Expertos apuestan por un modelo de provisión en el que las funciones de Medicina, Salud Pública y eficacia se interrelacionen
Granada (19/01/2012) - Ángeles Huertas
• La EASP ha acogido el II Foro "Calidad de Atención a Personas con Enfermedades Crónicas", donde especialistas de todo el mundo intercambian experiencias para mejorar la asistencia y mejorar la calidad de vida a esos pacientes
• En total, 250 personas han participado en este encuentro auspiciado por el Observatorio de Prácticas Innovadoras para el Manejo de Enfermedades Crónicas Complejas (OPIMEC)
Las enfermedades crónicas son las principales causas de morbilidad y mortalidad en todo el mundo y, además, suponen con diferencia el mayor gasto sanitario y provocan un alto número de necesidades no satisfechas para las personas que las padecen. El Observatorio de Prácticas Innovadoras para el Manejo de Enfermedades Crónicas Complejas (OPIMEC) surgió como una plataforma en red desarrollada por el profesor Alejandro Jadad de la Universidad de Toronto y un equipo de la Escuela Andaluza de Salud Pública (EASP), coordinado por Andrés Cabrera, que tiene entre sus objetivos comunicar y poner en contacto a todos los sectores y actores implicados en el ámbito de la cronicidad, complejidad y polipatología.
Dentro de este marco, la EASP ha acogido el II Foro "Calidad de Atención a Personas con Enfermedades Crónicas", que ha congregado a 250 profesionales relacionados con el mundo de las enfermedades crónicas para, según Cabrera, "promover el intercambio de conocimiento y experiencias en el manejo de las enfermedades crónicas, fomentar la innovación, reconocer la labor de los profesionales e identificar los retos sociales y sanitarios relacionados con estas patologías". La intención del OPIMEC es, afirma Jadad, "eliminar el sufrimiento innecesario de las personas e implementar un nuevo concepto de salud como adaptación y autogestión de nuestras vidas ante los desafíos para tener una vida larga y feliz".
Este encuentro de intercambios cuenta con la presencia de profesionales nacionales e internacionales que han acudido a Granada para ofrecer su experiencia en la mejora de la calidad de vida de las personas. De este modo, la primera sesión "Retos sociales y sanitarios de la cronicidad" ha contado con la presencia de Jo Ivey Boufford, presidenta de la Academia de Medicina de Nueva York, quien ha relatado cómo han puesto en marcha un programa de prevención comunitaria para evitar que la gente enferme y, por lo tanto, envejezca de forma saludable.
Entre las medidas relatadas por la especialista destacan la prohibición de fumar en cualquier lugar de Nueva York, la subida de impuestos para las bebidas con un exceso de azúcar o sal, la imposición de un sistema especial para que todos los alimentos reflejen en sus envases el número de calorías que contienen o un programa de ejercicios para niños y mayores (calles dedicadas a juegos activos, clases masivas de baile gratuitas, fitness comunitario...). Todo ello unido al concepto de política urbana, en el que se prioricen los espacios verdes y la zonas de esparcimiento. "Este tipo de estrategias", señala Boufford, "no son caras y producen cambios importantísimos en el comportamiento de los ciudadanos".
Fomentar la igualdad
La calidad de vida depende, afirma Alexandre Kalache, miembro de la Academia de Medicina de Nueva York y ponente de este encuentro, "de cuatro factores modificables: el sedentarismo, la dieta, el tabaco y el alcohol en exceso". España, asegura el investigador, "tiene tres veces más nivel de obesidad que Japón. La pregunta es, "¿qué pasará cuando estos jóvenes envejezcan?". El futuro, matiza Kalache, debe estar en un envejecimiento activo (independencia y autonomía) y para ello hay que fomentar un estilo de vida sano y evitar la exclusión social, "ya que la exclusión está relacionada con la prevalencia de las enfermedades crónicas". De este modo, "el riesgo de padecer una discapacidad es del 8 por ciento en los hogares que no superan los 1.000 euros de ingresos al mes y del 2,45 por ciento en los que la renta alcanza los 2.500 euros".
Estos tipos de cambios y estilos de vida también deben ir acompañados por una modificación en el sistema sanitario. "Hay que encontrar", aclara Rafael Bengoa, consejero de Salud y Consumo del País Vasco, "un modelo sanitario sostenible y para ello hay que reorganizar". El responsable político apuesta por un modelo de provisión en el que las funciones de Medicina, Salud Pública y eficacia se interrelacionen. "El modelo de provisión es la solución, no sólo buscar más financiación", apostilla. Para ello, en el País Vasco están intentando, en estos tiempos de crisis, "proporcionar un relato que vaya más allá de la contención del gasto, proporcionar una visión de estructura y direccionalidad, dar estabilidad y mostrar una visión compartida más cohesionada".
