TRIBUNA. JOSÉ ANTONIO DÍAZ HUERTAS
Más formación para eliminar temores
Múltiples obstáculos dificultan la detección del maltrato. Por ello, es necesario ampliar la información disponible que determinen pautas de actuación concretas y efectivas.
José Antonio Díaz Huertas,presidente de la Comisión Clínica de Violencia y Maltrato Infantil del Hospital Universitario Niño Jesús, de Madrid. | 16/12/2013 00:00
La falta de formación específica y los mitos y falsas creencias sobre el maltrato pueden generar directa o indirectamente obstáculos y dificultades desde su posible detección hasta su tratamiento.
Es difícil creer que dentro de la familia se den situaciones de violencia, que se den en todas las clases sociales, que si lo hubiera no se denunciaría, que los hijos no mostrarían afecto por sus padres, cuando en la práctica se comprueba que esto no se adapta a la realidad.
La falta de formación específica e insuficiente, tanto en lo que a aspectos clínicos se refiere como en los procedimientos correspondientes a la intervención médico legal, puede generar inseguridad en el profesional sanitario, que se encuentra ante un posible caso de maltrato infantil. La complejidad del abordaje, no sólo en un primer momento sino durante el proceso que se inicie, puede, sin una formación adecuada, obstaculizar la puesta en marcha de las medidas necesarias.
Teniendo en cuenta la epidemiología del maltrato infantil y las consecuencias físicas y para el desarrollo socioemocional que conlleva para el niño, debería ser sin duda parte importante en la formación del pediatra y enfermería ya desde el pregrado. De esta forma se subsanaría uno de los problemas de base: el desconocimiento sobre cómo evaluar y realizar un diagnóstico médico y un tratamiento integral socio-sanitario.
La falta de conocimientos sobre cómo funciona el sistema de protección a la infancia y el judicial; la dificultad del abordaje con la familia, la comunicación de la sospecha de maltrato; el miedo a que el inicio del procedimiento sea perjudicial para el paciente; la equivocación entre emitir un parte de lesiones y poner una denuncia; experiencias conocidas en los que tras comunicar sospecha el paciente volvió con los padres sin que se realizarán los estudios sociales necesarios..., son razones comunes que pueden hacer que el profesional no se sienta respaldado a la hora de abordar un posible caso de maltrato.
En los últimos años los profesionales sanitarios han realizado un importante esfuerzo en mejorar los procedimientos relacionados no sólo en el diagnóstico sino también en el abordaje del maltrato infantil. Entender y estar dispuesto a trabajar en un equipo multidisciplinar, que permita un tratamiento integral del paciente y su familia, ha sido fundamental para avanzar de forma conjunta en todos los aspectos sociosanitarios.
A pesar de estos avances los profesionales sanitarios involucrados en el tratamiento de la población pediátrica deben conocer con más detalle las herramientas a nuestro alcance para seguir avanzando en una atención adecuada a los niños maltratados y las causas que dieron lugar a su aparición desde criterios de prevención.
Es imprescindible desarrollar los registros de casos detectados de maltrato infantil maltrato. Registrar todos los casos que se produzcan, incluyendo la situaciones de riesgo que, como se contempla en nuestro ordenamiento jurídico, también existe la obligación de atender, ayudaría a saber más y poder abordarlo mucho mejor.
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