El exceso de tratamiento para combatir el cáncer no es beneficioso
Expertos de EE UU alertan, de nuevo, que “miles de mujeres con cáncer de mama están siendo sometidas a terapias innecesarias”
Carolina García Washington 12 DIC 2013 - 19:00 CET
Los expertos han vuelto a alertar que existe un sobretratamiento a miles de mujeres que padecen cáncer de mama. “Hay terapias que se prescriben que son innecesarias y que no afectan en casi nada a la supervivencia de las pacientes”, aseguraron varios investigadores ayer miércoles durante el Congreso sobre Cáncer de Mama que se está celebrando estos días en San Antonio (Texas), informa AP.
La mayoría de los cánceres de mama se diagnostican en las primeras fases de la enfermedad, y muchas mujeres son tratadas con cirugía seguida de terapia de hormonas o quimioterapia, además de que en muchos casos también con radioterapia. Esta es la segunda vez en menos de dos meses que los expertos estadounidenses alertan de que algunos tratamientos del cáncer se han demostrado no ser beneficiosos para combatir la enfermedad.
“La idea es que cada vez se use menos terapia en ciertos de tipos de cáncer”, aseguró C. Kent Osborne, médico de la Universidad de Medicina de Baylor, durante su ponencia. “El sobretratamiento es un gran problema para tratar el cáncer”, explicaron los expertos. “Es cierto que las terapias ayudan a muchas mujeres a superar la enfermedad, pero someterlas a demasiadas, que no son necesarias, está suponiendo un alto coste, experiencias traumáticas y efectos secundarios de por vida”, añadieron.
Según los investigadores, la calidad de vida de la enferma puede verse mermada con la aparición de síntomas como la inflamación del bazo o problemas cardíacos permanentes. “La radioterapia, además, puede elevar el riesgo de padecer algún otro tipo de tumor maligno”, agregaron.
Entre los resultados presentados en el congreso se mostraron varios estudios que concluyeron que era conveniente “no usar radioterapia en los primeros estadios de la enfermedad”; que “la cirugía puede ser innecesaria cuando hay metástasis”, y que “el uso de quimioterapia menos agresiva podría convertirse en el tratamiento estándar del cáncer de mama”.
Los expertos expusieron que cuando el cáncer de mama ya está muy extendido, que suele ocurrir entre el 5% y el 20% de los casos recién diagnosticados, “normalmente, es incurable”. “En estos casos lo recomendado es la quimioterapia o terapia hormonal que ataque al cáncer en todo el cuerpo. Sin embargo son muchos los especialistas que optan por la intervención quirúrgica con la esperanza de eliminar el tumor pero sin pruebas suficientes que la justifiquen”, añadieron
El pasado mes de octubre, la Sociedad de Oncología Americana (ASCO, por sus siglas en inglés) publicó la lista de las cinco terapias y pruebas del cáncer cuyo uso no es beneficioso o no está justificado en algunos casos. Los expertos aseguraron entonces que “cómo médicos tenemos la responsabilidad de dar al paciente el mejor cuidado del cáncer posible. Esto significa que debemos ser responsables y eliminar de estas opciones pruebas que superan en riesgo a los beneficios, y asegurarnos que la elección que hemos tomado es la que refleja la mejor evidencia”.
La lista ASCO incluía no “recetar un medicamento contra las náuseas y los vómitos a los enfermos que se están sometiendo a una quimioterapia y que no tiene estos efectos secundarios”; no usar tratamientos combinados a no ser que el “enfermo necesite un alivio urgente de sus síntomas”; no utilizar pruebas de tecnología avanzada -como los escáneres, entre otras- para vigilar una posible recidiva en los pacientes que han sido tratados con anterioridad o en aquellos que no presentan ningún síntoma de cáncer; no abusar del PSA (análisis del antígeno prostático específico), prueba para detectar el cáncer de próstata y muy polémico en el país debido a la gran cantidad de falsos negativos que arroja, y “no usar terapias dirigidas contra un defecto genético específico, a menos que las células tumorales de un paciente contengan un biomarcador que pueda responder positivamente a la terapia”.
