lunes, 22 de septiembre de 2014

"El modelo 'Barnaclínic' ya existía en otros hospitales públicos de países europeos" - DiarioMedico.com

"El modelo 'Barnaclínic' ya existía en otros hospitales públicos de países europeos" - DiarioMedico.com



FACTURA ENTRE 13 Y 14 MILLONES DE EUROS AL AÑO

"El modelo 'Barnaclínic' ya existía en otros hospitales públicos de países europeos"

El director general del Clínico, Josep M. Piqué, responde a la querella de la patronal ACES. Asegura que la actividad privada se realiza "con total transparencia" en el hospital público.
Carmen Fernández. Barcelona | carmenfer@diariomedico.com   |  22/09/2014 00:00
  

Josep Maria Piqué
El director general del Clínico de Barcelona, Josep Maria Piqué. (Jaume Cosialls)
"El modelo de combinación de actividad pública y privada dentro de una institución sanitaria de titularidad pública existía en otros hospitales de países europeos con sistemas de salud relativamente similares al nuestro. Esta actividad privada se habría podido organizar dentro del propio hospital como habían hecho otras instituciones", explica a Diario Médico Josep Maria Piqué, director general del Hospital Clínico de Barcelona, sobre la división de actividad privada Barnaclínic, que es objeto de una demanda judicial, admitida a trámite, de la patronal Asociación Catalana de Entidades de Salud (ACES).
En esa querella ACES destaca que Barnaclínic utiliza y se aprovecha de la imagen y de la marca de prestigio del Clínico, para captar pacientes, tanto del sistema público como de otras procedencias, y ofrecer su actividad asistencial privada, beneficiándose de los recursos públicos; en concreto, denuncia la posible vulneración de la Ley 15/2007 de Defensa de la Competencia y la Ley 3/91 de Competencia Desleal.
  • La decisión de crear Barnaclínic obedeció a la voluntad de establecer unos circuitos de gobierno, gestión, procesos de trabajo y organización independientes (...), que evitasen la confusión de los circuitos"
Piqué explica que Barnaclínic es una sociedad anónima cuyo accionista mayoritario es el Clínico; en él trabajan, fuera de su horario laboral, profesionales del hospital, y en él prestan atención únicamente a pacientes que pagan la asistencia de su propio bolsillo (no median compañías aseguradoras ni mutuas). La decisión de crear Barnaclínic "obedeció a la voluntad de establecer unos circuitos de gobierno, gestión, procesos de trabajo, y organización independientes y autónomos que garantizasen la máxima transparencia y evitasen la confusión de los circuitos de asistencia privada con los públicos", relata Piqué.
Recuerda que el modelo se basa, entre otras premisas, en que: los estándares de calidad, los protocolos y los principios éticos de Barnaclínic son idénticos a los del Clínico; se priorizan aquellos procedimientos, procesos o patologías que requieren de profesionales de alta cualificación y medios técnicos de alta complejidad, y se hace una apuesta decidida por la internacionalización de esta oferta (atención a extranjeros).
En régimen de alquiler
Además, Barnaclínic "usa infraestructuras y recursos del Clínico en régimen de alquiler a precio de mercado y nunca en competencia con la actividad pública", y la actividad privada se realiza "con total transparencia sin dar lugar a conflictos de interés ni a una percepción equívoca de los mismos y se preserva el carácter y el destino públicos del Clínico, y por tanto, cualquier incidencia se resuelve de la manera más favorable para la asistencia sanitaria pública, sin interferir en los intereses de los usuarios". El acceso a la asistencia privada por parte del paciente "es libre, voluntaria e informada y cualquier posible conflicto de ética asistencial se trata conjuntamente por el director de Barnaclínic y el director médico del Clínico, con el apoyo del Comité de Ética Asistencial del Clínico cuando es necesario".
  • No hay competencia desleal porque no se ha invertido en estructuras ni se puede hacer 'dumping' (en precios) porque Barnaclínic paga al Clínico por los recursos que usa a precio de mercado"
Piqué apunta asimismo que Barnaclínic no recibe ninguna subvención, ni publica ni privada, y no obtiene dinero de contratación del Servicio Catalán de la Salud ni de cualquier otra institución de titularidad pública. En cuanto a los beneficios de Barnaclínic, Piqué asegura que "en su totalidad revierten en las propias necesidades de inversión de la sociedad o en necesidades de inversión o desarrollo profesional del Clínico".
Sobre la querella, Piqué destaca dos cuestiones que denuncia ACES: "Barnaclínic no tiene autorización administrativa" y "supone competencia desleal para el sector sanitario privado". Sobre el primero aclara que "en su día se pidió autorización al Departamento de Salud y éste respondió que no era precisa porque Barnaclínic utilizaría los mismos recursos humanos y materiales del Clínico"; y sobre el segundo, que "no hay competencia desleal porque no se ha hecho una inversión en estructuras ni se puede hacer dumping (precios por debajo de su coste en el mercado) porque Barnaclínic paga al Clínico por los recursos que usa a precio de mercado".
'Fideliza profesionales'
Barnaclínic factura entre 13 y 14 millones de euros al año y sus beneficios varían de uno para otro. Piqué defiende que contribuye especialmente a "fidelizar a profesionales y a captar nuevo talento, atraído por la posibilidad de hacer actividad pública y privada en el mismo centro" y que "el paciente que entra en Barnaclínic libera un puesto en la lista de espera pública".

