"Deberíamos tener más flexibilidad para utilizar la medicina compasiva"

Antonio García García, jefe de Servicio de Farmacología Clínica del Hospital Universitario de La Princesa, explica que "los médicos deberíamos poder utilizar los fármacos de uso compasivo con más frecuencia y flexibilidad.

Diego Carrasco. Madrid | diego.carrasco@diariomedico.com | 13/10/2014 00:00

Antonio García, jefe de Farmacología del Hospital de la Princesa. (DM)

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"Históricamente el médico sagaz ha observado que un medicamento que se utiliza para una enfermedad tiene un efecto colateral que sería aplicado para tratar otra patología". De ahí que "los médicos deberíamos poder utilizar los fármacos de uso compasivo con más frecuencia y flexibilidad de lo que realmente podemos porque los pacientes se pueden beneficiar de sus efectos positivos", manifesta a Diario Médico Antonio García García, jefe de Servicio de Farmacología Clínica del Hospital Universitario de La Princesa.

En este sentido, "los médicos creemos que hay muchas enfermedades en las que nuestros pacientes se pueden beneficiar de fármacos aprobados, pero sus indicaciones no están incluidas en la ficha técnica y nos vemos coartados para aplicarlos", explica García.

La principal limitación está, a juicio del experto, en que "tanto la agencia española como la europea del medicamento son muy restrictivas cuando establecen las indicaciones en función de los estudios disponibles, pues su misión es proteger a los pacientes". Pero, aun así, "es conveniente que el facultativo tenga más flexibilidad para aplicar los fármacos de uso compasivo".

Acortar los plazos
Respecto a las hojas de consentimiento informado, García ha subrayado que "hay que mejorar la atención en la información que se da al enfermo del fármaco en cuestión, esto es, utilizar un lenguaje más compresible y detallado sobre los riesgos y beneficios del medicamento que se va a aplicar". Por que "no hay que olvidar que la información plasmada en cada hoja de consentimiento en uso compasivo se hace ad hoc específicamente para las características de ese enfermo".

Uno de los inconvenientes para utilizar estos fármacos es "el tiempo que se tarda en gestionar administrativamente su autorización. Lo ideal es acortar los plazos varios días". Ahora bien, "es cierto que no es lo mismo una enfermedad cancerosa crónica que una inflamación aguda urgente o una infección rebelde al tratamiento con un antibiótico novedoso", subraya el experto.