CONFERENCIA
La innovación sólo sirve si cubre necesidades reales del paciente
Expertos piden que se evalúe el impacto real de las novedades. La crisis mejorará la priorización y la toma de decisiones sobre I+D.
Rosalía Sierra. Madrid. | rsierra@diariomedico.com | 28/04/2014 00:00
El valor real de una nueva tecnología, técnica o producto se define "dividiendo la calidad entre los costes, y nuestro trabajo debe centrarse en la calidad", afirmó Antonio Sarriá, director de la Agencia de Evaluación de Tecnologías Sanitarias del Instituto de Salud Carlos III, en la conferencia Economía de la salud y mejora de los procesos, organizada la semana pasada en Madrid por la Fundación Tecnología y Salud y la Real Academia Nacional de Medicina (ver DM del viernes).
Y esa calidad, a su juicio, consiste en "ofrecer soluciones a los problemas de salud de las personas: eso es innovación; hacer sólo cosas nuevas no lo es". Así, los tres criterios a los que lo nuevo debe responder son mejorar los resultados en salud, cubrir necesidades y resultar eficiente o coste-efectivo. Eso sí, "sin los dos primeros, el tercero no tiene sentido".
- "Cuando había dinero, el sistema lo incorporaba todo, y esa falta de criterio se trasladó a la industria"
En este sentido, Sarriá se mostró muy crítico con la industria farmacéutica, cuyo modelo de innovación "es ineficiente. Cada vez se desarrollan menos moléculas innovadoras, lo que repercute en su coste, que suele estar muy por encima de su innovación incremental".
No obstante, las críticas no fueron sólo para las empresas, que no han hecho sino dejarse llevar por "la tendencia del sistema de incorporar productos que eran tenidos como innovadores cuando no lo eran tanto. Cuando había dinero se absorbía todo, y esa falta de criterio se trasladó a la industria".
- "Más eficiencia en la producción de servicios no supone más eficiencia en la producción de salud"
A esto se suma que "pocas veces se encuentran los mismos resultados en la realidad que en los ensayos clínicos, mientras que en éstos se gastan cantidades ingentes de dinero sin medir si aportarán valor". Por ello, Sarriá piensa que "desde el principio deben definirse la eficacia y la efectividad relativas, e incorporar los modelos económicos necesarios y el mundo real".
Coincidió con este punto de vista Luis Pablo Rodríguez, académico de número y moderador de la jornada, que defendió que "no toda la investigación es innovación. En España se publica mucho, pero nadie se pregunta si todo eso sirve para algo".
Evidencia
Estos problemas no son exclusivos de las farmacéuticas: "La calidad de la evidencia disponible sobre dispositivos es muy baja", afirmó Sarriá. Para generarla, sugiere "introducir los productos en el mercado para evaluarlos después con datos reales de efectividad".
Estos problemas no son exclusivos de las farmacéuticas: "La calidad de la evidencia disponible sobre dispositivos es muy baja", afirmó Sarriá. Para generarla, sugiere "introducir los productos en el mercado para evaluarlos después con datos reales de efectividad".
Lo que parece claro es que el incremento de la evaluación y la exigencia con respecto a la incorporación de nuevos productos es una consecuencia directa de la crisis. Y es que, "¿es realmente un problema que los recursos escaseen? De esta forma, el dinero tiene usos alternativos, lo que nos obliga a tomar decisiones y evaluar", según José Soto, gerente del Hospital Clínico San Carlos, de Madrid, que retomó el apunte de Sarriá sobre la cobertura de necesidades reales afirmando que, además, "conseguir mayor eficiencia en la producción de servicios sanitarios no supone siempre ser más eficientes en la producción de salud". A ello se suma "el grave problema de protocolización y variabilidad que hay en la práctica".
En su opinión, sería deseable "un pacto por la innovación, que permita, entre otras cosas, definir cuándo y por cuánto hay que renovar la tecnología e introducir nuevos productos".
Asimismo, para mejorar el desempeño de los sistemas considera fundamental "diferenciar la gestión de la empresa-hospital, que depende de la Gerencia, de la gestión de los negocios del hospital, que debe estar en manos de los clínicos".
De este modo, sostiene, "se empiezan a pelear los gestores y los médicos por los números, lo que resulta algo positivo porque lleva a cuantificarlo todo, medirlo y compararlo".
Continuidad asistencial
El incremento del gasto y las posibles dudas sobre su valor incremental no deben empañar la importancia de la innovación. El presidente de la Fundación Tecnología y Salud, Javier Colás, afirmó durante la jornada que "las especialidades médicas que más desarrollo han tenido en las últimas décadas son aquéllas que han incorporado más rápidamente la innovación tecnológica, por lo que es necesario potenciar su protagonismo en el continuum asistencial que exige la sociedad".
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