POLÉMICA | Intento de censura
Pelea de 'gallos' entre investigadores y autoridades por el virus de la gripe aviar
17.000 aves se han sacrificado en Hong Kong debido al H5N1. | Reuters
- Las autoridades están decidiendo a quién y cómo comunicar los resultados
- 'Nature' y 'Science' esperan a que el Gobierno de EEUU detalle el plan
"No quiero asustar a la gente. Pero el peor escenario que presentan estas investigaciones es gravísimo". Así se expresa el biólogo Paul Keim, director del Comité Nacional Asesor para la Bioseguridad (NSABB) del Gobierno de EEUU, sobre la recomendación realizada a dos publicaciones -'Science' y 'Nature'- para que no publiquen los detalles de un estudio que muestra cómo han conseguido mutar en el laboratorio al virus H5N1 -responsable de la gripe aviar- para que se transmita más fácilmente entre humanos y, por tanto, sea más mortífero. Esta decisión de ocultar los datos, que entre los científicos se ve como un intento de censura, ha generado una amplia polémica.
La postura de Keim y de su equipo es que no se publiquen los datos metodológicos de la investigación, para que no llegue a manos terroristas que puedan aprovecharse para fabricar un arma biológica. Y, aunque quiere que un grupo muy seleccionado de científicos reciba toda la información del estudio, los investigadores no han reaccionado bien. Consideran, según cuentan en 'Nature', que ocultar información sólo puede dañar la investigación y critican que "el NSABB ha hecho muy poco y muy tarde para proteger a los hombres de patógenos potencialmente peligrosos".
Muchas voces señalan que el NSABB es sólo un Comité Asesor pero que no está preparado para saber qué investigaciones pueden suponer una amenaza de bioseguridad. Los primeros pasos del Comité se remontan a 2001. Tras los ataques con ántrax que sufrió EEUU, con una serie de cartas contaminadas, las autoridades decidieron limitar la publicación de estudios científicos que pudieran dar pistas sobre cómo diseñar estas armas bioquímicas. Tras mucho debate, se decidió entonces, en 2004, crear el NSABB. La primera prueba de fuego a la que se tuvo que enfrentar fue a dos investigaciones que reconstruían el virus de la gripe de 1918, que mató a más de 20 millones de personas. En ese caso, lo único que hizo el Comité fue pedir a los investigadores que detallaran los beneficios para la salud pública que podrían derivarse de esos estudios.
Pero, según afirma Keim, el caso de la investigación con H5N1 es diferente. "Los virus alterados se han propagado rápidamente entre hurones que respiraban el mismo aire en el laboratorio. Si ocurriera lo mismo en humanos, la nueva cepa podría combinar la alta mortalidad del virus H5N1 -mucho más elevada que la de la gripe del 18- con la rápida transmisión del virus de la gripe normal. Sin vacunas o fármacos eficaces para combatirlo, nos encontraríamos ante el patógeno más amenazante de todos los que hemos visto hasta ahora".
De momento, los editores de 'Nature' y 'Science', las revistas afectadas, no dirán nada más hasta que el Gobierno estadounidense detalle cómo piensa conseguir que los científicos elegidos reciban la información completa. Hace cinco años que se trató de establecer este mecanismo y, por ahora, no existe.
En cualquier caso, tanto una parte como otra, ven claro que de esta polémica tendrá que salir un nuevo sistema de revisión de los estudios y quizás también un nuevo comité.
La postura de Keim y de su equipo es que no se publiquen los datos metodológicos de la investigación, para que no llegue a manos terroristas que puedan aprovecharse para fabricar un arma biológica. Y, aunque quiere que un grupo muy seleccionado de científicos reciba toda la información del estudio, los investigadores no han reaccionado bien. Consideran, según cuentan en 'Nature', que ocultar información sólo puede dañar la investigación y critican que "el NSABB ha hecho muy poco y muy tarde para proteger a los hombres de patógenos potencialmente peligrosos".
Muchas voces señalan que el NSABB es sólo un Comité Asesor pero que no está preparado para saber qué investigaciones pueden suponer una amenaza de bioseguridad. Los primeros pasos del Comité se remontan a 2001. Tras los ataques con ántrax que sufrió EEUU, con una serie de cartas contaminadas, las autoridades decidieron limitar la publicación de estudios científicos que pudieran dar pistas sobre cómo diseñar estas armas bioquímicas. Tras mucho debate, se decidió entonces, en 2004, crear el NSABB. La primera prueba de fuego a la que se tuvo que enfrentar fue a dos investigaciones que reconstruían el virus de la gripe de 1918, que mató a más de 20 millones de personas. En ese caso, lo único que hizo el Comité fue pedir a los investigadores que detallaran los beneficios para la salud pública que podrían derivarse de esos estudios.
Pero, según afirma Keim, el caso de la investigación con H5N1 es diferente. "Los virus alterados se han propagado rápidamente entre hurones que respiraban el mismo aire en el laboratorio. Si ocurriera lo mismo en humanos, la nueva cepa podría combinar la alta mortalidad del virus H5N1 -mucho más elevada que la de la gripe del 18- con la rápida transmisión del virus de la gripe normal. Sin vacunas o fármacos eficaces para combatirlo, nos encontraríamos ante el patógeno más amenazante de todos los que hemos visto hasta ahora".
De momento, los editores de 'Nature' y 'Science', las revistas afectadas, no dirán nada más hasta que el Gobierno estadounidense detalle cómo piensa conseguir que los científicos elegidos reciban la información completa. Hace cinco años que se trató de establecer este mecanismo y, por ahora, no existe.
En cualquier caso, tanto una parte como otra, ven claro que de esta polémica tendrá que salir un nuevo sistema de revisión de los estudios y quizás también un nuevo comité.
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