Representantes del sector sanitario se reúnen para aportar las medidas que podrían salvaguardar la sostenibilidad del SNS
Madrid (13-01-12) - Silvia C.Carpallo
La Fundación Bamberg recoge en la I Conferencia General sobre la Sostenibilidad del Sistema Sanitario en España ideas como la financiación capitativa, la desfuncionarización de los facultativos, la revisión de la cartera de servicios y una mayor seguridad jurídica para el sector
Nuevas formas de hacer gestión, de financiar, de liderar y de comprometer a los profesionales, esas son las grandes líneas generales en las que pueden agruparse las medidas de eficiencia que han salido a relucir en la I Conferencia General sobre la Sostenitibilidad del Sistema Sanitario en España, organizada por la Fundación Bamberg. En la segunda sesión de dicha reunión intervenían representantes de todos los sectores de la Sanidad, desde la Industria Farmacéutica, a los representantes políticos, la empresa privada, los gerentes y los propios profesionales.
Sobre cómo gestionar con más eficacia, Luis Rosado, consejero de Sanidad de la Comunidad Valenciana, ofrecía su propia receta, "el Sistema Sanitario Público debería funcionar como un modelo empresarial, donde las personas que ocupan los cargos intermedios estén profesionalizados en la gestión sanitaria, y recibir un salario con participación de beneficios de la estructura", es decir basados en la valoración del desempeño correspondiente". En cuanto a la idea de"aplicar criterios empresariales en la Sanidad", además de crear competencia en las Comunidades Autónomas, con una mayor transparencia de quien tiene mejores indicadores, se mostraba favorable Emilio Moraleda, ex presidente de Pfizer, que exigía "una gestión de verdad y no una gestión política".
Alberto de Rosa, director general de Ribera Salud, explicaba que tiene que cambiar de enfoque el modelo público, pero también el privado que "tiene que cambiar el modelo de negocio, probablemente ya no podamos crecer a dos dígitos". Por su parte, Eduardo Rodríguez Rovira, presidente de CEOMA (Confederación Española de Organizaciones de Mayores), insistía en que la Atención Primaria debe ser más resolutiva, y en "cambiar las estructuras conforme a este nuevo paradigma de la cronicidad", sustituyendo las camas de agudos, por camas de crónicos, y avanzando hacia lo socio-sanitario. Por ello, en alusión de unas recientes declaraciones de la ministra Ana Mato, reclamaba que "la prioridad ahora mismo no puede ser la Igualdad, la Sanidad es lo prioritario, y no sólo dentro del Ministerio, sino en todos los aspectos". Con él coincidía Juan José López Ibor, director del Instituto de Psiquiatría del Hospital Clínico San Carlos, que recordaba que cambiar la cultura sanitaria es cambiar "un modelo social, puesto que no es sólo un cambio político, es un cambio social".
Financiación capitativa
Asimismo, otra de las cuestiones en las que sí que parecía coincidir esta mesa de debate era en la necesidad de un mayor liderazgo, "tiene que haber alguien arriba que tome una decisión, guste más o guste menos, sea un ministro o sea quien sea, pero siempre tiene que haber alguien que tome la responsabilidad", insistía Emilio Moraleda.
Igualmente, en cuanto a la evaluación, gran parte de la mesa manifestaba una vez más la necesidad de crear un organismo similar al NICE inglés, ya que tal y como señalaba Jesús Aguirre, "no podemos ser auto evaluadores, necesitamos agencias externas de evaluación que de verdad nos digan los fallos de nuestro sistema".
Implicación de los profesionales
Joaquín Estévez, presidente de la Sociedad Española de Directivos de la Salud (SEDISA), presentaba una amplia lista de medidas a nivel macro, meso y microeconómico, en las que la base era "la calidad hecha por profesionales". Y es que mejorar la precisión clínica de los profesionales e implicarles en mayor medida en la gestión, es otro de los retos a abordar.
Eduard Ruis, ex consejero de Sanidad de Cataluña abogaba por "una reforma de la función pública", puesto que "no puede existir un trabajo para toda la vida, la auténtica reforma laboral en España está en la reforma de la función pública". Así, la reforma pasa, también según Enrique de Porres, consejero delegado de ASISA, por "la desfuncionarización del personal sanitario, sobre todo del facultativo".
Por último, otro de los grandes puntos de acuerdo era que había que mejorar en cuanto a prevención, porque tal y como matizaba el Dr. García Foncillas, "cuanto menos población llegue a ser paciente mejor".
