No se puede limitar la acción preventiva en el ámbito cardiovascular

La falta de tiempo en las consultas de AP puede evitar que se hagan acciones preventivas sobre diabetes, colesterol o hipertensión.

Raquel Serrano. Madrid | 11/12/2013 00:00

José María Lobos Bejarano, coordinador del CEIPC. (DM)

La prevención selectiva e individual ha sido en España, y con similares características en países de nuestro entorno, uno de los logros más destacados en el ámbito cardiovascular, tal y como reflejan diferentes estudios paneuropeos de seguimiento de pacientes. Por ello, y según los profesionales, no se puede ni debe retroceder un paso, según se ha puesto de manifiesto en las V Jornadas Científicas del Comité Español Interdisciplinario de Prevención Cardiovascular (CEIPC), en las que se ha analizado la prevención cardiovascular en España: sus oportunidades y sus barreras.
Tiempo propio
En España, y según ha indicado a DM José María Lobos Bejarano, coordinador de CEIPC y del área cardiovascular de la Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria (Semfyc), se lleva a cabo una exitosa prevención cardiovascular.
Sólo la falta de tiempo en las consultas de primaria, con presión asistencial, puede obstaculizar que se hagan acciones preventivas sobre diabetes, colesterol o hipertensión, entre otras patologías que "destapan diagnósticos, lo que se conoce como detección oportunista muy beneficiosa". A su juicio, es necesario disponer de un tiempo propio para hacer estos diagnósticos preventivos de pacientes con riesgos cardiovasculares; lo contrario no es rentable ni a corto ni a medio ni a largo plazo".
Evaluar la crisis
Así, Lobos ha adelantado que el CEIPC, junto con la Sociedad Española de Cardiología, va a empezar a trabajar en la evaluación de la incidencia de las medidas restrictivas que ha acarreado la crisis sobre la salud cardiovascular de los españoles. "Es posible que en los próximos tres años ya se tengan datos de tendencia, que se prevén no sean muy positivos".
Ha recalcado que la prevención es un hecho probado, ya que la disminución de la mortalidad por enfermedades cardiovasculares se lleva registrando desde hace tres décadas. Hay, además, un dato notorio: el 60 por ciento del aumento de la esperanza de vida en la población española (7-8 años en la mujer y entre 5-6 años en el varón) en aproximadamente los últimos veinte años se debe a la mejora de las patologías cardiovasculares. La reducción de la mortalidad por ictus y por cardiopatía isquémica, no del número de casos, ha redundado en el incremento de años de vida.
"Las actuaciones preventivas han supuesto un 50 por ciento en la reducción de las afecciones cardiovasculares. La otra mitad es atribuible a la mejora en los tratamientos cardiovasculares que se aplican al paciente agudo".