Ante las elecciones europeas, la FADSP rechaza recortes y privatizaciones y defiende el derecho a la salud
Madrid (19/02/2014) - Redacción
La Federación vuelve a proponer la necesidad de una Carta del Derecho a la Salud de la ciudadanía de la UE acordada en la Conferencia de Bruselas en 2010
Ante las próximas elecciones al Parlamento Europeo, la Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública (FADSP) ha incidido en que en la actualidad "se están aplicando políticas de privatización y desregulación de los sistemas públicos de protección social, problemas, que han encontrado una gran coartada en la crisis económica y en la necesidad de controlar el déficit público" y que "la crisis económica está siendo utilizada por quienes sostienen que es necesario dar prioridad al pago de la deuda y al reflotamiento de la banca, algo incompatible con la sostenibilidad de los sistemas sanitarios públicos". Por ello, la FADSP ha reiterado su rechazo a recortes y privatizaciones y su defensa del derecho a la salud.
En este sentido, la FADSP vuelve a proponer la necesidad de una Carta del Derecho a la Salud de la ciudadanía de la UE acordada en la Conferencia de Bruselas en 2010, con la participación de entidades de la UE, entre ellas la Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública.
En esta carta se recogían principios como que el derecho a la salud "es un derecho básico y fundamental de toda la población de la UE"; que incluye "la asistencia sanitaria, la salud pública y la atención sociosanitaria"; y que la atención sanitaria debe ser "universal, integral, equitativa, accesible y sostenible".
Este último punto implica la protección, prevención, recuperación y rehabilitación de la salud; un sistema de salud pública que promueva un medio ambiente físico y social saludable y sin riesgos, coordinado con los servicios asistenciales; servicios de salud laboral, coordinados también con los servicios asistenciales y de salud pública; estructuras sanitarias públicas dotadas de los recursos financieros, materiales y humanos necesarios y suficientes para ofertar unas prestaciones sanitarias homogéneas a los ciudadanos de todos los países, coordinadas entre si y basadas en la cooperación.
Y también, destinar a salud un volumen de recursos económicos suficiente y homogéneo, lo que implica asignar a la misma, con carácter obligatorio, un porcentaje de PIB equivalente para mantener las estructuras y el funcionamiento del sistema; el acceso universal y equitativo a los servicios de salud para todos los ciudadanos, lo que implica su financiación pública y suficiente que impida cualquier tipo de barrera económica, física, social o cultural: no son tolerables las políticas de algunos países de dejar sin protección sanitaria a los colectivos de inmigrantes, incide la FADSP.
Además, se debe garantizar que la libre circulación de personas entre los países de la Unión deberá estar asociada al acceso a los servicios de salud en condiciones de equidad; y un aseguramiento único y público.
Por otra parte, loos países deber garantizar la participación y el control social del sistema sanitario. Y la UE debe dotarse de una Sistema Información Sanitaria Común y homogéneo que garantice el conocimiento global de la situación de salud de sus ciudadanos y los resultados de la actuación de los diferentes servicios sanitarios. Esta información debería ser la base para elaborar un Plan de Salud Europeo en el que participen los responsables sanitarios de todos los países.
Formación del personal
Además, en el contenido de la Carta estaba que la UE debe establecer una estrategia de formación de personal sanitario basada en un modelo homogéneo (tanto pre como post graduado) planificado a corto, medio y largo plazo que garantice unos recursos suficientes, una asistencia sanitaria de calidad y en condiciones de seguridad e igualdad y evite que la libre circulación de personal sanitario genere desigualdad económica y asistencial en los diferentes países.
La UE debe definir una estrategia de investigación de salud, orientada a identificar y resolver los principales problemas y necesidades de salud de los ciudadanos. Esta estrategia debe estar respaldada por unos fondos comunes accesibles a todos los investigadores que evite las desigualdades o la fuga de cerebros hacia los países más desarrollados de la UE
También debe desarrollar la UE una política farmacéutica fundamentada en las necesidades de salud, que responda a criterios de calidad y eficiencia, evite el gasto innecesario y garantice la sostenibilidad de los servicios sanitarios públicos. La UE debe dotarse de los fondos y recursos necesarios para desarrollar estrategias de investigación dirigidas a problemas y necesidades de salud no rentables para el sector privado.
Otro punto de la Carta se refiere a que se debe fijar un régimen de incompatibilidades para todas las personas que intervengan en la toma de decisiones sobre medicamentos; y se debe establecer la declaración de conflicto de intereses, para todas las personas cuyas decisiones afecten a la industria farmacéutica.
Y como último punto, se debería reforzar la función de Salud Pública de la UE, con la delegación de competencias de las regiones y los estados miembros, que permita afrontar los nuevos retos de salud pública, singularmente, las pandemias.
Desde la Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública se considera que las próximas elecciones europeas son muy importantes "porque es necesario cambiar el sentido de la política actual de la UE enfocada hacia los recortes y las privatizaciones, por otra que haga prevalecer los derechos de las personas, entre ellos el derecho a la salud".
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