GOBIERNO | Consejo de Ministros
El municipio conquense de Villar de Cañas albergará el cementerio nuclear
Atlas/Efe
- Es un municipio principalmente agrícola y cuenta con 442 habitantes
- El ATC servirá para almacenar durante unos 60 años residuos radiactivos
- Su construcción dará trabajo a unas 300 personas durante cinco años
El Consejo de Ministros ha aprobado una resolución por la que designa a la candidatura de Villar de Cañas, en la provincia de Cuenca, para que albergue el Almacén Temporal Centralizado (ATC) de combustible nuclear gastado y residuos radiactivos de alta actividad y su complementario centro tecnológico.
Según ha informado el Gobierno a través de una nota, esta decisión se ha adoptado "tras analizar en profundidad el informe sobre las candidaturas elaborado por la Comisión Interministerial creada para la selección del emplazamiento del ATC".
En opinión del Gobierno el municipio elegido, "reúne todas las características técnicas requeridas para este tipo de instalación y el entorno tiene una tasa de paro elevada, por lo que el proyecto tendrá un impacto socioeconómico positivo". Villar de Cañas, municipio principalmente agrícola cuenta con 442 habitantes y está situado a unos 75 kilómetros al suroeste de Cuenca.
El 16 de septiembre de 2010 la comisión interministerial encargada de evaluar los emplazamientos aprobó un informe en el que situaba a la candidatura de Zarra (Comunidad Valenciana) con la mayor puntuación (304 puntos), seguida de Ascó (Tarragona) (300), Yebra (Guadalajara) (290) y Villar de Cañas (Cuenca) (272).
No obstante, el Consejo de Ministros analizó dicho informe pero acordó posponer la decisión después de que trascendiera que Zarra iba a ser la elegida.
Candidatos descartados
El ministro Soria planteará ahora su propuesta al Ejecutivo, en la última reunión de 2011, cuando se cumplen dos años desde que su predecesor en el cargo, Miguel Sebastián, abriera el proceso de presentación de candidatos, el 29 de diciembre de 2009 con la intención de que el Gobierno decidiera el municipio definitivo "a principios de verano" de 2010, aunque finalmente el ex ministro acabó su mandato sin que se resolviera la cuestión.En septiembre de 2010, Sebastián propuso al Consejo de Ministros a Zarra (Valencia) como su apuesta definitiva pero en la reunión del Ejecutivo, según trascendió en su momento, se encontró con la oposición de varios de los ministros y, en particular, de la entonces vicepresidenta primera María Teresa Fernández de la Vega.
La construcción del ATC fue propuesto al Gobierno por el Congreso de los Diputados en 2004 pero no fue hasta la llegada de Miguel Sebastián cuando el Ejecutivo tomó la propuesta en firme.
El ATC servirá para almacenar de forma temporal -unos 60 años, según el proyecto- los residuos radiactivos de alta actividad y combustible gastado, así como otros residuos que se generen en las centrales nucleares al término de su vida útil. A mediados de este mismo año, la Unión Europea ha aprobado una Directiva que obliga a cada estado miembro a hacerse cargo de sus propios residuos radiactivos.
En la actualidad, en España se está desmantelando la central nuclear de José Cabrera (Guadalajara) y los residuos de alta actividad de la central de Vandellós I se están almacenando en Francia a un coste de unos 65.000 euros diarios, por lo que en 2011 se ha ingresado al país vecino, aproximadamente unos 2,3 millones de euros.
Mientras, los residuos de José Cabrera se ubican en un almacén temporal centralizado (ATI), al igual que los de Trillo y los de Ascó, cuyas piscinas de almacenamiento de combustible tienen ya poca capacidad más.
Modelo holandés
El diseño del ATC español se inspira en el HABOG (Holanda) y está planteado como una estructura modular de 283 metros de largo, 78 de ancho y 26 de ancho.Además de unos 700 millones de euros de inversión, el ATC prevé emplear a unas 300 personas durante los cinco años de su construcción y contempla la construcción asociada de un centro de investigación y un parque empresarial, destinado a la investigación de conocimientos y tecnologías sobre gestión de combustible y los residuos radiactivos de alta actividad.
Se trata de una instalación industrial que exigirá una superficie de 20 hectáreas, unas 13 para el ATC y de 5 a 7 para el centro tecnológico asociado.
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