REINO UNIDO | Regulación más estricta
Londres estudia reforzar el control de la cirugía plástica
- Se pondrá en marcha una revisión sobre la seguridad de las clínicas privadas
El Gobierno británico ha anunciado que está estudiando reforzar la regulación de la industria de la cirugía plástica tras la crisis originada por los implantes de silicona PIP, retirados por generar problemas en mujeres operadas.
El ministro de Salud, Andrew Lansley, ha puesto en marcha una revisión sobre la seguridad y la calidad de las clínicas privadas de cirugía plástica de Reino Unido. "He ordenado una serie de acciones para garantizar que aprendemos la lección y miramos cómo reforzar la regulación de la industria cosmética para que esto no pase otra vez".
Como primer paso, a pesar de considerar que no hay necesidad de extraer todos los implantes PIP si no dan problemas, el Ejecutivo británico se ha sumado al principio de prevención de Francia y esta semana ha anunciado que facilitará los medios para que quienes los lleven puedan retirárselos en los centros del Sistema Nacional de Salud (NHS, por sus siglas en inglés), los costes los asume el sistema público.
Lansley ha indicado, además, que el secretario de Estado de Salud, Frederick Howe, desarrollará un estudio urgente sobre el uso de los implantes PIP para sacar conclusiones para una modificación de la regulación del sector privado de cirugía plástica.
El ministro de Salud ha solicitado al director del NHS, Bruce Keogh, que revise las garantías sanitarias que tienen los pacientes que recurren a implantes de pecho o a tratamientos antiarrugas.
La revisión que afrontará Keogh permitirá discernir si es necesaria una regulación más estricta de todos los productos y servicios estéticos en Reino Unido y Europa, con el objetivo de que los pacientes "puedan confiar en que las personas que realizan estos procedimientos tienen las capacidades adecuadas", según ha explicado Lansley.
El ministro de Salud, Andrew Lansley, ha puesto en marcha una revisión sobre la seguridad y la calidad de las clínicas privadas de cirugía plástica de Reino Unido. "He ordenado una serie de acciones para garantizar que aprendemos la lección y miramos cómo reforzar la regulación de la industria cosmética para que esto no pase otra vez".
Como primer paso, a pesar de considerar que no hay necesidad de extraer todos los implantes PIP si no dan problemas, el Ejecutivo británico se ha sumado al principio de prevención de Francia y esta semana ha anunciado que facilitará los medios para que quienes los lleven puedan retirárselos en los centros del Sistema Nacional de Salud (NHS, por sus siglas en inglés), los costes los asume el sistema público.
Lansley ha indicado, además, que el secretario de Estado de Salud, Frederick Howe, desarrollará un estudio urgente sobre el uso de los implantes PIP para sacar conclusiones para una modificación de la regulación del sector privado de cirugía plástica.
El ministro de Salud ha solicitado al director del NHS, Bruce Keogh, que revise las garantías sanitarias que tienen los pacientes que recurren a implantes de pecho o a tratamientos antiarrugas.
La revisión que afrontará Keogh permitirá discernir si es necesaria una regulación más estricta de todos los productos y servicios estéticos en Reino Unido y Europa, con el objetivo de que los pacientes "puedan confiar en que las personas que realizan estos procedimientos tienen las capacidades adecuadas", según ha explicado Lansley.
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