Labor pública en centro privado

El director general del Hospital Clínico de Barcelona, Josep Maria Piqué, dice que si la patronal ACES pone en entredicho la actividad privada en un hospital público también tendría que hacerlo con la actividad pública en un centro privado, algo que se da con bastante frecuencia en Cataluña. Hay que recordar que, en paralelo a la polémica por Barnaclínic, el Clínico es objeto de controversia por su derivación de pacientes al Hospital del Sagrado Corazón (hoy de IDCSalud), un centro concertado con el que el Clínico hace años que colabora en la asistencia a la misma zona de Barcelona.

Expertos dan 'visto bueno' pero piden más información

Tres expertos en ética y economía de la salud -Victoria Camps, Guillem López Casasnovas y Ángel Puyol González- publicaron en 2006 el documento Las prestaciones privadas en las organizaciones sanitarias públicas, que avaló la fórmula de Barnaclínic apuntando algunas cautelas para evitar su perversión. Una de sus recomendaciones fue la evaluación periódica. La Fundación Grifols recibió la petición, de parte del hospital, de hacer una evaluación.
Su primera respuesta fue que debería ser el patronato del centro el que lo hiciera pero, aún así, Camps, López y Puyol aceptaron revisar toda la información a su disposición y ya han concluido que Barnaclínic funciona adecuadamente en aspectos como la transparencia en el pago de honorarios y precios de transferencia por los servicios realizados desde el Clínico; y que "no se detectan comportamientos oportunistas".
Pero sugieren que hay que conocer "la procedencia de los ingresos de actividad de sala precisando si vienen del propio Clínico, otras referencias o, en su caso, si estaban ya pendientes de una lista de espera pública. El protocolo actual no permite cruzar la información de si el paciente ya dispone de un médico adjunto, que será luego su profesional responsable en Barnaclínic"; precisar "con qué criterio se asigna la actividad asistencial allí donde el paciente no decide, ya sea atribuyendo directamente a cualquiera de los profesionales acreditados del Clínico o al servicio de él, siendo su jefe quien asigna con criterios que ya rehuyen de la gestora de pacientes de Barnaclínic"; saber "en qué categorías de enfermedad se ubican las altas aleatorias suministradas de forma que permitan averiguar su gravedad relativa", e "identificar quién y cómo ha informado al paciente de la lista de espera, tanto del Clínico como de las alternativas asistenciales disponibles" dentro de la red asistencial concertada catalana.

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