INFORME DE UNICEF
La crisis se ceba en los más pequeños
España ya es el segundo país de la Unión Europea en pobreza infantil. Los pediatras alertan del deterioro en la dieta de los niños y su riesgo. Además de la malnutrición por desequilibrio se ha pasado al déficit de nutrientes.
Karla Islas Pieck. Barcelona | karla.islas@diariomedico.com | 16/12/2013 00:00
Un grupo de niños en la sala de espera de un centro de atención primaria espera su turno. (Jaume Cosialls)
VISTA:
La crisis económica que se vive en España desde el año 2008 está comenzando a encender las alertas en las consultas pediátricas. Actualmente, los niños ya representan el grupo de edad más pobre de la población respecto a los adultos en edad laboral y a los mayores de 65 años, según revelan los datos del último informe de Unicef La infancia en España 2012-2013: El impacto de la crisis en los niños.
- Los niños españoles ahora están peor alimentados, pasan más frío en casa, tienen más riesgo de hacinamiento y más dificultades para seguir hábitos higiénicos
El documento explica que la pobreza infantil, que se mantuvo estable en un 24 por ciento durante muchos años, en 2010 se elevó hasta el 26,2 por ciento. Y, según la última actualización de los datos, el año pasado se situó en el 30 por ciento, según ha detallado a Diario Médico Gabriel González-Bueno, responsable de políticas de infancia en Unicef Comité Español y autor principal de dicho informe, que añadió que actualmente España es el segundo país de la Unión Europea en términos de pobreza infantil relativa, sólo superado por Rumanía.
La situación es cada vez más preocupante, ya que todos los datos confirman que el impacto de la crisis ha sido más duro en familias que tienen niños, además de que la intensidad de la pobreza es mayor y más persistente. Los desencadenantes de esta situación son el aumento del desempleo, el descenso de los salarios en la familia, el aumento de los impuestos y la reducción de las ayudas públicas, que afecta especialmente a las unidades familiares con menores o personas dependientes a su cargo.
En comparación con los años anteriores, los niños españoles están peor alimentados, pasan más frío en casa y tienen más riesgo de hacinamiento, además de enfrentarse a más dificultades para mantener unos correctos hábitos higiénicos y de salud. También se están enfrentando a un ambiente cada vez más tenso, con algunos miembros de la familia estresados y angustiados, están viviendo una reducción en sus actividades de ocio -que en esta etapa de la vida tiene una especial importancia- y tienen problemas de acceso a algunos tratamientos o vacunas, ha agregado González-Bueno.
- Algunas familias están interrumpiendo los tratamientos y dejando de poner las vacunas no financiadas a los niños, además de que están cancelando los seguros privados
En el caso de los extranjeros en situación irregular, se añade además la limitación a la atención sanitaria pública derivada del Real Decreto Ley 16/2012, que, aunque garantiza la igualdad en la asistencia a embarazadas y niños, representa un obstáculo en algunos casos, además de que el deterioro de la salud de los adultos de una familia también afecta a los menores.
Código postal
Aunque los indicadores de salud son más complejos de medir y además evidencian los efectos de la pobreza a largo plazo, diversos estudios que constan en la literatura científica ponen de manifiesto que un deterioro en los determinantes sociales de una población se traduce más tarde en un empobrecimiento de la salud, el rendimiento académico y la integración social de sus habitantes, ha explicado Luis Rajmil, pediatra investigador de la Agencia de Calidad y Evaluación Sanitarias de Cataluña (AQuAS).
Aunque los indicadores de salud son más complejos de medir y además evidencian los efectos de la pobreza a largo plazo, diversos estudios que constan en la literatura científica ponen de manifiesto que un deterioro en los determinantes sociales de una población se traduce más tarde en un empobrecimiento de la salud, el rendimiento académico y la integración social de sus habitantes, ha explicado Luis Rajmil, pediatra investigador de la Agencia de Calidad y Evaluación Sanitarias de Cataluña (AQuAS).
Para él, la evidencia refuerza la idea de que "el código postal es más importante que el código genético para determinar la salud infantil", ya que se ha demostrado que las desigualdades sociales que se producen durante el crecimiento y el desarrollo precoz durante la infancia favorecen las desigualdades en la salud durante la edad adulta.
Se sabe que la deprivación nutricional durante los tres primeros años de vida tiene un impacto negativo sobre la talla a los 3 y 5 años y también sobre el desarrollo cognitivo, mientras que la exposición intraútero y en las primeras etapas posnatales a esta carencia se asocia a efectos irreversibles tanto en aspectos físicos como biológicos.
Según Xavier Pérez Porcuna, pediatra del centro de atención primaria (CAP) de Santa Eugenia de Berga y vicepresidente de la Sociedad Catalana de Pediatría, actualmente España está pasando por el "periodo de carencia" entre el deterioro de los indicadores sociales y los de salud. Para él es fundamental actuar inmediatamente, ya que "si esperamos a que se hagan evidentes los problemas de salud, será demasiado tarde".
Actualmente, y tal como sugirió el último informe del Defensor del Pueblo en Cataluña (Síndic de Greuges), se están comenzando a hacer evidentes los signos de malnutrición en los menores. En nuestro entorno este problema se asociaba a un desequilibrio alimenticio, pero ahora se debe también a un déficit de nutrientes como el hierro, las proteínas y las vitaminas, motivado por la disminución de productos frescos en la dieta, que se están substituyendo por alimentos más baratos.
Un ejemplo que ha destacado Ignacio Manrique Martínez, director del Instituto Valenciano de Pediatría, es el de algunos padres que deciden ofrecer leche de vaca a lactantes de 6 u 8 meses al no poder costear las fórmulas adaptadas para su edad.
Se ha enfrentado con casos de niños que no han seguido los tratamientos indicados, ya que en su familia han decidido "esperar a ver si mejoran antes de comprar el medicamento" o un producto para la piel atópica, por ejemplo.
Este pediatra refiere que ha perdido cerca del 40 por ciento de sus pacientes en los últimos años, algunos de ellos de familias a las que había visto a varios hermanos durante muchos años, ya que han tenido que dejar de pagar la mutua.
Prescinden de las vacunas no financiadas
Uno de los primeros efectos de la crisis que están detectando los pediatras es que los padres están dejando de poner las vacunas que, a pesar de estar recomendadas por las sociedades científicas, no están incluidas en el calendario vacunal financiado con fondos públicos, ha señalado el presidente de la Sociedad Catalana de Pediatría, Fernando Moraga. Con él coincide Diego Van Esso, del CAP Pare Claret, en Barcelona, que indica que cada vez son más las familias que optan por interrumpir las pautas a mitad del calendario o que deciden no poner estas vacunas a los bebés cuando sí las habían puesto a los hermanos mayores.
Moraga y Pérez Porcuna comparecieron hace poco ante la Comisión de la Infancia del Parlamento de Cataluña para alertar sobre la situación de la pobreza infantil y sus riesgos futuros.
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