BARÓMETRO SANITARIO 2016
Crece la sensación de inequidad
El sistema sanitario tiene una buena imagen entre la población, pero perciben desigualdad regional.
Laura G. Ibañes | laura.gutierrez@diariomedico.com | 06/03/2017 00:00
Los datos del Barómetro Sanitario publicado por el Ministerio de Sanidad la pasada semana muestran que la confianza y buena imagen de la población sobre el sistema se ha recuperado, tras la caída que sufrió al calor del RDL 16/2012. Sin embargo, las diferencias regionales en la valoración del sistema sanitario siguen siendo importantes, con sólo un 5,99 de nota concedida por los canarios al sistema sanitario y hasta un 7,29 dado por los navarros.
Se da la circunstancia, además, de que Navarra, con la mejor calificación, es la autonomía con mayor gasto sanitario por habitante, y Canarias, con la peor calificación, figura entre las autonomías con menor gasto en sanidad por persona, lo que sugiere desigualdades regionales importantes.
No en vano, cuando se pregunta a la población sobre la equidad del sistema sanitario español, sólo un 37,7 por ciento opina que se atiende a las personas de la misma forma con independencia de su autonomía de residencia, lo que muestra la fuerte sensación desigualdad regional, mucho mayor que la que había cinco años antes, cuando justo antes de los recortes el 44 por ciento de la población opinaba que la asistencia sanitaria era semejante entre autonomías.
La percepción de inequidad habría crecido también en el caso de la atención sanitaria en zonas rurales y urbanas, que era semejante para el 48 por ciento de la población en 2011 y lo es ahora para sólo el 43 por ciento.
Inmigrantes
Aunque en niveles muy diferentes, la equidad se habría reducido también en el caso de la atención entre jóvenes y ancianos (en 2012 el 73,3 por ciento opinaba que había equidad en el acceso al sistema entre estos dos colectivos y actualmente la cifra ha bajado al 70 por ciento), en función de la condición socioeconómica (71 por ciento en 2012 veía igualdad en la sanidad con independencia de la condición socioeconómica frente a 69 por ciento actualmente) y en función del sexo (88 por ciento frente a 86 por ciento). Significativa sería aún más la pérdida de equidad percibida en la atención en función de si se es español o extranjero (63 por ciento confiaba en la equidad en 2012 frente a sólo 58 por ciento actualmente) o si se es residente legal o irregular (58 por ciento antes de la reforma de 2012 frente a 43 por ciento ahora).
Aunque en niveles muy diferentes, la equidad se habría reducido también en el caso de la atención entre jóvenes y ancianos (en 2012 el 73,3 por ciento opinaba que había equidad en el acceso al sistema entre estos dos colectivos y actualmente la cifra ha bajado al 70 por ciento), en función de la condición socioeconómica (71 por ciento en 2012 veía igualdad en la sanidad con independencia de la condición socioeconómica frente a 69 por ciento actualmente) y en función del sexo (88 por ciento frente a 86 por ciento). Significativa sería aún más la pérdida de equidad percibida en la atención en función de si se es español o extranjero (63 por ciento confiaba en la equidad en 2012 frente a sólo 58 por ciento actualmente) o si se es residente legal o irregular (58 por ciento antes de la reforma de 2012 frente a 43 por ciento ahora).
Al margen del incremento de la inequidad percibida resulta llamativo comprobar también que los ciudadanos ven mucho más igualitario el trato que se recibe con independencia de la condición socioeconómica o si se es extranjero o incluso residente legal o ilegal que en función de si se es de diferente autonomía.
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