JOSÉ MARÍA VALPUESTA ES MÁS REALISTA QUE OPTIMISTA
Dos décadas de ciencia contemplan al CNB
La idea nació en 1987, aunque hubo que esperar cinco años para que el Centro Nacional de Biotecnología (CNB) se convirtiera en una realidad. A lo largo de sus 20 años de historia, el centro ha vivido el despegue de la política científica, sus altibajos en los años 90, su recuperación a principios de siglo y la amenaza que representa ahora la crisis. José María Valpuesta, su quinto director, analiza con DM la actualidad que rodea al CNB.
José A. Plaza | 24/01/2012 00:00
José María Valpuesta, quinto director del Centro Nacional de Biotecnología. ()
Valpuesta retrocede al siglo pasado, a los años 80 y 90. El CNB se creó cuando la biotecnología no estaba apenas desarrollada en España, gracias a una iniciativa interministerial que proponía crear un centro de investigación que enlazara la investigación básica y el ámbito empresarial. Al poco tiempo de su creación, la gestión del centro fue cedida al CSIC y durante muchos años los ministerios han actuado como patronos del CNB, pero sin aportar apenas financiación.
- Si queremos cambiar el tan cacareado modelo productivo, sólo lo lograremos a través de la investigación, el desarrollo y la innovación
Todo empezó casi desde cero: "En los 80 se partía de muy abajo, pero la evolución de la ciencia en España en los últimos 30 años ha sido asombrosa; aún no tenemos perspectiva para ver cómo ha cambiado la investigación desde entonces". Hace 20 años investigaba mucha menos gente y de forma desorganizada; se mejoró rápidamente, pero el crecimiento ha ido perdiendo fuerza: "El disgusto que ahora tenemos muchos parte de que los políticos están paralizando el esfuerzo en pro de la ciencia", algo que supone un auténtico problema porque otros países mantienen y aumentan sus presupuestos en investigación.
Valpuesta cree, y no es el único, que "si queremos cambiar el tan cacareado modelo productivo, sólo lo conseguiremos a través de la investigación, el desarrollo y la innovación". El problema es la falta de continuidad, vinculada a una dificultad de base: la falta de cultura científica: "La primera legislatura de Zapatero fue magnífica en este sentido, ya que aumentaron mucho los presupuestos, pero con la crisis lo primero que se ha recortado es la investigación". Esta falta, ya histórica en España, de feeling con la ciencia tiene buena parte de la culpa de que no suba el tanto por ciento del PIB destinado a I+D: "No sé si es un mal endémico, pero sí que los políticos españoles, aunque les suena bien, no tienen un interés real por la investigación". De una forma u otra, cuando llega el momento de poner dinero y hacer planes, la situación se tuerce: "Hay que cambiar el modelo productivo, pero no se trabaja para ello".
¿Descuido del CSIC?
Otro de los problemas de la ciencia está relacionado con la administración; hay mucha burocracia y los procesos son muy pesados: "Aun así, la carga administrativa tendría que disminuir, pues hace perder mucho tiempo a los científicos, tiempo que restan de trabajar para lo que son pagados, en la investigación". También sería deseable una mayor inversión en la infraestructura científica de los centros: "El CSIC, posiblemente por sus problemas económicos, está descuidando este asunto".Pese a todo, el director del CNB observa "un momento científico dulce" en el que la mejor guinda sería "incidir en el ámbito de las empresas". En biotecnología el índice de éxito empresarial es bastante bajo, pero no sólo en España, sino en casi todos los países: "Es difícil decidirse y crear una empresa biotecnológica, porque el riesgo de desaparición o fracaso es bastante alto".
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El futuro del CNB "es muy bueno, sobre todo gracias a sus investigadores". Cuando escucha el argumento de la fuga de cerebros, Valpuesta sugiere " no volvernos locos. No debemos lograr que vuelvan a España sea como sea, sino tener aquí a los mejores, sean de donde sean, tal como se hace en los Estados Unidos".
Gestión e investigación
Con respecto al futuro del CNB, es optimista. Explica que se han creado muchos centros con un perfil diferente, como el Centro de Investigaciones Oncológicas (CNIO) y el Centro de Regulación Genómica (CRG) "en los que hay más dinero y una mayor flexibilidad para utilizarlo". Sin embargo, cree que el CNB aprovecha muy bien lo que tiene.
DE LO BÁSICO A LO CLÍNICO
Valpuesta no duda en definir el CNB como uno de los centros más importantes y grandes de España en el área de la biología y la biomedicina. Por tamaño y calidad, lo ve como "el centro más importante del CSIC". Alberga a más de 600 personas, de las que unas 400 son investigadores, y cinco departamentos: Estructura de Macromoléculas; Biología Molecular y Celular; Biotecnología Microbiana; Genética Molecular de Plantas, e Inmunología y Oncología. El plantel se completa con un programa de Biología de Sistemas. Como mandan los tiempos, se trata de un centro multidisciplinar en el que se hacen dos cosas: investigación básica (todos) e investigación aplicada (la mayoría; no es obligatoria, pero la gente está muy interesada en hacerla).El CNB no sólo investiga; forma, asesora a empresas y organismos oficiales y difunde conocimiento. Se ha convertido en uno de los principales centros de Biología molecular de toda Europa gracias a la labor de Valpuesta y de sus predecesores en el cargo. Michael Parkhouse, José Luis Carrascosa, Mariano Esteban y José Ramón Naranjo completan el repóker de directores.
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