Sobre cómo gestionar con más eficacia, Luis Rosado, consejero de Sanidad de la Comunidad Valenciana, ofrecía su propia receta, "el Sistema Sanitario Público debería funcionar como un modelo empresarial, donde las personas que ocupan los cargos intermedios estén profesionalizados en la gestión sanitaria, y recibir un salario con participación de beneficios de la estructura", es decir basados en la valoración del desempeño correspondiente". En cuanto a la idea de"aplicar criterios empresariales en la Sanidad", además de crear competencia en las Comunidades Autónomas, con una mayor transparencia de quien tiene mejores indicadores, se mostraba favorable Emilio Moraleda, ex presidente de Pfizer, que exigía "una gestión de verdad y no una gestión política".
Alberto de Rosa, director general de Ribera Salud, explicaba que tiene que cambiar de enfoque el modelo público, pero también el privado que "tiene que cambiar el modelo de negocio, probablemente ya no podamos crecer a dos dígitos". Por su parte, Eduardo Rodríguez Rovira, presidente de CEOMA (Confederación Española de Organizaciones de Mayores), insistía en que la Atención Primaria debe ser más resolutiva, y en "cambiar las estructuras conforme a este nuevo paradigma de la cronicidad", sustituyendo las camas de agudos, por camas de crónicos, y avanzando hacia lo socio-sanitario. Por ello, en alusión de unas recientes declaraciones de la ministra Ana Mato, reclamaba que "la prioridad ahora mismo no puede ser la Igualdad, la Sanidad es lo prioritario, y no sólo dentro del Ministerio, sino en todos los aspectos". Con él coincidía Juan José López Ibor, director del Instituto de Psiquiatría del Hospital Clínico San Carlos, que recordaba que cambiar la cultura sanitaria es cambiar "un modelo social, puesto que no es sólo un cambio político, es un cambio social".
El director general de Ribera Salud era uno de los conferenciantes que pedía "un modelo de financiación capitativa" para la salud, y a él se le sumaban otros tantos invitados de la mesa como Jesús Aguirre, presidente del Colegio de Médicos de Córdoba.
Otra idea era la de "definir la financiación y plantearse que tiene que cubrir la Sanidad, no todas las patologías banales tienen que ser igual de cubiertas", que era propuesta por Jesús García Foncillas, director del departamento de oncología de la Fundación Jiménez Díaz. En esta misma línea, Emilio Moraleda proponía "una lista de productos farmacéuticos que no tienen porqué ser financiados a estas alturas".
En cuanto a la Industria Farmacéutica, Luis Rosado proponía cambiar la idea de compra por la del intercambio, para así "tener nuevas relaciones con la Industria". Sin embargo, Mariano Avilés, presidente de la Asociación Española de Derecho Farmacéutico, defendía que "lo que necesitamos es seguridad jurídica en este sector tan maltratado, no se puede legislar sin la participación de los agentes que tienen que decidir".
Mayor liderazgo y mejor evaluaciónAsimismo, otra de las cuestiones en las que sí que parecía coincidir esta mesa de debate era en la necesidad de un mayor liderazgo, "tiene que haber alguien arriba que tome una decisión, guste más o guste menos, sea un ministro o sea quien sea, pero siempre tiene que haber alguien que tome la responsabilidad", insistía Emilio Moraleda.
Igualmente, en cuanto a la evaluación, gran parte de la mesa manifestaba una vez más la necesidad de crear un organismo similar al NICE inglés, ya que tal y como señalaba Jesús Aguirre, "no podemos ser auto evaluadores, necesitamos agencias externas de evaluación que de verdad nos digan los fallos de nuestro sistema".
Implicación de los profesionales
Joaquín Estévez, presidente de la Sociedad Española de Directivos de la Salud (SEDISA), presentaba una amplia lista de medidas a nivel macro, meso y microeconómico, en las que la base era "la calidad hecha por profesionales". Y es que mejorar la precisión clínica de los profesionales e implicarles en mayor medida en la gestión, es otro de los retos a abordar.
Eduard Ruis, ex consejero de Sanidad de Cataluña abogaba por "una reforma de la función pública", puesto que "no puede existir un trabajo para toda la vida, la auténtica reforma laboral en España está en la reforma de la función pública". Así, la reforma pasa, también según Enrique de Porres, consejero delegado de ASISA, por "la desfuncionarización del personal sanitario, sobre todo del facultativo".
Por último, otro de los grandes puntos de acuerdo era que había que mejorar en cuanto a prevención, porque tal y como matizaba el Dr. García Foncillas, "cuanto menos población llegue a ser paciente mejor".
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