"Contar con un sistema de atención sanitario continuo, integrado y operando a nivel local" son tres de las características más valoradas por Bengoa para llegar a una transformación de la provisión, donde las enfermedades crónicas y los cuidados integrados están especialmente presentes. "Poco a poco hemos ido integrando en nuestro sistema sanitario la estratificación de los casos, las enfermeras de casos, las alertas clínicas rutinarias, el cuidado continuo, el paciente activo y la telemotorización regular para intentar contar con un sistema más sostenible", explica el gestor, quien además ha decidido dedicar "entre un 3 y 4 por ciento del presupuesto sanitario a incentivos para que los profesionales se integren".
Dentro de este marco, la EASP ha acogido el II Foro "Calidad de Atención a Personas con Enfermedades Crónicas", que ha congregado a 250 profesionales relacionados con el mundo de las enfermedades crónicas para, según Cabrera, "promover el intercambio de conocimiento y experiencias en el manejo de las enfermedades crónicas, fomentar la innovación, reconocer la labor de los profesionales e identificar los retos sociales y sanitarios relacionados con estas patologías". La intención del OPIMEC es, afirma Jadad, "eliminar el sufrimiento innecesario de las personas e implementar un nuevo concepto de salud como adaptación y autogestión de nuestras vidas ante los desafíos para tener una vida larga y feliz".
Este encuentro de intercambios cuenta con la presencia de profesionales nacionales e internacionales que han acudido a Granada para ofrecer su experiencia en la mejora de la calidad de vida de las personas. De este modo, la primera sesión "Retos sociales y sanitarios de la cronicidad" ha contado con la presencia de Jo Ivey Boufford, presidenta de la Academia de Medicina de Nueva York, quien ha relatado cómo han puesto en marcha un programa de prevención comunitaria para evitar que la gente enferme y, por lo tanto, envejezca de forma saludable.
Entre las medidas relatadas por la especialista destacan la prohibición de fumar en cualquier lugar de Nueva York, la subida de impuestos para las bebidas con un exceso de azúcar o sal, la imposición de un sistema especial para que todos los alimentos reflejen en sus envases el número de calorías que contienen o un programa de ejercicios para niños y mayores (calles dedicadas a juegos activos, clases masivas de baile gratuitas, fitness comunitario...). Todo ello unido al concepto de política urbana, en el que se prioricen los espacios verdes y la zonas de esparcimiento. "Este tipo de estrategias", señala Boufford, "no son caras y producen cambios importantísimos en el comportamiento de los ciudadanos".
Fomentar la igualdad
La calidad de vida depende, afirma Alexandre Kalache, miembro de la Academia de Medicina de Nueva York y ponente de este encuentro, "de cuatro factores modificables: el sedentarismo, la dieta, el tabaco y el alcohol en exceso". España, asegura el investigador, "tiene tres veces más nivel de obesidad que Japón. La pregunta es, "¿qué pasará cuando estos jóvenes envejezcan?". El futuro, matiza Kalache, debe estar en un envejecimiento activo (independencia y autonomía) y para ello hay que fomentar un estilo de vida sano y evitar la exclusión social, "ya que la exclusión está relacionada con la prevalencia de las enfermedades crónicas". De este modo, "el riesgo de padecer una discapacidad es del 8 por ciento en los hogares que no superan los 1.000 euros de ingresos al mes y del 2,45 por ciento en los que la renta alcanza los 2.500 euros".
Estos tipos de cambios y estilos de vida también deben ir acompañados por una modificación en el sistema sanitario. "Hay que encontrar", aclara Rafael Bengoa, consejero de Salud y Consumo del País Vasco, "un modelo sanitario sostenible y para ello hay que reorganizar". El responsable político apuesta por un modelo de provisión en el que las funciones de Medicina, Salud Pública y eficacia se interrelacionen. "El modelo de provisión es la solución, no sólo buscar más financiación", apostilla. Para ello, en el País Vasco están intentando, en estos tiempos de crisis, "proporcionar un relato que vaya más allá de la contención del gasto, proporcionar una visión de estructura y direccionalidad, dar estabilidad y mostrar una visión compartida más cohesionada".
"Contar con un sistema de atención sanitario continuo, integrado y operando a nivel local" son tres de las características más valoradas por Bengoa para llegar a una transformación de la provisión, donde las enfermedades crónicas y los cuidados integrados están especialmente presentes. "Poco a poco hemos ido integrando en nuestro sistema sanitario la estratificación de los casos, las enfermeras de casos, las alertas clínicas rutinarias, el cuidado continuo, el paciente activo y la telemotorización regular para intentar contar con un sistema más sostenible", explica el gestor, quien además ha decidido dedicar "entre un 3 y 4 por ciento del presupuesto sanitario a incentivos para que los profesionales se integren".
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