El coste del tratamiento del cáncer de EE UU, a pesar de ser un pequeño porcentaje del presupuesto total dirigido a la salud en el país, se estima que crecerá en los próximos años, pasando de 125.000 millones de dólares en 2011 a 158.000 millones de dólares en 2020. “Nuestra creencia es que los médicos y los pacientes deben participar en un programa que sea sostenible entre los beneficios y las evidencias para que la terapia sea la más eficaz”, concluyeron los autores de la lista.
La mayoría de los cánceres de mama se diagnostican en las primeras fases de la enfermedad, y muchas mujeres son tratadas con cirugía seguida de terapia de hormonas o quimioterapia, además de que en muchos casos también con radioterapia. Esta es la segunda vez en menos de dos meses que los expertos estadounidenses alertan de que algunos tratamientos del cáncer se han demostrado no ser beneficiosos para combatir la enfermedad.
“La idea es que cada vez se use menos terapia en ciertos de tipos de cáncer”, aseguró C. Kent Osborne, médico de la Universidad de Medicina de Baylor, durante su ponencia. “El sobretratamiento es un gran problema para tratar el cáncer”, explicaron los expertos. “Es cierto que las terapias ayudan a muchas mujeres a superar la enfermedad, pero someterlas a demasiadas, que no son necesarias, está suponiendo un alto coste, experiencias traumáticas y efectos secundarios de por vida”, añadieron.
Según los investigadores, la calidad de vida de la enferma puede verse mermada con la aparición de síntomas como la inflamación del bazo o problemas cardíacos permanentes. “La radioterapia, además, puede elevar el riesgo de padecer algún otro tipo de tumor maligno”, agregaron.
Entre los resultados presentados en el congreso se mostraron varios estudios que concluyeron que era conveniente “no usar radioterapia en los primeros estadios de la enfermedad”; que “la cirugía puede ser innecesaria cuando hay metástasis”, y que “el uso de quimioterapia menos agresiva podría convertirse en el tratamiento estándar del cáncer de mama”.
Los expertos expusieron que cuando el cáncer de mama ya está muy extendido, que suele ocurrir entre el 5% y el 20% de los casos recién diagnosticados, “normalmente, es incurable”. “En estos casos lo recomendado es la quimioterapia o terapia hormonal que ataque al cáncer en todo el cuerpo. Sin embargo son muchos los especialistas que optan por la intervención quirúrgica con la esperanza de eliminar el tumor pero sin pruebas suficientes que la justifiquen”, añadieron
El pasado mes de octubre, la Sociedad de Oncología Americana (ASCO, por sus siglas en inglés) publicó la lista de las cinco terapias y pruebas del cáncer cuyo uso no es beneficioso o no está justificado en algunos casos. Los expertos aseguraron entonces que “cómo médicos tenemos la responsabilidad de dar al paciente el mejor cuidado del cáncer posible. Esto significa que debemos ser responsables y eliminar de estas opciones pruebas que superan en riesgo a los beneficios, y asegurarnos que la elección que hemos tomado es la que refleja la mejor evidencia”.
La lista ASCO incluía no “recetar un medicamento contra las náuseas y los vómitos a los enfermos que se están sometiendo a una quimioterapia y que no tiene estos efectos secundarios”; no usar tratamientos combinados a no ser que el “enfermo necesite un alivio urgente de sus síntomas”; no utilizar pruebas de tecnología avanzada -como los escáneres, entre otras- para vigilar una posible recidiva en los pacientes que han sido tratados con anterioridad o en aquellos que no presentan ningún síntoma de cáncer; no abusar del PSA (análisis del antígeno prostático específico), prueba para detectar el cáncer de próstata y muy polémico en el país debido a la gran cantidad de falsos negativos que arroja, y “no usar terapias dirigidas contra un defecto genético específico, a menos que las células tumorales de un paciente contengan un biomarcador que pueda responder positivamente a la terapia”.
El coste del tratamiento del cáncer de EE UU, a pesar de ser un pequeño porcentaje del presupuesto total dirigido a la salud en el país, se estima que crecerá en los próximos años, pasando de 125.000 millones de dólares en 2011 a 158.000 millones de dólares en 2020. “Nuestra creencia es que los médicos y los pacientes deben participar en un programa que sea sostenible entre los beneficios y las evidencias para que la terapia sea la más eficaz”, concluyeron los autores de la lista.
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