva que permita afrontar la innovación dentro de un entorno más sostenible.
Por el contrario, Antonio Llombar Cussac, jefe del servicio de Oncología Médica del Hospital Arnau de Vilanova de Valencia, reflexionaba sobre la necesidad de atender, a la hora de la financiación, a criterios de calidad de vida del paciente, "y no sólo de supervivencia", como se hace en otro tipo de patologías.
El cáncer es una de las principales causas de muerte en España y el coste de su tratamiento sigue siendo una de las preocupaciones para la sostenibilidad del sistema sanitario. Sin embargo, se estima que el coste total del cáncer supone entre el 4 y el 6 por ciento del gasto sanitario total de nuestro país, y alrededor del 6,6 por ciento del gasto en medicamentos. Ante los cambios sociales y poblacionales, se nos plantea un futuro de cambios y de retos por abordar en el manejo de esta patología, dentro de un entorno que ha de ser mucho más sostenible. Así, algunas de las propuestas para conseguir este objetivo son las siguientes:
• Se plantean dos grandes frentes a los que buscar soluciones. Por un lado, el hecho de que el aumento de la esperanza de vida va a suponer un aumento en la incidencia de esta enfermedad. Por otro, que el camino hacia la cronicidad tendrá como resultado un aumento de largos supervivientes, y por tanto, un aumento en el gasto sanitario.
• Los Planes Oncológicos suponen una herramienta real de mejora a este respecto, sobre todo, debido a la implicación de los profesionales. Ejemplo de ello son los últimos tres planes de la Comunidad Valenciana, elaborados desde 2002, que han conseguido buenos resultados.
• En el abordaje de los pacientes oncológicos no sólo hay que tener en cuenta el tratamiento, sino también la prevención. Se calcula que uno de cada tres cánceres es evitable, y a día de hoy se conoce que la mejora de los hábitos de vida, sobre todo en lo referente al tabaco, la alimentación y el ejercicio físico, son factores clave en algunos tipos de cáncer. Por ello, la implicación de la Atención Primaria resulta fundamental en la educación sanitaria del paciente para ayudar a disminuir el número de casos.
• El diagnóstico precoz es una de las claves en la lucha contra esta enfermedad. Si bien la educación sanitaria puede aportar mejoras a este respecto, son los programas de cribados poblacionales los que están aportando mayores beneficios. Aunque es cierto que no en todos los tipos de cáncer se consiguen resultados mediante el screening poblacional, en otros, como en cáncer de mama, colorrectal y cérvix, los cribados ayudan no sólo a disminuir la mortalidad de la enfermedad, sino que además suponen una mejor atención al paciente, gracias a los protocolos de actuación. En cuanto a posibles mejoras dentro de los mismos, destaca la necesidad de disminuir el porcentaje de diagnóstico excesivo y de falsos positivos, sobre todo en cáncer de mama.
• La formación, no sólo de los pacientes sino también de los profesionales, resulta fundamental en la mejora de la calidad asistencial. Hay que tener en cuenta que el conocimiento en materia oncológica aumenta cada día, y por ello es necesario que los profesionales tengan acceso a una formación continuada que les permita hacer frente a un paciente cada día mejor informado. Igualmente, la formación en habilidades, como la comunicación y la gestión clínica, ayudarán en este sentido.
• Sigue sin existir una buena coordinación entre los niveles asistenciales, aun siendo conscientes de la necesidad de tratar la enfermedad oncológica desde una perspectiva multidisciplinar. Por ello, se propone la creación de protocolos de actuación que permitan definir un circuito rápido y eficaz con Atención Primaria, tanto para el diagnóstico, como para el seguimiento de los largos supervivientes.
• Por otra parte, se estima necesario definir y determinar hospitales de referencia, ya que se considera que no todos los centros deben tratar todo tipo de patologías complejas, apostando, por tanto, por la especialización y por el trabajo en red como herramienta de eficiencia.
• La financiación de los tratamientos y la eficacia terapéutica de las innovaciones oncológicas es uno de los centros del debate, teniendo en cuenta que el conflicto no está en cómo integrar la innovación, sino en cómo equilibrar innovación y sostenibilidad.
• Existe la necesidad de que en la financiación de los nuevos fármacos oncológicos se tenga en cuenta no sólo el aumento de la supervivencia, sino también la mejora de la calidad de vida del paciente, como se hace en otro tipo de patologías. De esta manera, sería necesario la presencia de nuevos actores, que actuaran como moduladores en la decisión de las agencias reguladoras, para aportar un mayor conocimiento técnico en este sentido.
• Algunos expertos señalan, igualmente, la necesidad de que los fármacos innovadores adecúen sus precios en relación con los beneficios clínicos reales para el paciente.
• Por su parte, la industria farmacéutica apunta a la importancia del sector como motor de innovación, al igual que plantea la necesidad de dejar de ver el gasto farmacéutico como un problema, apostando por ser más eficientes en todos los ámbitos, y no sólo centrándose en los recortes en este sector, que al final afectan también al propio paciente.
• En cuanto a la equidad en el acceso a los fármacos se debate la conveniencia o no de las comisiones autonómicas de evaluación de fármacos, teniendo en cuenta que las CC.AA. ya participan activamente en la realización de los Informes de Posicionamiento Terapéutico y en la Comisión de Precios. Evaluando pros y contras, se valora que si bien estas comisiones generan equidad dentro de cada comunidad, podrían producir inequidad en el conjunto del territorio español. Así, se plantea la necesidad de un trabajo en conjunto con las comisiones de los propios hospitales, y una redefinición de sus funciones, quizás más centrada en el seguimiento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario