Las alteraciones cardiovasculares en niños y jóvenes se han multiplicado por 10 en la última década
Madrid (01/02/2012) - Redacción
La Sociedad Española de Gastroenterología, Hepatología y Nutrición Pediátrica ha organizado su II Foro para cambiar el panorama de las enfermedades cardiovasculares en estas edades
La Sociedad Española de Gastroenterología, Hepatología y Nutrición Pediátrica (SEGHNP) ha reunido en Segovia a sesenta especialistas de todo el país para participar en el II Foro de la SEGHNP con el fin de elaborar un plan de acción para cambiar el panorama de las enfermedades cardiovasculares en edades infanto-juveniles
Los especialistas alertan del incremento de enfermedades cardiovasculares en niños y, dada la celeridad con la que están aumentando los casos, advierten de la necesidad de tomar medidas preventivas, ya incluso desde el periodo de gestación del bebé y por parte de la madre. El objetivo es evitar riesgos epigenéticos y que son responsables en parte de la epidemia global de obesidad.
El objetivo de este II Foro, que ha contado con la colaboración de Abbott Laboratories, ha sido analizar el riesgo cardiovascular en pacientes pediátricos a partir de determinados factores de riesgo, relacionados tanto con la hiperalimentación como con la hipoalimentación. Según explica el doctor Vicente Varea, Jefe de Sección de Gastroenterología, Hepatología y Nutrición Pediátrica en el Hospital San Juan de Dios de Barcelona, "no hemos querido centrar el riesgo cardiovascular en temas ya conocidos, como la obesidad", si bien reconoce que ésta constituye uno de los principales factores de riesgo, hasta el punto de que "el número de casos de alteraciones cardiovasculares infantiles, como alteraciones de la carótida, placas de ateroma o alteraciones miocárdicas, entre otras, se han multiplicado por diez en los últimos años, y principalmente en niños obesos".
Para los expertos es fundamental enseñar hábitos de alimentación adecuados desde edades muy tempranas, como uno de los métodos de prevención más eficaces. Para el doctor José Manuel Moreno Villares, del Servicio de Pediatría, Hospital 12 de Octubre de Madrid, "es más fácil enseñar los hábitos de vida y de alimentación saludables desde la infancia, que cambiarlos cuando se es adulto".
En palabras del doctor Moreno, "la tendencia es que en 20 años las enfermedades cardiovasculares se adelantarán unos diez", es decir, si ahora aparecen a partir de los 55 años, en un par de décadas, el diagnóstico se hará en personas de 45. De hecho, apunta que ya se está detectando en la infancia, pero sobre todo en jóvenes menores de 24 años, un incremento de patologías como intolerancia a la glucosa o hipertensión, que antes eran impensables a estas edades.
La obesidad en España afecta al 20 por ciento de los niños en edad escolar. El doctor Carlos Bousoño, Jefe de la Unidad de Gastroenterología y Nutrición del Hospital Universitario de Asturias, reseña, además, que de ese total de niños obesos, "prácticamente entre 30 y 40 por ciento tienen ya problemas cardiovasculares durante la niñez. Esto significa que de adultos no sólo van a ser obesos, sino que van a padecer diabetes, problemas articulares, hipertensión o ateroesclerosis precoz, fundamentalmente".
Para el especialista, existe una concepción errónea a la hora de asociar la obesidad, "ya que la gente piensa que la obesidad es un problema individual. Es decir, que el niño es obeso porque es glotón y sedentario". Sin embargo, el doctor subraya que esta idea es incierta porque al niño se le "impone" un estilo de vida y cada vez se hace más precozmente.
Pero además, destaca el desconocimiento que existe entre la población en general respecto a la obesidad y sus consecuencias. Así, apunta que "sólo entre un 7 y un 10 por ciento de las familias españolas que tienen hijos obesos, consultan al médico por este problema, bien porque lo esconden o porque lo confunden con un problema estético; cuando recurren al especialista, lo hacen tarde por lo que la obesidad puede haberse vuelto irreversible pese al tratamiento.
Al hilo de estos mismos argumentos, el doctor Vicente Varea también recuerda que hasta los tres años la alimentación del bebé es preocupación prioritaria para los padres, mientras que a partir de esa edad se produce "un desentendimiento de lo que come el niño", con las consiguientes repercusiones en su salud.
Por último, el doctor Bousoño recuerda también la carga económica que supone la obesidad para la Sanidad pública y advierte que "en el siglo actual la sanidad pública gastará, debido a la obesidad, cien veces más por persona que lo que gastó el siglo pasado" y vaticina que si no se desarrolla una prevención efectiva, "el día de mañana podremos llegar al 80 por ciento de niños con sobrepeso y a un 30 por ciento de niños obesos".
Los especialistas alertan del incremento de enfermedades cardiovasculares en niños y, dada la celeridad con la que están aumentando los casos, advierten de la necesidad de tomar medidas preventivas, ya incluso desde el periodo de gestación del bebé y por parte de la madre. El objetivo es evitar riesgos epigenéticos y que son responsables en parte de la epidemia global de obesidad.
El objetivo de este II Foro, que ha contado con la colaboración de Abbott Laboratories, ha sido analizar el riesgo cardiovascular en pacientes pediátricos a partir de determinados factores de riesgo, relacionados tanto con la hiperalimentación como con la hipoalimentación. Según explica el doctor Vicente Varea, Jefe de Sección de Gastroenterología, Hepatología y Nutrición Pediátrica en el Hospital San Juan de Dios de Barcelona, "no hemos querido centrar el riesgo cardiovascular en temas ya conocidos, como la obesidad", si bien reconoce que ésta constituye uno de los principales factores de riesgo, hasta el punto de que "el número de casos de alteraciones cardiovasculares infantiles, como alteraciones de la carótida, placas de ateroma o alteraciones miocárdicas, entre otras, se han multiplicado por diez en los últimos años, y principalmente en niños obesos".
Para los expertos es fundamental enseñar hábitos de alimentación adecuados desde edades muy tempranas, como uno de los métodos de prevención más eficaces. Para el doctor José Manuel Moreno Villares, del Servicio de Pediatría, Hospital 12 de Octubre de Madrid, "es más fácil enseñar los hábitos de vida y de alimentación saludables desde la infancia, que cambiarlos cuando se es adulto".
En palabras del doctor Moreno, "la tendencia es que en 20 años las enfermedades cardiovasculares se adelantarán unos diez", es decir, si ahora aparecen a partir de los 55 años, en un par de décadas, el diagnóstico se hará en personas de 45. De hecho, apunta que ya se está detectando en la infancia, pero sobre todo en jóvenes menores de 24 años, un incremento de patologías como intolerancia a la glucosa o hipertensión, que antes eran impensables a estas edades.
La obesidad en España afecta al 20 por ciento de los niños en edad escolar. El doctor Carlos Bousoño, Jefe de la Unidad de Gastroenterología y Nutrición del Hospital Universitario de Asturias, reseña, además, que de ese total de niños obesos, "prácticamente entre 30 y 40 por ciento tienen ya problemas cardiovasculares durante la niñez. Esto significa que de adultos no sólo van a ser obesos, sino que van a padecer diabetes, problemas articulares, hipertensión o ateroesclerosis precoz, fundamentalmente".
Para el especialista, existe una concepción errónea a la hora de asociar la obesidad, "ya que la gente piensa que la obesidad es un problema individual. Es decir, que el niño es obeso porque es glotón y sedentario". Sin embargo, el doctor subraya que esta idea es incierta porque al niño se le "impone" un estilo de vida y cada vez se hace más precozmente.
Pero además, destaca el desconocimiento que existe entre la población en general respecto a la obesidad y sus consecuencias. Así, apunta que "sólo entre un 7 y un 10 por ciento de las familias españolas que tienen hijos obesos, consultan al médico por este problema, bien porque lo esconden o porque lo confunden con un problema estético; cuando recurren al especialista, lo hacen tarde por lo que la obesidad puede haberse vuelto irreversible pese al tratamiento.
Al hilo de estos mismos argumentos, el doctor Vicente Varea también recuerda que hasta los tres años la alimentación del bebé es preocupación prioritaria para los padres, mientras que a partir de esa edad se produce "un desentendimiento de lo que come el niño", con las consiguientes repercusiones en su salud.
Por último, el doctor Bousoño recuerda también la carga económica que supone la obesidad para la Sanidad pública y advierte que "en el siglo actual la sanidad pública gastará, debido a la obesidad, cien veces más por persona que lo que gastó el siglo pasado" y vaticina que si no se desarrolla una prevención efectiva, "el día de mañana podremos llegar al 80 por ciento de niños con sobrepeso y a un 30 por ciento de niños obesos".
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