martes, 24 de enero de 2012

Bicefalia en la investigación biomédica | Código Salud | elmundo.es

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Bicefalia en la investigación biomédica

El Instituto de Salud Carlos III fue creado hace 25 años en virtud de la Ley General de Sanidad. Era la pata de investigación biomédica del Ministerio de Sanidad, claro está, y tenía 20 funciones básicas -todas relacionadas con la salud-.

De forma incomprensible, los recientes gobiernos del PSOE lo trasladaron al Ministerio de Ciencia e Innovación y dejaron al de Sanidad bastante cojo, ya que le arrebataron una pata esencial en su estructura. Si ese organismo no tiene control de la investigación biomédica (que va bastante más allá del conseguir fármacos patentables) ni competencia alguna en la asistencia médica, carece prácticamente de sentido su existencia.

Cuando estaban en campaña electoral, los dirigentes del PP con conocimiento y anteriores responsabilidades sanitarias aseguraban que si ganaban las elecciones la investigación médica volvería a Sanidad, como era lo lógico.

Eso era entonces. Ya sabemos que el desdecirse de promesas hechas pre-electoralmente está en el genoma del político. Pero aún así, la adscripción del Carlos III al Ministerio de Economía y Competividad –"donde dije digo quería decir Diego"- ha dejado perplejos a una buena parte de los profesionales sanitarios y quizá también a muchos responsables ahora en el Gobierno.

Como de sabios es rectificar, la semana pasada hemos conocido que el Carlos III va a tener dos padres. Dos cabezas. Rizando el rizo, será un organismo controlado por un lado por Economía pero también lo será por Sanidad. El quién va a ser quién en esta dualidad –porque la bicefalia casi nunca funciona- no está de momento nada claro. Si se habla de investigar, y eso consiste en armonizar bien lo básico con lo clínico -todo debe ser translacional-, la batuta la tienen que tener en Sanidad. Parece que será así.

En cualquier caso, de momento es bueno que los de Economía estén cerca recordando que la biomedicina es una inversión rentable, que siempre necesita primero investigar, y que nuestro país no debe abandonar la innovación como meta alcanzable si quiere –cuando la tormenta financiera amaine un poco- estar en los primeros vagones del tren de la prosperidad que esperemos que algún día, aunque no esté muy cerca, vuelva a ponerse en marcha. Y si hay un lugar para innovar ese desde luego es la biomedicina.
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